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El rival a vencer

El Fluence llega a un poblado segmento, pero tiene las mejores armas para la lucha

GUADALAJARA, JALISCO (06/NOV/2010).-  Vaya que no es fácil la tarea que tiene por delante el Renault Fluence. Porque el auto llega para combatir contra verdaderos campeones como Civic, Corolla y Focus. A estos, empero, les decimos que pónganse las pilas ante su nuevo rival.

Primero, vamos a ver qué es el Fluence. Se trata de un sedán mediano, para los estándares mexicanos, que llega para llenar el espacio que antes era ocupado por el Mégane. Es difícil saber cuál será su labor más complicada, si reemplazar el Mégane o vencer a sus enemigos. No es que sea duro ser mejor que el Mégane, todo lo contrario, pero ahí es donde reside el problema, porque el Fluence tiene que encargarse de rescatar la imagen de Renault ante los clientes de este segmento, muy dañada por los problemas de calidad que presentó con una frecuencia mayor que la deseada, por su antecesor.

La base del auto es buena. El Fluence está hecho sobre la plataforma del Nissan Sentra, muy conocido por todos, más que nada por su durabilidad. Basta con decir que el Sentra es, en realidad, la actual generación del Tsuru.

Origen oriental

Hecho en la planta de Renault-Samsung en Corea del Sur, el Fluence es la actual generación del SM-3, como se llama el auto en su país de origen. De hecho, en Corea se venden dos generaciones del Fluence, siendo la otra el Scala.

De entrada, saber que viene de Corea tranquiliza a los que puedan estar preocupados por la calidad de fabricación del Fluence. Los autos coreanos pasaron por una fuerte preocupación de sus fabricantes con esa calidad y hoy están considerados entre los mejores del mundo, con sus marcas ganando premios y reconocimientos por esa labor consciente en la fabricación de sus vehículos.

Este, es el primer punto a favor del Fluence. El segundo es que el auto es lo que la mayoría de los consumidores quiere que sus coches sean: bonito. Al menos lo es ante nuestros ojos y el de casi todos los que lo han visto.

Sus formas son modernas, fluidas y agradables, sin atrever demasiado ni pecar por exceso de conservadurismo.

Fuerte interior

Subirse a un Fluence nos hace percibir con más fuerza sus cualidades. Los materiales son bien elegidos y el cuidado con la fabricación es evidente. Las piezas encajan bien entre sí y no hay ruidos molestos, que son sinónimo de una construcción hecha con menos cuidado que el necesario.

Los plásticos son suaves al toque, no producen reflejos desagradables en el parabrisas. Dependiendo de la versión, el auto puede venir con asientos forrados de piel, como era el caso del que probamos.

La lista de equipo, empero, no termina ahí y aún corriendo el riesgo de ser aburridos, queremos nombrar algunos, sólo para mostrar un punto. El Fluence tiene calefacción de asientos (no tan necesaria en México, pero siempre buena para presumir al vecino); estéreo de buena calidad, con entrada auxiliar y USB; hay manos libres Bluetooth, que incluso permite tocar la música de nuestro teléfono; el aire acondicionado es digital; hay quemacocos; cambio automático; rines de aluminio, sensor de reversa y, claro, ajuste eléctrico de espejos, seguros y cristales. Los seguros se ponen solos a los 40 km/h (no estaría mal si lo hicieran antes) y los faros pueden encenderse y apagarse automáticamente.

Con esto lo que queremos decir es que, si alguien encuentra un coche en el mercado que, con todo este nivel de equipo cuesta sólo 264 mil pesos, mejor que lo compre.

Conducción tranquila

A la hora de ponerle la llave -mejor dicho, la tarjeta que hace las veces de llave- y presionar el botón de arranque, el Fluence se muestra un coche cumplidor, sin exageraciones. Bajo el cofre está un motor de 2.0 litros, con 140 caballos de fuerza, que es una especie de promedio del segmento. No tiene un desempeño extraordinario, tampoco queda corto con relación a sus competidores.

En el caso del auto que probamos, hay una caja de cambios continuamente variables, la ya conocida CVT, que contribuye para que el Fluence se revele un auto tranquilo, cómodo, silencioso y suave. Lo que no debe esperarse es un comportamiento deportivo.

La sensación de manejo del Fluence recuerda mucho –y no podría ser diferente- a la que produce el Sentra. Al volante uno siente que existe una buena dosis de agilidad, de respuestas relativamente rápidas, pero no es similar al mayor aplomo que nos tenía acostumbrados Renault.

La suspensión se encuentra más ajustada hacia el confort que a la deportividad, pero cuando se exige del auto, éste responde de una manera que llega incluso a sorprender por su estabilidad e intimidad con los caminos sinuosos.

La dirección no nos parece su punto más fuerte. Falta una mejor comunicación entre el auto y el piloto, para que éste sepa dónde está pisando. Su velocidad de respuesta es apenas razonable, pero la suavidad encantará a los que buscan un auto confortable para su conducción urbana. Y seamos sinceros, esto es lo que esperan casi todos los que están en el segmento.

El Fluence, pues, es un coche que se ubica algo más distante de lo que tradicionalmente ha sido Renault, al menos en México. Esto no necesariamente es una mala noticia. Muchos que no hubieran considerado un auto de la marca, ahora lo harán. Otros tantos, que antes tenían Renault, puede que ya no se sientan tan identificados ante un producto como el Fluence. Pero el balance final, tanto para el fabricante como para el público, nos parece mucho mejor. El Fluence es cómodo, espacioso, bien hecho y con una inmejorable relación entre valor y precio. Además, debe ser algo que el Mégane nunca pudo ser: durable. Nos parece una ecuación difícil de igualar. Si fuéramos, en este momento, sus rivales, estaríamos muy preocupados con su llegada.


Ficha técnica  Renault Fluence
 
Motor: Frontal transversal; cuatro cilindros en línea; 2.0 litros de desplazamiento; DOHC; 16 válvulas; con inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia: 140 cv @ 6,000 rpm / Torque: 195 newton-metro @ 3,700 rpm.
 
Tracción: Delantera.
 
Transmisión: Continuamente variable (CVT), con modo secuencial.
 
Suspensión:
Delantera – Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera- Eje flexible, con puntos de fijación exteriorizados, resortes helicoidales y barra estabilizadora.

  Frenos: De discos sólidos en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS) y distribución electrónica de la fuerza del frenado (EBD).
 
Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
 
Dimensiones y capacidades en milímetros:
Largo / Ancho / Alto
4,620 / 1,809 / 1,479
Distancia entre ejes: 2,702 mm.
Peso: 1,369 kilogramos.
Tanque- 60 litros.
Cajuela- 496 litros.
 
Precio: 264,900 pesos
 
Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración de 0 a 100 km/h: 12.45 segundos

Frenado de 100 km/h a 0: 41 metros

Cuarto de milla en 17.9 segundos a 126 km/h
Velocidad máxima observada: 175 km/h
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