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Kennedy, el recuerdo inconcluso
Apuntes básicos sobre el fenómeno del presidente más querido en la historia de Estados Unidos
“¿Dónde estabas el 22 de noviembre de 1963?”, es una pregunta estilo americano que a muchas personas les gusta hacerse y a otras, contestar. Así supimos que el ex presidente Jimmy Carter conducía un tractor o que Robert de Niro salía del metro, de acuerdo con un documental de la cadena de televisión NBC, pero la realidad es que la mayor parte de la gente en México ni siquiera había nacido, pues la edad promedio de la población es de 26 años.
Kennedy vive una y otra vez con cada noticia, artículo, análisis, película o novedad editorial que viene a ensanchar los más de 40 mil títulos disponibles en el mercado. Eso quiere decir que, pese a la brecha generacional, todavía hay un público muy interesado en las verdades ocultas tras el asesinato del presidente. Más allá del morbo, también hay quien lo lleva en la memoria como un ejemplo de idealismo político, como el testimonio de un momento donde se creía que el futuro sería mejor.
Aunque quizás lo reconozcan, es probable que muchos adultos jóvenes mexicanos no sepan a ciencia cierta lo que significó el asesinato del presidente ni su historia. Si bien se acusa a los jóvenes de no conocer a profundidad muchas cosas, también hay que aceptar que a medida que pasa el tiempo, la historia se va haciendo más larga, y en esta era, la información es cada día más abundante y accesible, mientras la capacidad de la memoria humana sigue siendo más o menos la misma. Aquí unos apuntes básicos sobre el fenómeno llamado Kennedy.
Mujeriego e infiel
La actriz Marilyn Monroe no fue la única mujer con la que JFK fue infiel. De hecho, el presidente tenía una reputación de mujeriego insaciable desde que era joven, la cual continuó después de que se casó con Jacqueline Bouvier (Jackie Kennedy). Cuando llegó a la Casa Blanca, tres cartas que “Jack” escribió a tres distintas becarias desnudaron algunas de sus aventuras, donde se incluye una mujer llamada Mimi Alford, quien publicó un libro con sus memorias 40 años después. Entre sus amantes también están Mary Pinchot, quien fue asesinada un año después que el presidente, y la aristócrata sueca Gunilla von Post.
Mucha forma, ¿poco fondo?
El encanto de “Jack” era indiscutible. Guapo, carismático e idealista, era el favorito de las cámaras. Su periodo presidencial llenó de glamour a la Casa Blanca. Sin embargo, mucho se ha debatido sobre sus verdaderas tablas políticas y se han criticado los excesos y errores de su administración, sobre todo sus malas decisiones en política exterior que se tradujeron en una tensa relación con Rusia y la desastrosa Invasión de Bahía de Cochinos. Incluso, algunos analistas consideran que muchos de los logros póstumos que se le atribuyen, como la aprobación del Pacto de Derechos Civiles que él propuso, se deben a las negociaciones políticas y los méritos de su sucesor, Lyndon B. Johnson.
Kennedy y Obama
El 50 aniversario de la muerte del presidente número 35 de Estados Unidos ha traído inevitablemente algunas comparaciones con el mandatario actual, el número 44, Barack Obama. Entre las similitudes están que ambos son demócratas, egresados de las universidades más prestigiosas del país y excelentes oradores, tienen esposas inteligentes a su lado y hermosas familias. Sin embargo, Obama es hijo de una madre soltera y tuvo que pedir un préstamo para estudiar, mientras que Kennedy nació en la cuna de uno de los hombres más ricos de su país. Ambos han tenido que enfrentar circunstancias extremas, pero la diferencia crucial es que la tragedia que se llevó a “Jack” y su presidencia hacen que ahora sea un símbolo romántico, un mártir. En la era de la información y ante el resquebrajamiento del sistema político-económico, los héroes ya no existen, para la mala fortuna de Obama.
La Guerra Fría
Kennedy no completó su periodo en la presidencia: tomó posesión en enero de 1961 y murió en noviembre de 1963. Sin embargo, distintos sucesos de relevancia marcaron su paso por la Casa Blanca, en el contexto de la etapa inicial de la Guerra Fría, ese periodo de tensión política y militar entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Uno de los momentos que definiría su mandato fue la operación militar conocida como la Invasión de Bahía de Cochinos, en donde financió a un grupo de exiliados cubanos para que atacaran a las fuerzas del recién instaurado gobierno de Fidel Castro, fue un gran fracaso.
A la conquista del espacio
JFK fue el primer presidente con la mente en la Luna. A pocos meses de que comenzara su gestión, la Unión Soviética puso al primer hombre en la historia en el espacio exterior, a lo que Kennedy reaccionó anunciando públicamente sus intenciones de enviar un hombre a la Luna, pese a las advertencias de algunos de sus asesores sobre lo costoso y difícil que sería lograrlo: “Ningún país que espere ser el líder de otros países puede quedarse atrás en esta carrera espacial”, dijo cuando anunció su determinación.
Kennedy, el católico
John ha sido el único presidente en la historia de Estados Unidos que no es cristiano protestante, sino católico. Nació en una acomodada familia de ascendencia irlandesa, tuvo ocho hermanos y dos de ellos —Robert “Bob” y Edward “Ted”— se convirtieron en senadores. Su padre y sus dos abuelos también fueron políticos. Otro dato curioso en su biografía es que JFK o “Jack”, como le decían de cariño, ganó un Premio Pulitzer en la categoría de biografía por un libro sobre las historias de algunos senadores estadunidenses que arriesgaron sus carreras a cambio de no comprometer sus ideales.
5. La verdad sobre Vietnam
La Guerra de Vietnam, cuya etapa de mayor crudeza estalló después de la muerte del presidente, es uno de los puntos más controversiales de la visión romántica de Kennedy. Seguidores del presidente han establecido múltiples hipótesis y suposiciones sobre qué hubiera hecho “Jack” de no haber muerto para evitar la masacre que acarreó la prolongación del conflicto. Pero el “hubiera” no existe. De hecho, en vida, JFK ordenó aumentar la presencia militar estadounidense en la región.
El último héroe político
John F. Kennedy es el presidente más querido de Estados Unidos. Por lo menos así lo pareció ante la emotiva ceremonia de conmemoración en su honor que se llevó acabo hace unos días en Dallas, en el mismo lugar donde lo asesinaron. Pero además, su periodo presidencial gozó de una gran aprobación —según mediciones de la época, hasta 90% de la gente estaba conforme— y había un optimismo desbordante sobre el futuro de la nación. Después de él llegaron las catástrofes: la Guerra de Vietnam, la inconformidad social y el desprestigio de la clase política. Kennedy fue el último héroe político real en la historia de Estados Unidos capaz de alcanzar niveles mesiánicos.
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