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Exclusividad latente

La versión tope de este sedán japonés mejora de manera palpable su sentir en calidad

GUADALAJARA, JALISCO (17/JUN/2017).- El cambio generacional tocó al TLX de Acura, que ahora en su año modelo 2018 no solo tiene alteraciones al exterior, también tiene una evolución interna, que lo lleva a ofrecer mejores sensaciones de un vehículo Premium.

El diseño es conocido, gracias a elementos tomados de la SUV de tres filas de la marca, la MDX. Además, la firma nipona pretende insinuar un poco a la deportividad, pues según dicen su diseño se basa en rasgos del súperdeportivo NSX.

La frontal del coche incrusta una parrilla en forma de diamante, con adornos cromados al contorno y al interior, o en negro en la variante A-Spec; los faros tienen cinco elementos de iluminación, que dan origen a lo que la armadora llama “Jewel Eye”; a su vez, el cofre tiene pliegues agresivos, que son complementados por una fascia delantera con entradas de aire generosas, además de nuevos faros de niebla y un bisel inferior deportivo. En los costados luce una línea de expresión cerca de la mitad de la puerta trasera, así como rines de aluminio de 18 o 19 pulgadas. La imagen trasera plasma una antena de “aleta de tiburón”; grupos ópticos afilados hacia los extremos y una relativamente ancha defensa posterior. Un  conjunto armónico, bien logrado y con tintes de elegancia.

La cabina mejora, mayormente en la versión A-Spec, que se atreve a teñir el cuero de las vestiduras en tonos diferentes, o en su defecto, en Alcantara. Sin importar de la variante elegida, los materiales se acercan más a los rivales que dominan el sector (léase alemanes), aunque debemos admitir que aún existe distancia entre unos y otros.

Las amenidades principales incluyen el ya típico sistema de infotenimiento de doble pantalla, compatible con sistemas operativos Apple CarPlay y Android Auto. Todos los controles son eléctricos y se tiene control de audio al volante.

Otra novedad importante es la eliminación del selector de marchas tradicional. En lugar de la típica palanca, Acura reemplazo esta con botones (Shift By Touch), los cuales al ser pulsados determinan las funciones a realizar por la caja automática de nueve cambios.

La seguridad como bastión

Este TLX toma como característica estándar el sistema Acura Watch. Este es un cúmulo de sistemas de seguridad que ponderan a los ocupantes del automóvil.

De primera mano probamos el control de crucero adaptativo; monitor de punto ciego; asistente y advertencia de abandono de carril; asistente de frenado de emergencia; alarma de colisión frontal; cámara de reversa; siete bolsas de aire, y otras asistencias pasivas y activas que hacen de este coche un vehículo completo en este importante rubro.

La versión probada fue la A-Spec, que debuta en México con este modelo. En este paquete solo hay mejoras visuales, como rines; alerones; insignias y los interiores, en este caso, de Alcantara.

El manejo fue bueno, en el entendido que nuestro contacto con él fue breve y bajo condiciones controladas. Aun así, debemos de decir que la aceleración y viraje es más que adecuado, pero sin poder ahondar más en este tema, otra vez por la corta convivencia obtenida.

Podemos suponer que se obtienen las sensaciones ya conocidas, pues el motor V6 de 290 caballos prevalece, no así el de cuatro cilindros en línea, que se elimina de portafolio específico de este coche y en su lugar la marca plantea ofrecer al ILX, que tendrá próximamente un cambio.

La primera impresión es buena, pero faltará confirmarla con una convivencia de mayor tiempo, lo que nos ayudará a determinar si vale la pena pagar 669 mil 900 pesos por la versión Advance o 739 mil 900 por la variante A-Spec.

César Cerda/ Toluca, Edo. México

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