Suplementos
La obra inconclusa de Diana, la cazadora
Es morena y de pelo rubio, es una mujer que decidió hacer justicia por propia mano en Ciudad Juárez, que quiere vengarse de los abusos cometidos por los choferes
Las mañanas en Ciudad Juárez suelen ser grisáceas. La vida matutina en una ciudad que ha sido considerada la más violenta del mundo transcurre sin mucho sobresalto, porque además parece que la gente se acostumbra a cualquier realidad.
El pasado 28 de agosto pasó algo fuera de lo común. A las 7:45 horas, según los reportes de la autoridad, en el cruce de las calles Ignacio de la Peña y Colombia, en la colonia Partido Romero, Roberto Flores Carrera de 45 años, conductor de un camión de la ruta 4, atendió la señal para que se detuviera. Se trataba de una mujer de entre 35 y 40 años de edad, piel morena y pelo rubio. Un hecho normal. El automotor, de modelo antiguo, y en el que todavía se tiene que girar una palanca para que la puerta se abra, le agregó más de suspenso al momento. “¿Se creen muy malos?”, gritó la mujer en vez de subir. Acto seguido, descargó varios disparos contra el operador que, aunque trató de huir, su carrera no alcanzó más que para quedar tendido en el asfalto. Hasta aquí, una muerte más en Ciudad Juárez.
Esta metrópoli es un escenario ni mandado a hacer para este tipo de actos delictivos. Desde los anillos marginales de la ciudad, en la periferia, sale esta ruta de camiones hacia el Centro de la ciudad. Kilómetros y kilómetros de carretera, de avenida. Baja densidad poblacional, dicen los urbanistas. Allí la gente, si no va a lo céntrico de la ciudad, se mueve a un mall, una plaza comercial pues, grande, varias tiendas. Entre un complejo y otro hay deshuesadoras de autos, talleres, alguna escuela y unos 10 ó 15 minutos de trayecto en el camión. Suficiente para echarse una siesta y sí, también para una violación.
En la mañana siguiente, 40 minutos más tarde que la primera vez, la misma mujer, pero en esta oportunidad vestida con pantalón de mezclilla, camisa a cuadros, pañoleta al cuello y cachucha realizó la misma operación, en términos de los que se dedican a las investigaciones criminales, mostró el mismo modus operandi. El autobús número 744, de la misma ruta, hizo la parada en la Avenida Heroico Colegio Militar, esquina con Universidad. La víctima en esta ocasión fue Fredy Zárate, de 32 años de edad. Dos muertes, dos choferes, algo de revuelo en el boca a boca.
Un correo electrónico enviado desde la cuenta dianalacazadoradechoferes@hotmail.com a las redacciones de diferentes periódicos comenzó a darle orden a los sucesos.
“Creen que porque somos mujeres somos débiles y puede ser que sí, sólo hasta cierto punto, pues aunque no contamos con quien nos pueda defender y tenemos la necesidad de trabajar hasta altas horas de la noche para mantener a nuestras familias, ya no podemos callar estos actos que nos llenan de rabia (…) Mis compañeras y yo sufrimos en silencio pero ya no podemos callar más, fuimos víctimas de violencia sexual por choferes que cubrían el turno de noche de las maquilas aquí en Juárez y aunque mucha gente sabe lo que sufrimos nadie nos defiende ni hace nada por protegernos. Por eso yo soy un instrumento que vengará a varias mujeres que al parecer somos débiles para la sociedad pero no lo somos en realidad somos valientes y si no nos respetan nos daremos a respetar por nuestra propia mano, las mujeres juarenses somos fuertes”, firma Diana, la cazadora de choferes.
El humano mordió al perro. En Ciudad Juárez muere mucha gente. ¡Vaya cosa! Esta vez los muertos son hombres y el asesino tiene el sexo femenino. Eso sí que es noticia.
La mujer del rostro duro teme por su vida
Tiene la nariz fina, pero su rostro es ancho y delata una complexión gruesa, fuerte. Su cara circula en diferentes medios informativos para alertar sobre Diana, la cazadora de choferes, finalmente también es una delincuente, una asesina y las autoridades la buscan. Los testigos en las escenas del crimen han ofrecido algunas pistas de su apariencia y el retrato hablado ya se dio a conocer.
