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Hombres, mujeres y los autos
Hay evidencias que muestran que las mujeres son más atraídas hacia la riqueza y el estatus que los hombres
La buena es que mis amigos que comentan sobre la atracción que ejercen los autos deportivos o lujosos sobre las mujeres, aparentemente tienen razón. Un estudio hecho por la Universidad del País de Gales, en Cardiff, puso ante un grupo de mujeres ilustraciones del mismo hombre, sentado junto a un Ford Fiesta y luego al lado de un Bentley. Sin mencionar cuántas mujeres fueron involucradas en el estudio, el diario británico The Telegraph informa que las mujeres, con edades entre 21 y 40 años, eligieron la en que estaba el lujoso automóvil.
El Dr. Michael Dunn, quien condujo el estudio, dice que hay evidencias que muestran que las mujeres son más atraídas hacia la riqueza y el estatus que los hombres, a quienes no les importa si la mujer es rica o pobre, si se viste bien o mal, ni si tiene un alto puesto ejecutivo. Para ellos, lo único importante es su apariencia física.
Obviamente el estudio generaliza y esto siempre es peligroso. En un foro sobre el tema, una mujer dice que a ella, lo primero que le atrae hacia un hombre es su apariencia; luego, su personalidad y comenta que: “Un hombre que se esconde detrás de un auto grande o caro, debe ser superficial e inseguro, buscando compensar alguna cosa con el auto”.
Buen punto. Hay que dejar en claro también que no todos los hombres atraídos por los autos lo hacen para conseguir alguna especie de pase libre hacia el sexo femenino. A muchos nos encantan los autos en sí, su belleza, desempeño o lujo.
También hay cosas que hacemos para impresionar a gente de nuestro mismo sexo. La personalización de los coches es un ejemplo. Poner unos rines de 20 pulgadas a tu auto, probablemente pase tan desapercibido para las mujeres, como a nosotros nos tienen sin cuidado sus zapatos, que también son comprados para impresionar a otras mujeres.
Lo que ellas quieren
¿Qué quieren, entonces, los hombres y mujeres de un auto? Para el sexo masculino tiene que ver con fantasías de infancia; con la sensación de poder, con la exhibición pública de sus logros económicos. El pensamiento de las mujeres, ya lo adivinaron, es más difícil de explicar.
Su fuerza en la hora de vender un auto es innegable y va en aumento. En Estados Unidos, ellas ya son responsables por nada menos que un tercio de los autos vendidos, pero la consultoría JD Power afirma que ellas “influencian” a 60% de las ventas totales.
En los años 50, Chrysler hizo un auto especialmente para las mujeres, llamado LaFemme. Era rosa por fuera y por dentro; tenía lugares especiales para guardar la bolsa y el sombrero y el asiento giraba hacia fuera para permitir que una mujer, usando falda, pudiera entrar y salir manteniendo el decoro. Fue un fracaso absoluto. Se vendieron sólo dos mil unidades y estuvo en el mercado menos de dos años. Ahora Honda está haciendo, en Japón, una edición especial del Fit, llamada She´s, también rosa y con detalles como los cristales con protección ultravioleta para no dañar la piel de sus usuarias. Ya veremos si el mundo femenino está, ahora sí, preparado para un auto exclusivo para su género.
Claro que hay mujeres enamoradas de los autos. Al igual que hay hombres a quienes les encantan los zapatos. Pero ambos son excepción en un mundo en el que el género sigue determinando más cosas de lo que parece o nos gustaría aceptar.
La mala noticia, al menos para mí, es que si las mujeres sí son atraídas por los autos deportivos, caros y/o lujosos como dice Dr. Dunn, la teoría de que produzco rechazo cobra fuerza. Por esto, prefiero pensar que ya tengo a la mujer que me interesa y que está conmigo desde antes que yo tuviera acceso a los autos que hoy conduzco.
Soy un afortunado, me queda claro.
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