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Evita accidentes automovilísticos en cinco pasos
Una de las claves para no tener percances es la observación
precavida cuando conduzcas en ciudad o carretera.
1. Espejea, siempre espejea. Tienes tres espejos que, además de reflejar el increíble color de labial que llevas, también dejan ver la distancia de tu coche con respecto a los otros. No importa si vas rápido, si vas lento o si estás detenida en el tráfico, debes mirarlos por lo menos una vez por minuto, porque no sabes si algún coche viene muy rápido y debes anticipar tus movimientos. Mirar al espejo también te permite ver a ciclistas y motociclistas que pasan entre los carriles y con los cuales debes tener especial cuidado, porque son los que corren más riesgo.
2. No confíes en los taxistas. No te darán el paso, tampoco te metas frente a las camionetas de valores, los coches de judiciales ni a los camiones de carga, porque son muy pesados y no alcanzan a frenar. Mucho menos a los que tienen doble semi remolque. Es fácil, el taxista lo que quiere es encontrar pasaje y se para donde sea, como sea y con quien sea, por eso no te pongas detrás de ellos. Tampoco “eches lámina” a las camionetas de valores o a los coches de judiciales porque están hechos de la misma calaña. Su paranoia es tan grande que si ven que te metes pueden pensar que eres la mamá de ‘El Chapo’ y los quieres asaltar.
3. ¿Quieres evitar atropellar a alguien? Cuando estés en calles residenciales, no manejes rápido y fíjate siempre debajo de los coches estacionados para que puedas alcanzar a ver la sombra de los pies de la gente antes de que crucen. Suena paranoico, pero es una técnica que utilizan los conductores de ambulancia. Si eres observadora de lo que pasa en las zonas laterales de tu coche a nivel del piso, salvarás la vida de gente que cruza y de muchos caninos. Cuando en una avenida se puso el siga y hay frente a ti un coche que no avanza, detente porque seguramente alguien no logró cruzar todavía. Los abuelos y personas con capacidades diferentes deben tomarse su tiempo para caminar y muchas veces se quedan en medio de un montón de conductores que por no alcanzar a verlos, hacen caso omiso de este consejo y se los llevan ‘de corbata’. Así de triste.
4. Para cambiar de carril. Sólo hay dos reglas. Si le ves “la trompa” al coche que viene detrás de ti y la imagen del auto cabe completa en el espejo, puedes cambiarte; sólo si viene más lento que tú. Aprende a medir el tamaño de tu coche porque a menos de que te llames "Lola" y tengas un tráiler, no debes esperar siete años para meterte a otro carril o una invitación de Facebook para poder orillarte.
5. Anticípate siempre a todo. Deja de mirar al piso o al infinito. Si ves a través de los cristales del coche que va adelante de ti, puedes notar que el tráfico frena y anticiparte. Si espejeas a tiempo, puedes librar al que viene haciendo arrancones. Si manejas con tu ventana ligeramente abajo, escucharás la sirena de las ambulancias, esto también te sirve si alguien adelante chocó, evitando que seas parte de la carambola. Piensa en escenarios alternos: “¿Qué pasaría si el coche que viene a mi derecha se mete? Si doy volantazo le pego al de la izquierda o aviento al motociclista. Entonces, mejor bajo mi velocidad y freno”.
Abre tu mente a las posibilidades y percibe siempre todo lo que te rodea. Manejar es hacerlo con los cinco sentidos, no sólo con las manos.
CIUDAD DE MÉXICO (24/FEB/2016).- Aplicar estas sencillas reglas te ayudarán a ser más
1. Espejea, siempre espejea. Tienes tres espejos que, además de reflejar el increíble color de labial que llevas, también dejan ver la distancia de tu coche con respecto a los otros. No importa si vas rápido, si vas lento o si estás detenida en el tráfico, debes mirarlos por lo menos una vez por minuto, porque no sabes si algún coche viene muy rápido y debes anticipar tus movimientos. Mirar al espejo también te permite ver a ciclistas y motociclistas que pasan entre los carriles y con los cuales debes tener especial cuidado, porque son los que corren más riesgo.
2. No confíes en los taxistas. No te darán el paso, tampoco te metas frente a las camionetas de valores, los coches de judiciales ni a los camiones de carga, porque son muy pesados y no alcanzan a frenar. Mucho menos a los que tienen doble semi remolque. Es fácil, el taxista lo que quiere es encontrar pasaje y se para donde sea, como sea y con quien sea, por eso no te pongas detrás de ellos. Tampoco “eches lámina” a las camionetas de valores o a los coches de judiciales porque están hechos de la misma calaña. Su paranoia es tan grande que si ven que te metes pueden pensar que eres la mamá de ‘El Chapo’ y los quieres asaltar.
3. ¿Quieres evitar atropellar a alguien? Cuando estés en calles residenciales, no manejes rápido y fíjate siempre debajo de los coches estacionados para que puedas alcanzar a ver la sombra de los pies de la gente antes de que crucen. Suena paranoico, pero es una técnica que utilizan los conductores de ambulancia. Si eres observadora de lo que pasa en las zonas laterales de tu coche a nivel del piso, salvarás la vida de gente que cruza y de muchos caninos. Cuando en una avenida se puso el siga y hay frente a ti un coche que no avanza, detente porque seguramente alguien no logró cruzar todavía. Los abuelos y personas con capacidades diferentes deben tomarse su tiempo para caminar y muchas veces se quedan en medio de un montón de conductores que por no alcanzar a verlos, hacen caso omiso de este consejo y se los llevan ‘de corbata’. Así de triste.
4. Para cambiar de carril. Sólo hay dos reglas. Si le ves “la trompa” al coche que viene detrás de ti y la imagen del auto cabe completa en el espejo, puedes cambiarte; sólo si viene más lento que tú. Aprende a medir el tamaño de tu coche porque a menos de que te llames "Lola" y tengas un tráiler, no debes esperar siete años para meterte a otro carril o una invitación de Facebook para poder orillarte.
5. Anticípate siempre a todo. Deja de mirar al piso o al infinito. Si ves a través de los cristales del coche que va adelante de ti, puedes notar que el tráfico frena y anticiparte. Si espejeas a tiempo, puedes librar al que viene haciendo arrancones. Si manejas con tu ventana ligeramente abajo, escucharás la sirena de las ambulancias, esto también te sirve si alguien adelante chocó, evitando que seas parte de la carambola. Piensa en escenarios alternos: “¿Qué pasaría si el coche que viene a mi derecha se mete? Si doy volantazo le pego al de la izquierda o aviento al motociclista. Entonces, mejor bajo mi velocidad y freno”.
Abre tu mente a las posibilidades y percibe siempre todo lo que te rodea. Manejar es hacerlo con los cinco sentidos, no sólo con las manos.
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