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En la víspera de la FIL
La mejor inversión del año: conocimientos, sabiduría, historias, conferencias y talleres, por supuesto, también conciertos
La oferta de entretenimiento de la ciudad va en aumento, a partir de las Fiestas de Octubre no han cesado los conciertos y presentaciones de artistas renombrados, que claro, vienen a la ciudad a mostrar sus talentos. Yo me pregunto, si han tenido diez meses para esto, ¿por qué ahora?
Claro cuando estamos en la víspera de la FIL y cuando cada peso debe ser ahorrado para realizar la mejor inversión del año: conocimientos, sabiduría, historias, conferencias y talleres, por supuesto, también conciertos.
Quizás eso no se notaba antes, pues no había Auditorio Telmex, ni Arena VFG, pero ahora se nota y ya es tema.
El otro día en una tertulia -muy agradable por cierto- entre amigos letrados y amantes tanto de la cultura como del entretenimiento, se comentaba acerca del presupuesto destinado para el área del esparcimiento, el cual desde luego no puede ser mayor que el que se invierte en cultivarse, y si un boleto para ver a Madonna ya excede de los mil pesos, -sin contar el gasto del viaje a la Ciudad de México y la estancia-, para lograr un balance entre la cultura y el entretenimiento, ¿cuánto entonces habremos de invertir en libros?
Con esta perspectiva cada quien comenzó a hacer cuentas. El resultado fue –por mucho- avasallador, el entretenimiento no cultural rebasa las cifras por unos ceros. ¡Qué tristeza!
Así que de momento ni un concierto más, pues todo el capital se irá directo a los bolsillos de las editoriales y aunque los conciertos son una gran tentación, deberíamos sugerir a los organizadores que hagan un calendario anual, o bien semestral para que así el presupuesto se balancee y uno pueda tranquilamente ir a los conciertos y al mismo tiempo ir de compras a la FIL sin endeudarnos con los bancos.
Benditas tentaciones las dos.
JP
Claro cuando estamos en la víspera de la FIL y cuando cada peso debe ser ahorrado para realizar la mejor inversión del año: conocimientos, sabiduría, historias, conferencias y talleres, por supuesto, también conciertos.
Quizás eso no se notaba antes, pues no había Auditorio Telmex, ni Arena VFG, pero ahora se nota y ya es tema.
El otro día en una tertulia -muy agradable por cierto- entre amigos letrados y amantes tanto de la cultura como del entretenimiento, se comentaba acerca del presupuesto destinado para el área del esparcimiento, el cual desde luego no puede ser mayor que el que se invierte en cultivarse, y si un boleto para ver a Madonna ya excede de los mil pesos, -sin contar el gasto del viaje a la Ciudad de México y la estancia-, para lograr un balance entre la cultura y el entretenimiento, ¿cuánto entonces habremos de invertir en libros?
Con esta perspectiva cada quien comenzó a hacer cuentas. El resultado fue –por mucho- avasallador, el entretenimiento no cultural rebasa las cifras por unos ceros. ¡Qué tristeza!
Así que de momento ni un concierto más, pues todo el capital se irá directo a los bolsillos de las editoriales y aunque los conciertos son una gran tentación, deberíamos sugerir a los organizadores que hagan un calendario anual, o bien semestral para que así el presupuesto se balancee y uno pueda tranquilamente ir a los conciertos y al mismo tiempo ir de compras a la FIL sin endeudarnos con los bancos.
Benditas tentaciones las dos.
JP
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