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Explorando el mundo
Comer y comprar
Resulta que se fue asombrado de la belleza y encanto de la mayoría de ellos, incluso se quedó impresionado por la riqueza cultural, antropológica y arquitectónica que tenemos.
Pero también encontró que la propuesta turística es muy pobre. En casi todos se topo con exactamente lo mismo, tienditas y restaurantes. Es decir sólo te invitan a comer y a comprar. Quizá alguno que otro tiene un pequeño festival una vez al año, y si coincide con los días de tu visita, entonces si te encuentras con algo diferente.
La cultura contemporánea está muy escasa y sin creatividad. Le falta más propuesta y vida a los lugares, en el único lugar en el que vio algo más fue en Pátzcuaro un domingo en la plaza principal que unos danzantes hacen el baile de los viejitos para agradar a los visitantes, pero de allí en fuera no se ve expresión artística que no sea comercio y venta de todo cuanto uno se pueda imaginar, eso si las artesanías en tianguis te llegan a cansar.
Lo único que si se puede rescatar es la restauración de viejos edificios y casonas y convertirlos en hermosos restaurantes y hoteles, la mayoría de ellos del tipo llamado boutique. En esos espléndidos lugares si pudo constatar una bella propuesta de lo que hoy en día se pueden hacer con los espacios . El buen gusto por la decoración y su gran colorido a la mexicana, se explaya con especial riqueza. Desde la decoración de cada cuarto, los múltiples rincones y los comedores muestran es creatividad y sensibilidad para hacer de los espacios viejos, una realidad sumamente atractiva.
No se puede negar que hay quien va en busca de sólo comprar y comer. Y que para que estos pueblos mágicos subsistan se necesita de esa derrama que hacen los viajeros, pero la verdad hay que vestir de gala con arte y cultura cada pueblo mágico. Nuestra propuesta no se debe quedar en lo primario, hay que llegar al espíritu de los turistas.
Hasta la próxima.
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