Suplementos
Hacienda San Antonio, naturaleza y confort
Disfruta de cabalgatas, paseos por zonas arqueológicas, rutas históricas en un campo donde la paz y tranquilidad reinan
GUADALAJARA, JALISCO (15/AGO/2010).- La hacienda de San Antonio en Comala, en el Estado de Colima se encuentra rodeada por los volcanes de el Fuego y el Nevado de Colima desde 1879.
Años atrás don Arnoldo Vogel, un inmigrante alemán y su esposa de origen mexicano doña Cleotilde, exploraron el territorio y sabían que las tierras eran perfectas para cultivar café y caña de azúcar. Ni la Revolución pudo con esta construcción del siglo XIX.
La historia completa se puede escuchar de propia voz de los peones que cuidan las más de dos mil hectáreas que abarca la finca. Ahí mismo está el Rancho Jabalí en donde todavía se produce café y algunos lácteos.
Los gorriones trinan desde que los primeros rayos del Sol, levantan el vuelo y juguetean entre los arcos de piedra volcánica del acueducto. La luz de la mañana penetra por los ventanales de las 25 habitaciones. La leña cruje y se consume en la chimenea del comedor mientras se sirve el desayuno. El rojo de las cortinas y sillas contrasta con el color durazno de las paredes. Si se abre un ventanal puede que se vea al Nevado sacando algunas fumarolas.
Descanso personal
Pesa tener que salir de la cama, pero vale la pena respirar el aire puro desde la terraza de la habitación. Aunque por la mañana un cobertor funciona bien para protegerte del frío, por las tardes la temperatura es más cálida.
Para tomar un baño es mejor esperar a que el vapor caliente las paredes de piedra, y después disfrutar del agua caliente en la tina o simplemente del chorro directo de la regadera.
Al salir de la habitación hay que caminar por sus coloridos y largos pasillos adornados con jarrones y plantas. Todo lo que llega a la mesa es orgánico, hasta el queso y el yoghurt. El desayuno es típico: chilaquiles, frijoles refritos, huevos al gusto, café de olla y molletes. La sencillez no tiene nada que ver con la calidad.
Cuando los alimentos ya han reposado, puedes leer un libro en la biblioteca o bien admirar el lugar sentado entre los jardines. El olor que desprenden los árboles de naranjo, las higueras, los limones o las guayabas sirve como tratamiento natural de aromaterapia. Pero hay un aroma que predomina en el ambiente, es el tostado del café que se hace a diario, que se percibe desde la alberca.
Para ejercitarse están las canchas de tenis, las raquetas y pelotas están a disposición del cliente sin costo, así como el equipo para jugar en su campo de golf de nueve hoyos.
Hay más cosas por hacer. Un día antes hay que reservar un caballo para andar por las plantaciones cafetaleras. De diciembre a abril es la mejor época de cosecha, como todo hacendado puedes andar en los campos a supervisarlos y participar en la colecta hasta el proceso del tostado. Un experto te enseña cómo disfrutar de un buen café, por supuesto que lo hace mientras degustas una taza del producto por cortesía de la casa.
Ahora se puede tomar una bicicleta de montaña y conocer toda la hacienda, iniciando en el Rancho Jabalí, donde están las vacas, gallinas, patos y una familia completa de llamas. Aquí mismo se fabrican los lácteos. Conocer el proceso de elaboración de los productos también es parte del tour.
Servicio de lujo
Lo reconocemos, San Antonio es una hacienda exclusiva, por algo ha alojado a personalidades de la política internacional y hasta estrellas de cine.
Es su paisaje el que conquista a los huéspedes, el mismo que sedujo a Juan Rulfo para escribir Pedro Páramo. Tiene la ventaja de estar en Comala, el pueblo de casitas blancas en donde se respira la tranquilidad; basta con ver las calandrias que pasean a la gente entre sus calles empedradas.
La hacienda ofrece varios recorridos por los alrededores, con la exclusividad que los caracteriza.
Uno de los más recomendados, es el que se programa con una monta de caballo para galopar por la hacienda, después realizar una caminata por los huertos para buscar aves y así, llegar hasta al rancho en donde hay un lago con vista al volcán.
El chef del lugar inicia a montar el picnic. Se tiende un mantel, se acomodan los cojines y sobre una mesita de mimbre se colocan las copas para disfrutar de un vino tinto, mientras él prepara el menú. La reservación debe hacerse con 24 horas de anticipación y tiene costo extra.
De regreso a la hacienda se puede consentir al cuerpo con un masaje bajo la sombra de los árboles o en la comodidad de tu habitación. La hacienda no cuenta con un área exclusiva, ya que los masajes son bajo las condiciones que el cliente pida. Hay servicio de estética, manicure y pedicure. Los precios de los tratamientos van desde los 90 dólares por hora, más impuestos.
Otro tour es una caminata al volcán de Fuego. El recorrido dura cinco horas y se recorren cerca de ocho kilómetros. Está diseñado para que personas de la tercera edad participen sin ningún riesgo.
Para visitar:
Hacienda San Antonio está ubicada a media hora del aeropuerto de Colima, mismo que cuenta con pista de aterrizaje para avionetas y helicópteros.
