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Iniciación
El niño y el fugitivo, una cinta que se disfruta por el encanto de sus paisajes naturales
A la situación básica del encuentro de los niños y el desconocido, que desarrolla la idea del enfrentamiento de la ingenuidad infantil con la realidad del mundo adulto, la película agrega más personajes y problemas que podrían considerarse mini conflictos dramáticos. Ellis, el jovencito protagonista, se siente atraído por una compañera de la escuela unos años mayor que él. Sus padres están pasando por un momento muy tenso en la relación matrimonial. Y para completar las contrariedades su familia es pobre, y viven en una casa sobre el río que las autoridades quieren desmantelar.
La película ofrece a la vista un espectáculo muy atractivo a base de paisajes naturales y ambientes interesantes y verosímiles. En los momentos más sugestivos, uno de ellos casi al principio, la fotografía consigue transmitir una sensación muy vívida de ampliación del espacio, cuando se acompaña al personaje en su viaje por el agua. El mismo procedimiento colocado en una especie de epílogo que tiene la trama, se convierte en un simbolismo que revela, para descanso del espectador, la suerte que vive uno de los personajes.
Aunque una buena parte de lo que se cuenta sigue las pautas del naturalismo, cuidando que los acontecimientos no se salgan de una realidad posible, hacia el último tramo el realizador cede a ciertos juegos de género. La historia se presta porque contiene un elemento criminal que se hace crecer poco a poco, hasta llegar en la culminación a un cambio radical del drama a la película de acción. Entonces hay que correr porque parece que la vida peligra, y vienen muchos pistoleros y disparos, y se desata la violencia, y ocurren mañosas sorpresas y desapariciones.
Sin embargo, quien vea la película encontrará que resulta más inexplicable la dotación de cigarrillos del hombre de la isla.
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