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Explorando el mundo
Los Camachos
GUADALAJARA,JALISCO (11/JUL/2010).- En la barranca de Huentitán existe un balneario de aguas termales que es muy conocido por los tapatíos, pero cuya característica más sobresaliente es que se encuentra incrustado en un ambiente natural de especial belleza. Pues en sí mismo, ya es un balneario anticuado en franca decadencia y con una concurrencia muy popular.
Los árboles de mango y el entorno semi tropical que ofrece, da una sensación muy agradable y destacada. Lo que hace disfrutar de una probadita de lo que significa la barranca para todos los que la visiten.
Los turistas extranjeros, que me han relatado todo sobre este lugar, me hicieron ver el gran desaprovechamiento que hacemos de este fabuloso espacio. Resulta inconcebible que teniendo una riqueza natural tan elevada, se convirtiera en un desordenado y espantoso suburbio de Guadalajara, cuando es de lo mejor que tenemos, se ha puesto en manos de la fealdad y el descuido urbano.
Debería de ser un lugar excepcional, con restaurantes mirador, parques, jardines, museos, y cuanta obra se pueda realizar para aprovechar la inigualable vista que se tiene. A unos cuantos kilómetros del centro se puede tener una belleza de corte mundial, pero que la falta de visión y creatividad han relegado a una simple y llana carretera a Zacatecas, o caseríos horribles y sin ninguna aportación al Guadalajara que queremos mostrar para las próximas generaciones.
Estoy convencido de que los turistas tienen la razón, tenemos una barranca subutilizada y hasta olvidada. Que la hemos dejado caer en el deterioro y en el peligro de ser invadida por lo que menos vale la pena, en vez de aprovechar sus maravillas.
Pero comencemos por estimular a que los propietarios de los Camachos busquen inversionistas para hacer de ese espacio algo mucho más grande y atractivo de lo que ahora es. Estamos seguros que se pude lograr mucho más y convertirlo en un punto de interés para propios y extraños.
Las autoridades deben poner más empeño en promover nuestros valores locales y uno de ellos es la Barranca de Huentitán. De seguro vale mucho la pena. Todos los vamos a disfrutar más.
Los árboles de mango y el entorno semi tropical que ofrece, da una sensación muy agradable y destacada. Lo que hace disfrutar de una probadita de lo que significa la barranca para todos los que la visiten.
Los turistas extranjeros, que me han relatado todo sobre este lugar, me hicieron ver el gran desaprovechamiento que hacemos de este fabuloso espacio. Resulta inconcebible que teniendo una riqueza natural tan elevada, se convirtiera en un desordenado y espantoso suburbio de Guadalajara, cuando es de lo mejor que tenemos, se ha puesto en manos de la fealdad y el descuido urbano.
Debería de ser un lugar excepcional, con restaurantes mirador, parques, jardines, museos, y cuanta obra se pueda realizar para aprovechar la inigualable vista que se tiene. A unos cuantos kilómetros del centro se puede tener una belleza de corte mundial, pero que la falta de visión y creatividad han relegado a una simple y llana carretera a Zacatecas, o caseríos horribles y sin ninguna aportación al Guadalajara que queremos mostrar para las próximas generaciones.
Estoy convencido de que los turistas tienen la razón, tenemos una barranca subutilizada y hasta olvidada. Que la hemos dejado caer en el deterioro y en el peligro de ser invadida por lo que menos vale la pena, en vez de aprovechar sus maravillas.
Pero comencemos por estimular a que los propietarios de los Camachos busquen inversionistas para hacer de ese espacio algo mucho más grande y atractivo de lo que ahora es. Estamos seguros que se pude lograr mucho más y convertirlo en un punto de interés para propios y extraños.
Las autoridades deben poner más empeño en promover nuestros valores locales y uno de ellos es la Barranca de Huentitán. De seguro vale mucho la pena. Todos los vamos a disfrutar más.
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