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Explorando el mundo
Los quejumbrosos
Pues efectivamente, existen muchas personas que no saben disfrutar de la vida y también sacan a pasear su amargura a todos lados. Y como son gente de tendencias muy egoístas, no les importa inundar el ambiente con su patética actitud. A lo que sea le van a encontrar algo que no les gusta, eso ténganlo por seguro. Si están en una fila esperando su turno en el mostrador del aeropuerto, de seguro criticarán la lentitud del personal. Si algo no les parece de algún empleado, se lo va a echar en cara y le reclamarán sus malos modos ¡Ah, eso si! ellos nunca se dan cuenta de los suyos. Al hotel que van, le van a encontrar algún defecto y hasta caro les va a parecer. Se desilusionan de las agencias de viajes, de los guías de turistas y les parece muy poca la atención que les brindan. Y por si eso no fuera suficiente, se van a quejar hasta de los monumentos históricos, de lo caro de los boletos de ingreso y de la limpieza de los baños.
Desde luego, que les gusta provocar y generar discusiones y tratar de salir airosos de ellas, a costa de hacer enojar a uno que otro sensible compañero de viaje. De que tienen la razón es indiscutible. Por eso viven amargados, porque creen que el mundo no los merece. Les gusta sacar a relucir lo mucho que han viajado y cómo en otras ocasiones, han sido mejor que esta. Porque este viaje es fatal. Los de antes han sido mejores.
Suelen tener una gran facilidad para echar a perder los buenos momentos. Pueden estropear una cena, con muecas y comentarios que no vienen ni al caso. Pero que destilan su inconformidad con todo, ni la comida respetan, también la tienen que contaminar con sus frustraciones.
Hasta ahora no hay repelentes contra ellos.
Procure no invitarlos, no van a cambiar y aunque no les haga caso, le echarán a perder su viaje.
¡Piénselo bien!
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