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La presencia silenciosa de los fibromas uterinos

Los tumores pueden ser minúsculos e imposibles de detectar y se pueden tener sin saberlo

CIUDAD DE MÉXICO (26/DIC/2015).- Los fibromas uterinos son tumores que crecen en el útero, pero no son malignos, pueden ser minúsculos y casi imposibles de detectar, pero también grandes y voluminosos, y muchas mujeres los pueden tener sin saberlo, puesto que alrededor de 70 por ciento no presenta ningún síntoma.
 
De acuerdo con Shannon Laughlin-Tommaso, ginecóloga y obstetra de Mayo Clinic, cuando los fibromas uterinos ocasionan síntomas como sangrado y cólicos, el tratamiento apunta a controlarlos, como ocurre con la terapia hormonal o se enfoca en encoger o en extirpar los fibromas.
 
Las alternativas de tratamiento normalmente se basan en la gravedad de los síntomas, así como en el tamaño y ubicación de los fibromas, señaló en un comunicado.
 
Cuando los fibromas uterinos provocan síntomas, los sangrados y los cólicos son los más comunes. Los fibromas uterinos también pueden conducir a frecuencia urinaria, estreñimiento y sensación de presión en la zona pélvica.
 
Subraya que, antes de decidir el tratamiento, es importante realizar una evaluación minuciosa para confirmar el diagnóstico de fibromas uterinos y verificar que realmente sean la causa de los síntomas.
 
Varios trastornos pueden provocar sangrados fuertes y cólicos, de manera que es posible tener fibromas uterinos y padecer otra afección subyacente que en realidad sea la fuente de los síntomas.
 
En la mayoría de casos, una ecografía del útero puede revelar el tamaño y ubicación de los fibromas y brinda información suficiente al médico para determinar la raíz de los síntomas, resaltó Laughlin-Tommaso.
 
El tratamiento primario para los fibromas uterinos que ocasionan síntomas molestos generalmente es la terapia hormonal, cuyo objetivo es aliviar el sangrado y los cólicos, por lo que ejerce muy poco efecto --o ninguno-- sobre los fibromas reales.
 
Otra alternativa para reducir los sangrados fuertes y los cólicos es el tratamiento llamado sistema intrauterino de levonorgestrel, comercializado bajo el nombre de Mirena.
 
De acuerdo al tamaño y la ubicación de los fibromas, esta alternativa puede ser sumamente eficaz y suele causar menos efectos secundarios que los medicamentos hormonales de administración oral.
 
Otra alternativa son los medicamentos no basados en hormonas que controlan los síntomas, entre los que están los fármacos antiinflamatorios no esteroides o AINES, como el ibuprofeno, y el ácido tranexámico oral, cuyo nombre comercial es Lysteda.
 
Sin embargo, antes de proseguir con cualquier alternativa, es mejor conversar con el médico respecto al tratamiento para los fibromas, recomendó.
 
Esa conversación es particularmente importante puesto que los fibromas a veces pueden poner en peligro la fertilidad, así como aumentar el riesgo de un aborto espontáneo, aclaró la especialista.
 
Los fibromas pueden solucionarse mediante cirugía o un procedimiento de invasión mínima, dependiendo del tamaño, ubicación y síntomas.
 
Entre las técnicas de invasión mínima están la embolización de la arteria uterina, la cirugía por ultrasonido focalizado y la ablación por radiofrecuencia. El proceso para cada uno de estos procedimientos es diferente, pero el objetivo es el mismo: encoger los fibromas y disminuir los síntomas.
 
Una opción quirúrgica para extirpar los fibromas y dejar intacto al útero es la llamada miomectomía, que puede hacerse mediante varias incisiones pequeñas o una incisión grande. La histerectomía o extracción del útero también puede ayudar a tratar los fibromas, a través de incisiones de tipo similar, pero es una cirugía mayor que pone fin a la probabilidad de tener hijos, apuntó.
 
A pesar de que la histerectomía es el tratamiento más frecuente para eliminar los fibromas uterinos, hoy en día las mujeres cuentan con otras alternativas que permiten conservar el útero y al mismo tiempo alivian los síntomas.
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