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El arte de exhibir películas
Ramón Ramírez Guzmán ofrece una charla sobre el éxito de la cadena Cinépolis
GUADALAJARA, JALISCO (09/NOV/2015).- En el marco del festival Cine UP, Ramón Ramírez Guzmán, director de Relaciones Públicas de Cinépolis, ofreció una charla en la que expuso el caso de éxito de la cadena de salas de cine. Originario de Michoacán, el titular de Relaciones Públicas lleva 20 años en la empresa, 18 de ellos en el área de mercadotecnia.
Señaló que el mercado mexicano es el cuarto lugar en el número de espectadores, con 258 millones de boletos vendidos en 2014. India, Estados Unidos y China son los primeros tres sitios. Aunque porcentualmente, México es el octavo país en asistencia al cine y el doceavo en ingresos de taquilla. Éste último dato, apuntó Ramón, se debe a que en comparación con otros países, en nuestro país ir al cine es relativamente barato.
La historia de los grandes cines en México tiene un parteaguas en la década de los noventa. Frente a un grupo de estudiantes que apenas estaban naciendo en 1993, Ramírez Guzmán comentó que en ese año terminó la sobrerregulación del Estado en materia de cine: los precios tenían un tope fijado, había restricciones en cuanto al material. Ello influyó en el poco desarrollo de la infraestructura, pues no era conveniente tener más de tres o cuatro salas, sumado a un sindicato burocratizado que devenía en un servicio al cliente poco satisfactorio. En el caso de Cinépolis, la apertura significó que de tener 160 salas en 1993, en 2014 llegaran casi a la cifra de tres mil salas.
Pero no se trata sólo de tener más espacios para exhibir películas. La industria del cine delega en los exhibidores la difícil tarea de vender el mismo producto: “El final de Titanic es el mismo, no importa donde lo veas”, bromeó. Parte del éxito de la cadena, explicó Ramírez, fue la visión de acondicionar los espacios para vender una experiencia idónea: en 1997 implementaron las salas tipo estadio (para mejorar la visibilidad), en 1999 llegó el concepto ViP, en 2004 se aliaron con Imax, para 2010 crearon MacroXe, en 2011 4XD, y posteriormente abrieron salas con perfiles específicos: la Sala de Arte y la Sala Junior. Algunos de estos desarrollos surgieron puertas adentro de la empresa, mientras que otros (Imax, 4XD) fueron producto de unir esfuerzos con empresas extranjeras.
La empresa cruzó las fronteras mexicanas en 2005. A la fecha, tienen salas en España, Guatemala, Colombia, Perú, Brasil, Chile e India. Su método para incursionar en otros países ha sido doble: en España y Chile adquirieron cadenas ya existentes, mientras que en otros países comenzaron desde cero. A nivel mundial, son la cuarta cadena de salas de cine, y la más grande de Latinoamérica.
Señaló que el mercado mexicano es el cuarto lugar en el número de espectadores, con 258 millones de boletos vendidos en 2014. India, Estados Unidos y China son los primeros tres sitios. Aunque porcentualmente, México es el octavo país en asistencia al cine y el doceavo en ingresos de taquilla. Éste último dato, apuntó Ramón, se debe a que en comparación con otros países, en nuestro país ir al cine es relativamente barato.
La historia de los grandes cines en México tiene un parteaguas en la década de los noventa. Frente a un grupo de estudiantes que apenas estaban naciendo en 1993, Ramírez Guzmán comentó que en ese año terminó la sobrerregulación del Estado en materia de cine: los precios tenían un tope fijado, había restricciones en cuanto al material. Ello influyó en el poco desarrollo de la infraestructura, pues no era conveniente tener más de tres o cuatro salas, sumado a un sindicato burocratizado que devenía en un servicio al cliente poco satisfactorio. En el caso de Cinépolis, la apertura significó que de tener 160 salas en 1993, en 2014 llegaran casi a la cifra de tres mil salas.
Pero no se trata sólo de tener más espacios para exhibir películas. La industria del cine delega en los exhibidores la difícil tarea de vender el mismo producto: “El final de Titanic es el mismo, no importa donde lo veas”, bromeó. Parte del éxito de la cadena, explicó Ramírez, fue la visión de acondicionar los espacios para vender una experiencia idónea: en 1997 implementaron las salas tipo estadio (para mejorar la visibilidad), en 1999 llegó el concepto ViP, en 2004 se aliaron con Imax, para 2010 crearon MacroXe, en 2011 4XD, y posteriormente abrieron salas con perfiles específicos: la Sala de Arte y la Sala Junior. Algunos de estos desarrollos surgieron puertas adentro de la empresa, mientras que otros (Imax, 4XD) fueron producto de unir esfuerzos con empresas extranjeras.
La empresa cruzó las fronteras mexicanas en 2005. A la fecha, tienen salas en España, Guatemala, Colombia, Perú, Brasil, Chile e India. Su método para incursionar en otros países ha sido doble: en España y Chile adquirieron cadenas ya existentes, mientras que en otros países comenzaron desde cero. A nivel mundial, son la cuarta cadena de salas de cine, y la más grande de Latinoamérica.
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