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Viajes de graduación
GUADALAJARA, JALISCO (06/FEB/2011).- Por alguna razón desconocida, ahora se acostumbra realizar un viaje para festejar el fin de un ciclo escolar.
Hay destinos favoritos que regularmente son los de playa, pero también he conocido algunos que van a la montaña. Pero eso sí, todos tienen que ver con divertirse y peor aún si ya son de preparatoria o universidad, entonces parece que se trata de ir a una enorme cantina y beber todo lo que se pueda.
No escribimos este artículo para oponernos a este tipo de viajes, sino para inspirar un poco más de cultura a lo que ya de por sí debería estar implícito en una graduación. Sí, hay que festejar, pero con más civilidad.
En la mayoría de los casos, son los propios padres de familia los que llevan la responsabilidad de la organización. Y por eso mismo debería de ser una propuesta de mayor altura, que simplemente reunirse en un hotel de playa a festejar.
Así como han surgido los famosos “wedding planers”, es decir, los que organizan las bodas en todos los aspectos. Deberíamos contar con prestadores de servicios turísticos que organizaran diversos viajes de graduación con múltiples propuestas.
Si ya se van a hacer gastos tan onerosos, pues hay que darles un tinte más escolar que sólo festivo. Y por eso me parece más interesante que se sugirieran opciones que tengan una carga formativa y se recorrieran ciudades coloniales o sitios arqueológicos, como los que tenemos en el Sur del país, así como reducir lo más posible la idea de que las graduaciones se festejan con alcohol, pues ya tenemos bastantes problemas con la bebida, como para ahora llevarlo al final de los ciclos académicos.
Tal vez estamos llegando un poco tarde con esta sugerencia, pues la visión que ya se tiene no va a ser fácil modificar, pero aun así vale la pena intentarlo y tratar de hacer nuevas propuestas que motiven a convivir y festejar de una manera mucho más positiva.
Queremos proponer que las mismas autoridades de cada escuela, tomen las riendas e intervengan en los viajes de graduación con propuestas más sanas.
Hay destinos favoritos que regularmente son los de playa, pero también he conocido algunos que van a la montaña. Pero eso sí, todos tienen que ver con divertirse y peor aún si ya son de preparatoria o universidad, entonces parece que se trata de ir a una enorme cantina y beber todo lo que se pueda.
No escribimos este artículo para oponernos a este tipo de viajes, sino para inspirar un poco más de cultura a lo que ya de por sí debería estar implícito en una graduación. Sí, hay que festejar, pero con más civilidad.
En la mayoría de los casos, son los propios padres de familia los que llevan la responsabilidad de la organización. Y por eso mismo debería de ser una propuesta de mayor altura, que simplemente reunirse en un hotel de playa a festejar.
Así como han surgido los famosos “wedding planers”, es decir, los que organizan las bodas en todos los aspectos. Deberíamos contar con prestadores de servicios turísticos que organizaran diversos viajes de graduación con múltiples propuestas.
Si ya se van a hacer gastos tan onerosos, pues hay que darles un tinte más escolar que sólo festivo. Y por eso me parece más interesante que se sugirieran opciones que tengan una carga formativa y se recorrieran ciudades coloniales o sitios arqueológicos, como los que tenemos en el Sur del país, así como reducir lo más posible la idea de que las graduaciones se festejan con alcohol, pues ya tenemos bastantes problemas con la bebida, como para ahora llevarlo al final de los ciclos académicos.
Tal vez estamos llegando un poco tarde con esta sugerencia, pues la visión que ya se tiene no va a ser fácil modificar, pero aun así vale la pena intentarlo y tratar de hacer nuevas propuestas que motiven a convivir y festejar de una manera mucho más positiva.
Queremos proponer que las mismas autoridades de cada escuela, tomen las riendas e intervengan en los viajes de graduación con propuestas más sanas.
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