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Explorando el mundo
Regala un viaje
Recientemente escuché a una chica que va a cumplir sus 15 años, pedirles a sus papas un viaje. Pero en vez de algo muy sofisticado, simplemente quería irse con sus amigas a la playa por un fin de semana.
Lo que deseaba es convivir y divertirse mucho junto con ellas. En vez de gastar tanto dinero en una fiesta, es preferible gastarlo en un viaje, en el que dure más tiempo la alegría.
En otra ocasión supe también de una adolescente que pidió a sus papás, que en vez de pagar una costosa fiesta de graduación, mejor se fueran con sus amigas a Disneylandia. De hecho, ha resultado uno de los viajes más agradables y divertidos de su vida.
La forma de festejar en los grandes eventos de la vida, se ha ido modificando, y desde el abuelo con dinero que decide festejar sus ochenta años invitando a toda la familia a un crucero por Alaska, hasta el joven que invita a sus mejores amigos a ir a un rancho a festejar sus quince.
La idea de salir se está convirtiendo en una alternativa muy buscada. Es una manera diferente de convivir con la gente que uno quiere, y se provoca un ambiente de unidad.
Los viajes de graduación han ido creciendo. Y los jóvenes prefieren un fin de semana en Manzanillo que una fiesta de salón.
Regalar viajes es una buena alternativa, claro que depende mucho del presupuesto de cada quien. Pero aún así, es una manera de festejar a las personas que más se quieren.
Hace poco una familia de clase media me contaba, que con muchos esfuerzos pero rentaron una cabaña en Mazamitla e invitaron a los parientes que nunca salen por no tener dinero, pero lograron una convivencia como nunca en su vida. Todos quedaron felices y contentos.
No siempre se tiene que invitar a los demás con los gastos pagados, basta con organizarlo y convocar al evento y que cada quien ponga su parte. El chiste en reunirse y convivir en otro lugar distinto.
Vale la pena un obsequio de esta naturaleza, son inolvidables.
Lo que deseaba es convivir y divertirse mucho junto con ellas. En vez de gastar tanto dinero en una fiesta, es preferible gastarlo en un viaje, en el que dure más tiempo la alegría.
En otra ocasión supe también de una adolescente que pidió a sus papás, que en vez de pagar una costosa fiesta de graduación, mejor se fueran con sus amigas a Disneylandia. De hecho, ha resultado uno de los viajes más agradables y divertidos de su vida.
La forma de festejar en los grandes eventos de la vida, se ha ido modificando, y desde el abuelo con dinero que decide festejar sus ochenta años invitando a toda la familia a un crucero por Alaska, hasta el joven que invita a sus mejores amigos a ir a un rancho a festejar sus quince.
La idea de salir se está convirtiendo en una alternativa muy buscada. Es una manera diferente de convivir con la gente que uno quiere, y se provoca un ambiente de unidad.
Los viajes de graduación han ido creciendo. Y los jóvenes prefieren un fin de semana en Manzanillo que una fiesta de salón.
Regalar viajes es una buena alternativa, claro que depende mucho del presupuesto de cada quien. Pero aún así, es una manera de festejar a las personas que más se quieren.
Hace poco una familia de clase media me contaba, que con muchos esfuerzos pero rentaron una cabaña en Mazamitla e invitaron a los parientes que nunca salen por no tener dinero, pero lograron una convivencia como nunca en su vida. Todos quedaron felices y contentos.
No siempre se tiene que invitar a los demás con los gastos pagados, basta con organizarlo y convocar al evento y que cada quien ponga su parte. El chiste en reunirse y convivir en otro lugar distinto.
Vale la pena un obsequio de esta naturaleza, son inolvidables.
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