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Fin del tan lejos, tan cerca

Este 21 de diciembre es para muchos el último día, el fin de un ciclo o tal cual, de la vida; la interpretación del calendario maya ha generado zozobra en muchos y millones de dólares en productos culturales de consumo masivo

GUADALAJARA, JALISCO (16/DIC/2012).- Constantemente se anuncia que el fin del mundo está cerca. En distintos medios, y sobre todo en las redes sociales se dice que en esta ocasión la cita es el 21 de diciembre del 2012. Los que lo creen explican que los antiguos mayas dejaron inscritos signos en sus estelas y jeroglíficos que indican que en esta fecha sería el fin del treceavo Baktún, que marca el fin de la cuenta larga, y por ende del mundo. Estas inscripciones han sido interpretadas por distintos nuevos profetas apocalípticos que aseguran que ese fin se aproxima, y que las catástrofes naturales son signos inequívocos del fin. Estos nuevos Nostradamus ya no son monjes que se basan en interpretaciones de las Sagradas Escrituras, ni tampoco son astrónomos, sino un par de estadounidenses, Terence Makenna y José Argüelles, ambos líderes de la corriente de la espiritualidad new age (también conocida como nueva era) quienes anunciaron que los mayas tenían el conocimiento y el saber para, desde hace miles años, pronosticar con exactitud matemática y astronómica el cambio de época de un mundo regido por la constelación de piscis, que fue dominado por la racionalidad, el materialismo, el cristianismo y la tecnología, hacia una era acuariana que anuncia el despertar de  la magia, la espiritualidad, la creatividad inductiva,  y la armonía con la naturaleza y el cosmos.

A partir de estos relatos, que fueron difundidos inicialmente por redes de buscadores espirituales, se fueron agregando nuevos profetas con nuevos relatos y diferentes contenidos. Por ejemplo, esta visión, pronto adquirió un tono conspiracionista, al ser retomada por David Icke, el autor de Los hijos de la matrix, quien sostiene que el mundo está regido por reptilianos (camuflados bajo las pieles blancas de los principales políticos y líderes mundiales) y que son ellos quienes se encargan de ocultar estos hechos que avizoran un cambio de conciencia, engañando a la población y haciéndolos creer que todo proviene del cambio climático. Otro que abonó ideas a la teoría conspiracionista sobre el 2012, fue Rick Clay, quien tras anunciar que había descifrado el logotipo de los juegos olímpicos celebrados en Londres, dijo haber descubierto en ellos la palabra “sión”, asegurando que tenía orígenes masónicos y que su organización tenía la misión oculta de obstruir el anunciado cambio de era. En conjunción con estas narrativas, surgió y se difundió la teoría del próximo fin del mundo, desarrollada por los británicos Adrian Gilbert y Maurice Cotterell que, gozando de amplia difusión en librerías, interpretaban las anomalías de la actividad solar e interplanetaria como signo de una catástrofe y de la destrucción masiva de la tierra, que tendría lugar en el año 2012.

Estas diferentes “teorías” y otras más que se agregaron al imaginario global de la apocalipsis maya, fueron telón de fondo de películas de ciencias ficción, principalmente la de 2012 (quinto lugar en taquillas durante el 2009), video clips de artistas top de la música actual, como es el de Britney Spears (Till the World Ends, 2011) que escenificaba escenas apocalípticas referidas al 21 de diciembre de 2012; o videos como el del grupo Camila De mí (2011), que explotaba la sensibilidad neomaya en las ruinas arqueológicas de Cobá haciendo alusión al cambio de conciencia. En las librerías, tiendas de autoservicios y aeropuertos el tema conquistó estanterías exclusivas sobre la marca 2012, sacando este tema de los circuitos esotéricos, para recolocarlos y distribuirlos de manera masiva. Hace seis meses estos libros, que combinaban ciencia ficción con tratados seudo científicos  y esotéricos en torno a la temática de la profecía maya del 2012, se convirtieron en los más vendidos. También en su producción y circulación, tuvieron gran repercusión las cadenas de televisión por cable, que pronto vieron en esto un pretexto para la producción de documentales vendedores que se anunciaban con títulos como  Profecías mayas 2012 (National Geographic); Apocalipsis maya (Discovery Channel), 2012 The final prophecy (National Geographic), en los cuales se argumentaba y se buscaba resaltar su carácter “científico” y de construir paralelismos con otras famosas profecías. Estos programas, vistos por más de 80 millones de televidentes, tuvieron una enorme repercusión en la conformación de creencias e imaginarios en la era global, pues lograron inscribir la ciencia ficción y las teorías esotéricas a un ámbito de discusión y debate con tintes de cientificidad: arqueología, astronomía, historia, sociología, y religiosos. Al final de cada documental, siempre quedaba la pregunta abierta para que el espectador sacara sus propias conclusiones sobre la veracidad de este fenómeno.

