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El Estacionamiento en el que no hay dónde estacionarse

'Avanzas y avanzas y subes y bajas y entras y sales, hasta que te convences de que sí, está lleno'

GUADALAJARA, JALISCO (29/JUL/2012).- Mientras conduces por la Avenida Lázaro Cárdenas recibes un mensaje en el que te avisan que el vuelo viene retrasado. Si circulabas con calma, ahora lo haces aún con más calma, sin preocupación porque lo que te sobra es tiempo. Pero, ¿por qué será que en circunstancias como estas el azar nunca ayuda? Desearías que hubiera tráfico, que el tiempo transcurriera rápido; pero no: no hay tráfico a pesar de ser viernes y como si se hubieran puesto de acuerdo, los autos se van quitando de tu camino para hacerte el viaje más sencillo. Tú observas el paisaje y tratas de encontrarle la cara bonita a las decenas de tiendas de conveniencia que hay a lo largo y ancho de la carretera.

Justo antes de llegar al aeropuerto te das cuenta que han abierto varios estacionamientos que invitan a la gente a dejarse de problemas y llegar ahí. Presumen ser hasta 50% más económicos que el estacionamiento del aeropuerto y si decides quedarte ahí, te acercan a donde vayas. Ni siquiera dudas: ¿por qué habrías de dejarlo ahí si hay estacionamiento allá?

Entras al aeropuerto manejando lentamente. Quizá tengas que dar un par de vueltas mientras te llaman para decirte que ya llegó, que te espera en la puerta de arribos. Pero la llamada es un mensaje que te indica que el avión no ha despegado de la Ciudad de México y que tu espera tendrá que ser de al menos una hora. No se trata ya de nada más dar vueltas: habrá que buscar otra opción. Quizá la de estacionarse en el Oxxo que está por la entrada, junto a la gasolinera, sea una buena idea. Cuando llegas ahí te das cuenta no sólo de que el estacionamiento del Oxxo está lleno, sino que hay fila de autos que esperan se desocupe un lugar. La fila se hace tan grande que llega a estorbar a los autos que cargan gasolina. Es entonces cuando se aparece una patrulla de la Policía Federal que disuade a los que esperan de estarse estacionando parcialmente y los ponen a circular.

Mientras vuelves a darle la vuelta al circuito te das cuenta que hay muchos más autos que como tú buscan “hacer tiempo” circulando por ahí o bien pretenden encontrar algún rinconcito donde estacionarse. Pero no los hay y los que hay los han clausurado para que ni se te ocurra, y lo que sí hay son más patrullas de la Federal, cuyo objetivo es disuadir a los que quieran andar estacionándose donde se pueda. Hay un asedio, una persecución por parte de la autoridad para que te metas al estacionamiento. Contigo funciona, porque ahora te diriges hacia adentro.

Si bien habías decidido no entrar porque la última vez que lo hiciste pagaste casi cien pesos, ahora, mientras apachurras el botón verde que escupe un boletito para ti, te convences pensando que sin duda será mucho más cómodo estacionarte y esperar sentado en algún lugar el arribo del avión en el que llega a quien esperas.

Lo primero que ves al entrar al estacionamiento es cómo muchas personas se han estacionado en lugares con líneas amarillas, en partes donde está indicado que no se debe y —supones— hasta en lugares reservados para discapacitados, porque todos están ocupados. Al menos que una veintena de ellos anden ahora en el aeropuerto.

Avanzas y avanzas y subes y bajas y entras y sales, hasta que te convences de que sí, el estacionamiento está lleno. ¿No se supone deberían impedir la entrada si eso sucede? Sigues dando vueltas y vueltas y observas a varios que como tú buscan desesperadamente un lugar. Al menos tú no tienes prisa, porque los que sí, se estacionan donde se puede, no importa que sea a mitad de un pasillo. Y, mientras, algunos de los pocos empleados del estacionamiento pasan por ahí y se hacen como que no ven y ante los reclamos de los automovilistas por la falta de lugares, escuchas cómo recomiendan estar atentos por si alguien sale. Sólo eso. Y a los autos los ves como tiburones tras la presa.

Tuvieron que pasar casi 15 minutos para que encontraras un lugar. Ahora sales e intentas ver si hay alguien a quién reclamar por el tema. Junto a la caja donde tendrás que pagar 30 pesos por una hora está un buzón de quejas y sugerencias, pero no hay ni papel ni pluma.

Mientras cruzas la calle observas la eficiencia de la Policía Federal y el orden que se guarda afuera, mientras adentro, a unos pasos, reina el caos y la anarquía. Y entonces recuerdas aquellos negocios al pie de la carretera que ofrecen mejores tarifas, además de llevarte y traerte al aeropuerto. Quizá no sea mala idea para la próxima vez.

PENSION

“Vete de Fin”


El estacionamiento del aeropuerto internacional de Guadalajara está de promoción: “Vete de Fin”, que estará vigente hasta el 31 de diciembre, brinda a los pasajeros que viajan durante el fin de semana la oportunidad de dejar su auto en el estacionamiento a un mejor precio (375 pesos).
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