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Incógnitas electorales

En este domingo se define el panorama político de Jalisco para los próximos tres años

GUADALAJARA, JALISCO (07/JUN/2015).- Las elecciones son la forma civilizada que tenemos de resolver nuestras diferencias. El voto define en unas cuantas horas cómo se distribuye el poder político en una sociedad. Sirve para castigar, premiar o equilibrar. Este domingo, están llamados a votar en Jalisco más de cinco millones de ciudadanos para elegir a 125 alcaldes, centenas de regidores, 39 diputados y al menos otros 30 diputados federales. Sin embargo, ¿cuáles son esas historias particulares que tendrán un final o un inicio este domingo? ¿Cuáles son los puntos clave de la elección tanto a nivel local como a nivel federal?

Guadalajara, ¿tercer gobierno del PRI o tercera alternancia?

La elección de Guadalajara se llevó la atención de los medios de comunicación. De acuerdo al observatorio de medios del ITESO y de la UdeG, instituciones encargadas de hacer el monitoreo de la cobertura electoral, más de 40 por ciento de las notas en periódicos, televisión y radio se concentraron en la elección de presidente municipal de Guadalajara. No sólo por la importancia económica y política de la capital, sino porque hay muchas interpretaciones de lo que significa ganar la capital con miras a la renovación de la Gubernatura en 2018. Hay que recordar que desde 1997, quien gana la capital se convierte tres años después en el gobernador del Estado. Un millón 200 mil electores están llamados a votar en el municipio de Guadalajara.

Un punto clave para entender el resultado de Guadalajara, que lo sabremos en algunas horas, es el porcentaje de votación: la participación electoral. El nivel de votación es fundamental para saber qué tanto pesará el voto duro de los partidos y determinar si las nuevas condiciones electorales propiciaron o desalentaron la participación de la ciudadanía. El histórico de votación coloca al municipio de Guadalajara entre 4 y 6 puntos por encima de la media de votación estatal en elecciones intermedias. En 2009, la votación total fue de 660 mil 924 electores, sin embargo si le quitamos los 34 mil votos nulos y los mil 193 que votaron por candidatos inexistentes, la votación válida apenas superó los 624 mil electores. En 2003, la votación fue mayor: 674 mil sufragios, aunque 660 mil fueron los válidos, ya quitando los votos inválidos.

Un Congreso, ¿Fragmentado?


Todo indica que ningún partido logrará la mayoría absoluta en el Congreso. Para ello, se necesitan al menos 20 diputados y aunque no es imposible que lo obtenga la coalición PRI-Verde, la realidad es que la fragmentación del espacio político no augura un trienio de amplias mayorías legislativas. Al contrario, lo que esta elección nos puede dejar es un escenario que suponga muchos acuerdos, muchos pactos y mucha política. Y es que los resultados nos podrían dar hasta cinco fuerzas políticas representadas en el Congreso del Estado. Eso podría abonar a un trienio de parálisis (recordar Emilio González Márquez que vetó un presupuesto) o a un periodo de colaboración más amplia entre partidos políticos. El mensaje de los ciudadanos es clave: cuando vota por gobierno divididos pide acuerdos y negociación, cuando vota por gobiernos unificados pide eficacia.

De dichos equilibrios dependerá el margen de gobernabilidad de la segunda parte del sexenio de Aristóteles Sandoval. Un Congreso con una mayoría clara del PRI podría permitirle transitar reformas y aprobar presupuestos con menos negociaciones y menos cesiones. Sin embargo, un Congreso de amplia fragmentación, en donde las mayorías se construyan en cada uno de los temas, podría dificultarle las cosas al gobernador, sobre todo tomando en cuenta que estos tres años son los de la sucesión. Sabemos que cuando la silla está en juego, el incentivo para los partidos políticos pocas veces es cooperar. A pesar de ello, de acuerdo a lo que han escrito Ignacio Marván, María Amparo Casar y Luis Carlos Ugalde, los gobiernos divididos no necesariamente significan parálisis; por el contrario, la evidencia nos muestra que se acelera el ciclo reformista. Prueba de ello es la primera parte del sexenio de Enrique Peña Nieto.  

¿Alta o baja participación? ¿Anulación?


Una incógnita es saber cuántos votantes saldrán a las urnas este 7 de junio. Para una corriente de opinión, el desgaste de los partidos políticos y los sucesos de violencia ocurridos el primero de mayo podrían desincentivar la participación electoral. Para otros, el hecho de que existan tres partidos políticos de amplia convocatoria en Jalisco, candidatos independientes y personalidades atractivas en la boleta, podría empujar la participación al alza. Los datos nos indican que a nivel estatal, la tasa de participación crece en la metrópoli y cae en el interior del Estado. En Jalisco, en la última intermedia, la participación fue de 52%, cuatro puntos más que en 2003, y siete puntos más que el promedio nacional.

