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Explorando el mundo
El atento recepcionista
Y por la hora les puedo hacer un descuento. Nos quedamos sorprendidos. Parecía que la suerte estaba de nuestro lado, pero no era así el hombre sabía tratar a todos sus clientes con el mismo tono y actitud. Era un hombre que conocía bien su negocio.
Al charlar con él, nos dimos cuenta de que era el dueño del hotel y que acostumbraba irse uno o dos días a trabajar en la recepción para continuar con el buen hábito de sentir a los clientes.
¿Quién no recomienda un lugar así? Esa es la sensación que debes tener una vez que dejas el cuarto y sales por la misma puerta que entraste. Si recibiste una buena atención, te dan ganas de volver o al menos de recomendarlo. Y eso nos pasó con este lugar.
Los buenos hoteles saben poner el precio justo y el servicio adecuado para que el cliente se vaya contento. Es el caso del servicio de Internet inalámbrico para los usuarios de la WEB.
Hoy ya no es tan importante que pongan cosas de lujo en los baños, lo que importa es que todo funcione bien y que exista mucha higiene, pero finalmente lo que los clientes buscamos es servicio. Una buena atención, desde que llegas es fundamental, tal y como nos sucedió a nosotros.
En cambio las actitudes que más me molestan es cuando ponen un letrero en la puerta del hotel que dice lleno o no vacancy, me puede resultar incómodo que de plano presuman que esta noche no hay un lugar para ti. Recuerdo que un buen hombre en la recepción le dijo a los cansados viajeros, siéntense yo hablo a los hoteles cercanos y pregunto si tienen una habitación doble para ustedes.
Eso es educación. ¿No creen?
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