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Explorando el mundo
Llegar a tiempo
Resulta que las personas que tienen el mal hábito de llegar tarde a todos lados, acaban también haciendo lo mismo al tomar sus vuelos.
Además de ser un comportamiento vicioso, es una costumbre cultural más o menos arraigada en nuestro país.
Empezando por los eventos sociales, la gente suele llegar poquito después de la cita oficial. De tal manera es ya conocido, que en muchas bodas citan una hora antes para que finalmente los invitados estén a tiempo. Los únicos perjudicados son los que sí son muy puntuales. Pero como en general son tan pocas personas, sí se llega a cumplir con el objetivo.
El problema está en cumplir con las citas entre familiares y amigos y llegar todos a la hora exacta. Esto suele ser un verdadero desastre. Hay desde los muy responsables, hasta a los que les vale hacer esperar a los demás.
No hay peor angustia que vivir al lado de un pernicioso impuntual, cuando se tiene que estar a tiempo para tomar el vuelo en el aeropuerto.
Eso de llegar patinando al mostrador para ver si no se ha cerrado el vuelo, es verdaderamente tortuoso. Y todo por que los impuntuales parecen vivir en un tortuguismo y un desdén sin igual.
El tiempo no les importa mucho y todo lo dejan para última hora, y claro que esto les puede funcionar en muchas actividades cotidianas; pero ante los horarios fijos y con consecuencias importantes, es una lentitud fatal.
Cuando uno tiene un familiar así, de plano hay que anticiparse a su vicio, hay que forzar las cosas para que salga a tiempo, no importa su opinión, la hora de salida debe ser con mucha anticipación y sin consideraciones. Muchas veces ellos mismos en vez de enojarse, llegan a agradecer que se les obligue a estar a tiempo.
La verdad no hay muchas alternativas y hay que ayudarlos y hasta hacer por ellos muchas cosas para que no hagan todo a última hora, especialmente por que tienden a perder y a olvidar varias de sus pertenencias
¡Buena suerte y Feliz Navidad!
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