La elevación en la tasa de participación depende de los segmentos más jóvenes-y más abstencionistas- del electorado. Si 40 por ciento de la lista nominal tiene entre 18 y 34 años, y 33 por ciento tiene entre 18 y 29 años, el potencial del voto de los jóvenes definirá gran parte de esta incógnita. Lo que la historia electoral nos ha mostrado es que el ciudadano le presta más atención a las elecciones que desde su punto de vista definen más: la de gobernador y la de Presidente de la República. El Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco (IEPC) apuesta por superar los 52 puntos de participación de los comicios de 2009.

Asimismo, las elecciones de este domingo serán el corolario de una rica discusión sobre la pertinencia del voto nulo como mecanismo para castigar a los partidos políticos. En 2009, la anulación alcanzó el máximo histórico de casi cinco puntos porcentuales, acentuándose en distritos metropolitanos de alto nivel de ingreso en donde superó incluso la barrera de los 10 puntos.

¿La fuerza de los independientes?

Los candidatos independientes debieron saltar miles de barreras para aparecer en la boleta. Sin embargo, haya sido como haya sido, los “independientes” son una grieta a un sistema electoral cerrado y defensor de los partidos políticos grandes, así como de los partidos políticos pequeños, o franquicias, que les son funcionales al tripartidismo. El caso de Pedro Kumamoto llamó poderosamente la atención en la campaña. Sin embargo, no es el único, existen 5 candidatos independientes que buscan ser presidentes municipales. Guillermo Cienfuegos en Guadalajara; José Francisco Sánchez en Puerto Vallarta; José Zepeda Contreras en Valle de Juárez y Jesús Silva Magaña, en Tuxpan.

Se harán muchas interpretaciones a partir de los resultados que arrojen los comicios de este domingo. Si consiguen poca representación, la tentación será creer que la figura no dio lo que tenía que dar. O peor, que los ciudadanos siguen prefiriendo la dinámica de los partidos políticos antes que buscar formas alternativas de representación. El caso del “Bronco” será también relevante para el análisis de las candidaturas independientes. Jaime Rodríguez el “Bronco” se apunta como un firme aspirante a la gubernatura, por lo que es un experimento muy interesante para analizar tanto las cualidades como las deficiencias de la figura.

¿Peña Nieto 2.0?


Otra incógnita es develar cómo sale parado Peña Nieto tras la elección de este domingo. En caso de obtener 43 por ciento de los votos, no sólo con la marca PRI sino también con los otros dos partidos que integran la coalición gobernante – Panal y PVEM-, el Presidente tendría mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. Dicha condición le permitiría impulsar modificaciones legales y presupuestales sin tanta negociación con la oposición. Hay que recordar que la Cámara de Diputados tiene como atribución exclusiva la aprobación del Presupuesto de Egresos, lo que es fundamental para Los Pinos tomando en cuenta que uno de los objetivos de la segunda parte del sexenio será el “presupuesto base cero”. De no conseguir esa mayoría, deberá de sentarse a negociar con el PAN y con el PRD una serie de recortes al presupuesto 2016. A Morena ni meterlo en la ecuación, difícilmente se abrirá a negociar con la Presidencia. 

A nivel federal también se disiparán otras incógnitas: ¿Cuánto vale realmente el Partido Verde? ¿Quién se llevará el mayor porcentaje de votos en la izquierda, Morena o el PRD? ¿Cómo quedarán los equilibrios entre calderonistas y maderistas de cara a 2018?

Las gubernaturas son otra definición trascendental. En Michoacán y Guerrero, el PRD se juega dos bastiones que definen parte del futuro del instituto político; Sonora, Querétaro, Baja California Sur-antes del PRD, pero en donde luce desfondado- Colima y San Luis Potosí colocan a PAN y al PRI en cierres de fotografía; y Nuevo León se jugará con el ingrediente de un candidato independiente. Dicha distribución afianza la idea de que si bien a nivel federal son tradicionalmente tres los partidos políticos de relevancia, en los estados las dinámicas son bipartidista.

Mucho en juego en 10 horas de votación. Lo que suceda hoy marcará los equilibrios políticos para el resto del sexenio de Aristóteles Sandoval, en Jalisco, y de Enrique Peña Nieto, a nivel nacional. Las elecciones intermedias, desde que comenzó la transición, han supuesto una redistribución del poder político no favorece al Ejecutivo Federal y que desde 1997 tampoco representa “buenas noticias” para el gobernador en turno en Jalisco. Veremos si se mantiene esta tendencia, o si por el contrario, hay en las urnas un respaldo al proyecto que ocupa los ejecutivos estatal y nacional. Sin embargo, aunque abundarán las interpretaciones “nacionales” sobre los resultados de este domingo, no olvidemos que en elecciones intermedias la “clave local” suele pesar mucho más que las dinámicas nacionales.
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