Preparados para todo

El milenarismo 2012 se colocó como uno de los temas preferidos en distintos foros de discusión en internet, ya fuera para conocer más sobre este tema, para denunciarlo como un gran engaño mercadológico, o para que los pastores advirtieran a sus fieles sobre la carencia de sustento teológico de dicha creencia. Pero también en el internet se diseñaron y multiplicaron espacios para prepararse ante una posible contingencia. Por ejemplo, el foro español del Grupo sobrevivientes de España, se propuso en un inicio construir un búnker para ofrecer refugio y protegerse de la catástrofe, pero conforme ha pasado el tiempo, al ver que los costos hacían su misión imposible de comercializar (cada plaza individual tenía un costo de mil 600 euros), decidieron brindar tips y mercancías  para que los interesados pudieran sobrevivir. También, en una página web creada en Estados Unidos, se promocionan mochilas que incluyen el kit de sobrevivencia (lámparas, comida enlatada, agua, radio con pilas, antibióticos) todo por 100 dólares. En otra página se anuncian los artículos necesarios para la sobrevivencia, considerando agua y alimento por  un lapso de tres semanas para salir vivo de la catástrofe). Según el último conteo (13 de diciembre 2012) de páginas webs donde se aborda este tema, son 889 mil sitios (en español) y tres millones 360 mil (en inglés), mostrando un veloz incremento, pues este mismo ejercicio a principios de este año arrojó tan sólo  591 mil (en español) y dos millones 500 mil (en inglés) de páginas.

El apocalipsis maya 2012 es un credo que en tan sólo un par de años se difundió por todo el mundo. Una encuesta realizada en 24 países por Ipsos Global Public Affairs y Reuters News en la primavera de 2012 arrojó que 14% de los entrevistados dijeron estar de acuerdo en que les tocará vivir el fin del mundo; 10 de cada 100 encuestados, creen que el calendario maya efectivamente anuncia el fin del mundo y 8% admitió experimentar ansiedad o miedo provocados por la idea del próximo fin del mundo. Los que más creen en la apocalipsis maya son los chinos (20%), seguidos por los turcos, los rusos, los mexicanos, los japoneses y los coreanos del Sur (13%);  en tercer lugar están los estadounidenses, los argentinos, los húngaros y polacos (11%). Pero incluso entre los suecos, franceses y españoles también ronda en 10% quienes lo creen. Hasta entre los más flemáticos y racionalistas, como son los ingleses (7%)  y los alemanes (4%) hay quienes confiesan creer en este presagio.

Esta creencia también ha tenido también un eco en el turismo nacional, en especial en la zona maya, donde han visto una oportunidad de negocio en explotar en este clima de creencia apocalíptica y new age. Según  la Sectur, su repercusión es positiva en la reactivación del turismo, estimando más de 5.2 millones de personas que en este año visitarían la región, y se estima que al final de la temporada podrían haber dejado una derrama económica de más de 270 millones de pesos. En función de ello, se implementaron campañas promocionales en sintonía con la nueva era maya, invitando a los extranjeros a asistir a los antiguos templos a atestiguar el inicio de una nueva era y a vivir la experiencia del misticismo maya. De hecho, según reportes de mercadotecnia en Cancún, el 2012 ha logrado incrementar 17.2% el número de visitantes y  6.6 puntos en la ocupación hotelera con respecto a 2011 (http://mktconsultants.com.mx/suplementos.html).

Sin duda, el apocalipsis maya está permeado de los signos de los tiempos presentes y por venir. Surge de una cultura caracterizada por la incertidumbre, que teme a los efectos catastróficos de los avances descontrolados de la tecnología que amenazan a la naturaleza. También mira con sospecha a los organismos y corporaciones de Estado, generando teorías conspiracionistas, aun las más audaces como lo es la de los reptilianos,  la confabulación de la NASA para frenar el cambio de conciencia,  o incluso considerando que el fin del mundo es una versión inventada para desactivar el cambio de conciencia cósmica. También muestra que las creencias contemporáneas nacen en la orfandad institucional, sin el apego a las sagradas escrituras, ni arropadas en los templos, ni inscritas en dogmas ni tradiciones, sino como una narrativa resultado de la unión de fragmentos que al interactuar van sumándose y haciendo una nueva manera de escribir la profecía. Una profecía hecha con la pluma de la hipertextualidad. Por otra parte, las nuevas profecías encuentran sus nuevos profetas en los productores y conductores de las industrias culturales, en los artistas pop y en las pantallas que proyectan la ciencia ficción futurista. Su ritualización tiene lugar afuera de los templos, y se practica en medio del turismo. Estas amenazas ya no se previenen rezando sino consumiendo.

Una creencia mundial y masiva ha nacido en la era de la información. Es el anuncio de una insatisfacción generalizada, y de una necesidad de cambio, que conjuga el fin con el renacimiento. Lo más importante después del día 21 es que, en lugar de buscar entender por qué no sucedió, comprendamos qué mueve a millones de habitantes del planeta a desear un cambio de era. Y sin necesidad que los planetas se alineen, busquemos transformar este que es y seguirá siendo nuestro planeta a la mañana siguiente del 22 de diciembre del 2012.

EL DATO

Por qué el mundo no se termina

La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) subió hace unos días a su canal de Youtube un videoclip titulado “Why the World Didn’t End Yesterday”, en éste explica el calendario Maya y desmiente las teorías populares que aseguran que el mundo se acabará el próximo 21 de diciembre.

En poco más de cuatro minutos, tres expertos de la Agencia Espacial estadounidense señalan que no hay ruinas ni artefactos mayas que indiquen que se acerque el fin del mundo. Y si un planeta o asteroide se fuera a estrellar contra la tierra, explican, ya estaría a la vista en el cielo, como una gran luz.


*Lizette Campechano es estudiante de maestría en Comunicación en el DECS, Universidad de Guadalajara. Renée de la Torre es profesora investigadora del CIESAS Occidente, estudiosa de las nuevas formas de la religiosidad contemporánea.
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