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Explorando el mundo

Por: Guillermo Dellamary

Ahora, que sentimos en nuestra economía nacional, los efectos de la baja en el turismo, es cuando más debemos valorar lo mucho que significa, para nuestra estabilidad, saber atender correctamente a los visitantes.

Todo turista quiere un buen trato, que tengamos los servicios adecuados, que nuestra ciudad esté limpia y bien arreglada.

Ahora debemos de comprender lo mucho que nos dejan ellos y lo poco que hacemos, día a día, para mejorar nuestra ciudad.

Si el turismo es una fuente de ingresos tan importante, tenemos que redoblar esfuerzos para incrementar la calidad de nuestros servicios y limpiar el cochinero de calles y fachadas que aun tenemos.

La verdad no nos gustaría que llegaran a casa unos parientes de visita, y se encontraran con un tiradero y suciedad por todos lados. De hecho cuando alguien viene a casa, lo que hacemos primero es arreglarla bien y ponerla reluciente para que se vea bien.

Pues eso mismo debemos de hacer permanentemente, no debemos dejar ni un día de limpiarla y arreglar cada rincón, para que siempre esté reluciente.

Si valoramos su presencia y los recursos que nos deja, tenemos que corresponder con ellos manteniendo en óptimas condiciones los servicios que ofrecemos.

No es una tarea que sólo le corresponda al gobierno, son hábitos que tenemos que adquirir y arraigarlos en la población.

Qué terquedad de la gente de seguir arrojando basura en las calles, o dejar sin solución adecuada el problema de los grafitos, o abandonar a su suerte camellones y parques.

Es tarea de la ciudadanía, empeñarnos en corregir semejantes descuidos y exigir a las autoridades que corrijan, con esmero, las fallas en la infraestructura de nuestra ciudad.

Estamos cada vez más cerca de los Juegos Panamericanos y no vemos esfuerzos conjuntos para tomar conciencia de la importancia que tiene arreglar nuestra ciudad.

La remodelación de los centros históricos, es sólo una parte, pero no es suficiente. Necesitamos que la gente se involucre en remodelar sus fachadas, en repintarlas, en mostrar más educación al mantener aseada las calles. Queremos que la gente cambie de hábitos de limpieza y se fije más en lo mucho que puede aportar, para mejorar nuestra ciudad.
Si aprecio mi casa, aprecio al turista y viceversa.
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