La tarifa por hospedaje oscila desde cuatro mil a 10 mil pesos, más impuestos por noche.
Más información: www.haciendadesanantonio.com
Años atrás don Arnoldo Vogel, un inmigrante alemán y su esposa de origen mexicano doña Cleotilde, exploraron el territorio y sabían que las tierras eran perfectas para cultivar café y caña de azúcar. Ni la Revolución pudo con esta construcción del siglo XIX.
La historia completa se puede escuchar de propia voz de los peones que cuidan las más de dos mil hectáreas que abarca la finca. Ahí mismo está el Rancho Jabalí en donde todavía se produce café y algunos lácteos.
Los gorriones trinan desde que los primeros rayos del Sol, levantan el vuelo y juguetean entre los arcos de piedra volcánica del acueducto. La luz de la mañana penetra por los ventanales de las 25 habitaciones. La leña cruje y se consume en la chimenea del comedor mientras se sirve el desayuno. El rojo de las cortinas y sillas contrasta con el color durazno de las paredes. Si se abre un ventanal puede que se vea al Nevado sacando algunas fumarolas.
Descanso personal
Pesa tener que salir de la cama, pero vale la pena respirar el aire puro desde la terraza de la habitación. Aunque por la mañana un cobertor funciona bien para protegerte del frío, por las tardes la temperatura es más cálida.
Para tomar un baño es mejor esperar a que el vapor caliente las paredes de piedra, y después disfrutar del agua caliente en la tina o simplemente del chorro directo de la regadera.
Al salir de la habitación hay que caminar por sus coloridos y largos pasillos adornados con jarrones y plantas. Todo lo que llega a la mesa es orgánico, hasta el queso y el yoghurt. El desayuno es típico: chilaquiles, frijoles refritos, huevos al gusto, café de olla y molletes. La sencillez no tiene nada que ver con la calidad.
Cuando los alimentos ya han reposado, puedes leer un libro en la biblioteca o bien admirar el lugar sentado entre los jardines. El olor que desprenden los árboles de naranjo, las higueras, los limones o las guayabas sirve como tratamiento natural de aromaterapia. Pero hay un aroma que predomina en el ambiente, es el tostado del café que se hace a diario, que se percibe desde la alberca.
Para ejercitarse están las canchas de tenis, las raquetas y pelotas están a disposición del cliente sin costo, así como el equipo para jugar en su campo de golf de nueve hoyos.
Hay más cosas por hacer. Un día antes hay que reservar un caballo para andar por las plantaciones cafetaleras. De diciembre a abril es la mejor época de cosecha, como todo hacendado puedes andar en los campos a supervisarlos y participar en la colecta hasta el proceso del tostado. Un experto te enseña cómo disfrutar de un buen café, por supuesto que lo hace mientras degustas una taza del producto por cortesía de la casa.
Ahora se puede tomar una bicicleta de montaña y conocer toda la hacienda, iniciando en el Rancho Jabalí, donde están las vacas, gallinas, patos y una familia completa de llamas. Aquí mismo se fabrican los lácteos. Conocer el proceso de elaboración de los productos también es parte del tour.
Servicio de lujo
Lo reconocemos, San Antonio es una hacienda exclusiva, por algo ha alojado a personalidades de la política internacional y hasta estrellas de cine.
Es su paisaje el que conquista a los huéspedes, el mismo que sedujo a Juan Rulfo para escribir Pedro Páramo. Tiene la ventaja de estar en Comala, el pueblo de casitas blancas en donde se respira la tranquilidad; basta con ver las calandrias que pasean a la gente entre sus calles empedradas.
La hacienda ofrece varios recorridos por los alrededores, con la exclusividad que los caracteriza.
Uno de los más recomendados, es el que se programa con una monta de caballo para galopar por la hacienda, después realizar una caminata por los huertos para buscar aves y así, llegar hasta al rancho en donde hay un lago con vista al volcán.
El chef del lugar inicia a montar el picnic. Se tiende un mantel, se acomodan los cojines y sobre una mesita de mimbre se colocan las copas para disfrutar de un vino tinto, mientras él prepara el menú. La reservación debe hacerse con 24 horas de anticipación y tiene costo extra.
De regreso a la hacienda se puede consentir al cuerpo con un masaje bajo la sombra de los árboles o en la comodidad de tu habitación. La hacienda no cuenta con un área exclusiva, ya que los masajes son bajo las condiciones que el cliente pida. Hay servicio de estética, manicure y pedicure. Los precios de los tratamientos van desde los 90 dólares por hora, más impuestos.
Otro tour es una caminata al volcán de Fuego. El recorrido dura cinco horas y se recorren cerca de ocho kilómetros. Está diseñado para que personas de la tercera edad participen sin ningún riesgo.
Para visitar:
Hacienda San Antonio está ubicada a media hora del aeropuerto de Colima, mismo que cuenta con pista de aterrizaje para avionetas y helicópteros.
La tarifa por hospedaje oscila desde cuatro mil a 10 mil pesos, más impuestos por noche.
Más información: www.haciendadesanantonio.com