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Explorando el mundo
A revisar la cuenta
Resulta que la familia Gómez viajó a un elegante hotel de la costa de Colima para, asistir a un importante evento. Con tres meses de anticipación, pagó el precio del hotel en dólares y por supuesto se lo cargaron a su tarjeta de crédito a la cotización de esos días.
A la hora de hacer la liquidación final, observó que la suma total no coincidía con la cifra que había calculado. De inmediato reclamó. Y se pusieron a revisar con detalle los cargos. Finalmente resultó que el pago inicial no lo consideraron como pago total del cuarto, sino sólo como anticipo. Así que el precio ya era otro acorde a la cotización del dólar. Por lo tanto, había una diferencia significativa entre la tarifa anterior y la actual. Que por supuesto el cliente no estaba dispuesto a asumir. Afortunadamente estaba presente el gerente y con mucha facilidad y disponibilidad se resolvió.
Es un claro ejemplo de poner mucha atención a la hora de pagar las cuentas en los hoteles y restaurantes. No se trata de ser un escrupuloso y chocante como consumidor, sino de procurar cuidar el presupuesto y pagar sólo lo que uno consume.
Imagine usted la de errores que puede haber en una cuenta de restaurante, dónde diez comensales han consumido alimentos y bebidas durante largas horas. Muchas veces no es más que un simple error humano, pero en algunos lugares si se aprovechan, de la cantidad y la confusión, para agregar productos que no se han consumido.
Es cierto que debe de existir siempre una buena voluntad por parte de los prestadores de servicio, que su ética y conducta no debe ser cuestionada, pero hoy en día muchas decisiones se basan por medio de lo que dictaminan los sistemas y estos, no están exentos de errores. El criterio humano tiene que estar presente para resolver cada caso en particular.
De buen modo y con respeto, pero es importante revisar las cuentas antes de pagarlas. Y si hay algún error, hacerlo ver sin acusaciones ni malos modos.
Hay que cuidar el dinero.
¿No es así?
A la hora de hacer la liquidación final, observó que la suma total no coincidía con la cifra que había calculado. De inmediato reclamó. Y se pusieron a revisar con detalle los cargos. Finalmente resultó que el pago inicial no lo consideraron como pago total del cuarto, sino sólo como anticipo. Así que el precio ya era otro acorde a la cotización del dólar. Por lo tanto, había una diferencia significativa entre la tarifa anterior y la actual. Que por supuesto el cliente no estaba dispuesto a asumir. Afortunadamente estaba presente el gerente y con mucha facilidad y disponibilidad se resolvió.
Es un claro ejemplo de poner mucha atención a la hora de pagar las cuentas en los hoteles y restaurantes. No se trata de ser un escrupuloso y chocante como consumidor, sino de procurar cuidar el presupuesto y pagar sólo lo que uno consume.
Imagine usted la de errores que puede haber en una cuenta de restaurante, dónde diez comensales han consumido alimentos y bebidas durante largas horas. Muchas veces no es más que un simple error humano, pero en algunos lugares si se aprovechan, de la cantidad y la confusión, para agregar productos que no se han consumido.
Es cierto que debe de existir siempre una buena voluntad por parte de los prestadores de servicio, que su ética y conducta no debe ser cuestionada, pero hoy en día muchas decisiones se basan por medio de lo que dictaminan los sistemas y estos, no están exentos de errores. El criterio humano tiene que estar presente para resolver cada caso en particular.
De buen modo y con respeto, pero es importante revisar las cuentas antes de pagarlas. Y si hay algún error, hacerlo ver sin acusaciones ni malos modos.
Hay que cuidar el dinero.
¿No es así?
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