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Infecciones repetitivas pueden deberse a inmunodeficiencia primaria

Se trata de un problema genético que se expresa con la imposibilidad de producir anticuerpos

GUADALAJARA, JALISCO (07/NOV/2013).- Infecciones frecuentes a nivel de oídos, senos paranasales y pulmones, así como en intestino, son representativas de esta inmunodeficiencia mediada por anticuerpos

Se trata de un problema genético que se expresa con la imposibilidad de producir anticuerpos, los cuales constituyen mecanismos de defensa orgánicos

Definidas como un grupo de enfermedades genéticas que hacen a la persona altamente proclive a enfermar, sobre todo a nivel respiratorio y gastrointestinal, las inmunodeficiencias primarias son afecciones que no tratadas pueden causar complicaciones muy severas, informó el experto en inmunología y alergias del Instituto Mexicano del Seguro Social ( IMSS) en Jalisco, Carlos Torres Lozano.

Titular del departamento de Inmunología Clínica y Alergias en el Hospital de Especialidades del Instituto en el estado, el entrevistado destacó que en estos pacientes la falla en un gen o genes inhibe la producción de anticuerpos y por lo mismo, resulta muy fácil que enfermen de otitis, sinusitis e inclusive neumonías, en detrimento de su calidad de vida.

Microorganismos como el Estreptococo pneumonie y el Haemphilus influenzae así como la Giardia lamblia son los que con más frecuencia afectan a quien padece inmunodeficiencia primaria, de ahí que presenten de manera repetida, afecciones como las antes citadas, pero también cuadros diarreicos severos que tienden a hacerse crónicos con riesgo no sólo a deshidratación y descontrol hidro-electrolítico, sino a desnutrición severa, dijo.

Así, ante cuadros repetitivos de infecciones en oídos, senos paranasales, garganta, o a nivel gastrointestinal, "cinco, seis y hasta siete infecciones al año", deben hacer sospechar de que ese paciente tiene un problema en su sistema inmunológico el cual debe ser atendido para evitarle complicaciones, reiteró el médico.

El tratamiento consiste en la aplicación de gamaglobulina intravenosa el cual provee al paciente de las defensas que le hacen falta y debe aplicarse cada 21 días por ser este lapso de tiempo la vida media de ésta, puntualizó.

Se trata de una terapia costosa, de 20 a 25 mil pesos cada 21 días por paciente, la cual es administrada por el Seguro Social, indicó el médico, quien resaltó que una vez aplicada, la vida del paciente da un giro de 180 grados, "les cambia totalmente la vida".

Indicó que se estima que una de cada 50 mil personas puede tener este tipo de inmunodeficiencia sin saberlo, por lo cual es fundamental observar episodios repetitivos de infecciones respiratorias e intestinales para solicitar estudios que permitan establecer el diagnóstico y empezar el tratamiento cuanto antes.

Se trata de pruebas muy sencillas como biometría hemática y determinación de inmunoglobulinas séricas, que posibilitan determinar si se trata o no de esta inmunodeficiencia la cual, insistió, no tratada puede significar complicaciones que afectan de manera importante la calidad de vida de los pacientes e incluso pueden ser fatales.

Por estar asociada a una falla genética, la inmunodeficiencia primaria no tiene cura, pero puede controlarse de manera muy eficaz con el ya citado tratamiento de gamaglobulina intravenosa: "actualmente tenemos un grupo de pacientes ya bien integrado en el Hospital de Especialidades, el cual constituye el primer club de inmunodeficiencia primaria de occidente y se reúne de manera bimestral" para conocer más a fondo su enfermedad, cómo controlarla y cómo cuidarse, apuntó el médico.

Este grupo, dijo, está llegando a cinco años de conformado y en él se encuentran pacientes con 15 o más años bajo tratamiento para control de la inmunodeficiencia primaria y son ejemplo de que, con apego al tratamiento se puede llevar una vida muy cercana a lo normal, concluyó.

"Se siente uno muy mal"

Rosa Margarita está por cumplir un año este 9 de noviembre, de su nueva vida.

Ella tiene inmunodeficiencia primaria y durante cinco años soportó los embates de la enfermedad: "gripas, luego neumonía, luego pulmonía, me dio hepatitis, herpes zóster...bajé a 45 kilos de pesar 65, pensaban que tenía cáncer", recuerda.

Ahora es una de las pacientes que cada tres semanas recibe la vacuna que la reconcilió con la vida y el medio ambiente: "desde la primera aplicación de gamaglobulina sentí el cambio, me empezó a crecer el pelo y poco a poco recuperé peso".

Señala que hasta antes de saber que la padecía, ella nunca había escuchado siquiera sobre la inmunodeficiencia primaria. "no podía hacer nada, trabajaba una semana y tres me la pasaba enferma", hasta que en el IMSS empezaron a tratarla y ahora se dice muy agradecida con la institución y sus médicos: "sin el IMSS simplemente ya no estaría aquí", apunta.

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