Este personaje ha establecido un estilo de informar. Luego de perpetrar los asesinatos, hizo eco de ellos, había que ir más allá de los muertos, el mensaje tenía que completarse y fue a través de los medios masivos de comunicación. Tienen correo electrónico, pero no tiene Facebook, como se sugirió pocas horas después de que se dio a conocer la noticia. Hace saber sus mensajes a través de programas de alta audiencia y diarios de circulación en la ciudad chihuahuense.
Lo más reciente que se sabe de ella es que se siente perseguida. Que teme por su vida. Así lo hizo saber al director de noticias de Grupo Radio Net, Ricardo Chávez Carbajal. Este comunicador recibió un correo electrónico donde la Diana hace saber su angustia.
“Tengo la sensación de que desde hace un par de días me han estado siguiendo, por lo que temo por mi vida; otra cosa importante es que se ha dicho que tengo un Facebook y eso no es cierto”.
Tal parece que hubo un o una usurpadora en las redes sociales. Facebook sirvió para conectar con más personas y, ya se sabe, internet permite desinhibirse, decir lo que uno piensa, apoyar causas, las más utópicas, las más complejas, las que salvarán o cambiarán el mundo. Si es así, por qué no expresar eso que se ha hecho nudo en la garganta durante tanto tiempo y con tantos abusos. Se toma partido, por qué no.
“Pues a ella si la van a buscar por cielo, mar y tierra, y ¿por qué no hicieron lo mismo con los asesinos de las mujeres?”, preguntaba Cachy Castillo en la apócrifa cuenta.
“No justifico los asesinatos pero q alguien haga justicia por las mujeres y los abusos que se cometen en su contra”, también tomó parte Karentina RuMz.
Diana, la cazadora de choferes sumó dos muertes a su haber. Asegura que es para alzar la voz y demostrar que las mujeres de Ciudad Juárez son valientes, que no están solas. Salen a trabajar a las maquiladoras desprotegidas, pero ya existe alguien que enarbolará sus causas, y matará si es necesario, para hacer saber de las consecuencias a las que se enfrentan los que atenten contra esas trabajadoras y, en general, contra el sector femenino. Ahora hay una laguna. La vengadora está en silencio, aguarda y tiene ante sí varios retos: aclarar sobre quién impone su justicia, ¿al azar, a los que la dañaron, a los que atacaron a otras? ¿Cuántos le faltan? ¿Era sólo una llamada de atención? ¿Seguirá? ¿Se detendrá? Quizá ya sabe que el Presidente de México no permitirá que en el país se haga justicia por propia mano. Quizá confía en ello. Su obra está inconclusa.
Un caso para…
La historia se sitúa en Chihuahua, en el Norte del país. Cerca, muy cerca de Estados Unidos, donde las exitosas series de televisión —Mentes criminales, CSI, La Ley y el Orden— han mostrado cómo equipos súper especiales y dotados de las más altas tecnologías van en busca de resolver los más complicados crímenes seriales o asesinatos monstruosos. Lo logran. Y aunque sea ficción, uno piensa que puede ser real, al fin y al cabo pasa en Estados Unidos. Porque aquí lo que tenemos es una Policía que más bien inspira desconfianza. Eso ha servido para hacer llamativo el caso de Diana, la cazadora de choferes.
Los especialistas de este lado de la frontera, luego del comportamiento mostrado por la mujer que se atribuyó los asesinatos, atinan a diagnosticar que se trata de un caso de trastorno de la personalidad. Si se es seguidor de las series estadounidenses, ya podrá imaginar de qué tipo de persona de trata, cómo viste, cómo actúa y hasta su apariencia, claro, según dicta el entramado psicológico descrito en esas historias de televisión.
Jorge González Nicolás, fiscal de la Zona Norte de Chihuahua, informó que se siguen dos líneas de investigación. Una apunta a la venta de droga, ya que algunos choferes se han negado a participar en la venta de estupefacientes a bordo de sus unidades y la otra señala que se trata de un ajuste de cuentas, relacionado con asesinatos de mujeres, pues algunos conductores se han visto involucrados en actos delictivos contra mujeres a bordo de unidades de transporte público.
Para saber
Los detalles
> Ninguno de los dos choferes asesinados tenía antecedentes penales.
> Las autoridades reportan que entre marzo de 2012 y marzo de 2013 se han registrado 73 mujeres asesinadas en Chihuahua.
> En 2010 se llegó a cifras que promediaban una mujer muerta cada 10 horas en territorio chihuahuense.
Síguenos en