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El Centro Histórico

Distintas administraciones municipales se han preocupado por atender el Centro Histórico de Guadalajara

GUADALAJARA, JALISCO (22/MAY/2016).- Entre las diversas medidas que se han tomado destacan: la creación de un cuadro de nueve manzanas con calles peatonales en la zona Sur-Poniente (de la avenida Alcalde-16 de Septiembre a la calle González Ortega-Galeana, y de la avenida Hidalgo a la avenida Juárez), la creación de la Plaza Tapatía (desde la calle Ángela Peralta hasta la calle de Cabañas, entre las avenidas Hidalgo-República y Juárez-Dionisio Rodríguez), la peatonalización de la calle Colón-Pedro Loza (desde Prisciliano Sánchez hasta Juan Álvarez), y la instalación de la llamada zona de amortiguamiento de la velocidad que llevó a cerrar el flujo de las calles Corona-Liceo, impidió la  circulación en torno a la Plaza de la Liberación, e interrumpió el flujo de la calle Degollado-Belén. El actual cierre de la avenida Alcalde-16 de Septiembre por la obra de la Línea 3 del tren eléctrico la ha hecho peatonal de facto con resultados catastróficos.

Administraciones recientes buscaron formas para darle vida nocturna al Centro Histórico permitiendo el establecimiento de un gran número de antros en el cuadrante Sur-Poniente. Se ha buscado también la manera de redensificar el Centro debido al abandono habitacional que padece sin resultados hasta el momento; por otro lado no hay vecino alguno que aceptara vivir junto o frente a un antro, ni en el Centro ni en ninguna otra parte de la ciudad.

Aunque se pensaba que creando calles peatonales se disminuiría el tráfico vehicular por el Centro, lo que hasta el presente se ha logrado, luego de muchos años de experiencia, es generar notables embotellamientos de todos los días y un aumento mayor de la contaminación, entre otras cosas porque los planificadores urbanos no ofrecieron otra alternativa al tráfico que desalentar el uso del automóvil, como si eso fuera posible ante la ausencia de transporte público suficiente y eficiente; o como si la cultura del automóvil pudiera desalentarse suprimiendo las vialidades.

Tampoco se ha hecho una evaluación acerca de la situación de la llamada “Plaza Tapatía” intransitable desde que atardece, en parte abandonada, y en parte todo lo grande que se pudiera desear para no seguir deseando nuevos espacios peatonales.

Apostar a un solo aspecto en lo que mira al Centro Histórico es algo que se viene haciendo desde hace muchos gobiernos municipales, adicionalmente el aspecto elegido en cada administración no fue precisamente el prioritario dentro de una planeación de conjunto, sino con frecuencia el que resultara más vistoso, y en ocasiones, el más productivo, deprimiendo seriamente la calidad de vida, por ejemplo en zonas donde el municipio facilitó la instalación de antros para crear fuentes de empleo, como luego explicaron.

De este breve repaso resalta como primer asunto la ausencia de una planeación estratégica con todas sus exigencias, ni siquiera parece que la autoridad haya establecido, con ayuda de los vecinos, comerciantes y demás usuarios del Centro Histórico una mínima lista de urgencias, destacando las prioritarias a fin de que todo recurso se aplique precisamente en orden a su prioridad.

Imaginar la avenida Alcalde peatonalizada, llena de fuentes, bancas, jardineras y antros a lo largo de casi tres kilómetros se presenta como un proyecto atrayente, turístico, y ecológico, sólo que para llegar a dicho parque lineal se debe cruzar por un Centro Histórico deprimente, con mil 600 casas abandonadas, gran número de inmuebles grafiteados, con pavimentos pavorosos, pésima iluminación, filas de coches estacionados a uno y otro lado de las calles, y prolongados embotellamientos en las calles de López Cotilla, desde la avenida Enrique Díaz de León y otro tanto en las calles de Prisciliano Sánchez, Juan Manuel, San Felipe, y Garibaldi, por los correspondientes embotellamientos de tráfico en las calles de Mariano Bárcena, Contreras Medellín, Corona y Degollado, con el consecuente empeoramiento del aire que de igual forma se fomenta por la creación de calles con topes de almohadilla en varias calles de la Zona 30. Añadir a este aspecto el tema de la permanente inseguridad en el Centro Histórico de la cual toda la ciudad es conocedora, hace todavía más idealista la posibilidad de llegar a disfrutar de una nueva zona peatonal que por cierto nadie está solicitando ni parece ser lo prioritario, tampoco es la manera inteligente de resolver el sueño de sacar a los camioneros de ese eje con el argumento de que ya es peatonal, y como si finalmente el servicio que prestan no fuese necesario para la población; dado que los consideran invencibles, es obvio que los camioneros seguirán pasando por el Centro, pero ahora por calles mucho más estrechas y dañadas, manteniendo estrangulada la vialidad y asfixiada a la población.

Reitero, el Centro Histórico debe ser objeto de un proyecto a largo plazo al que se sumen desde ahora los diversos partidos políticos a fin de que el cambio de una administración a otra no traiga consigo el consabido abandono del proyecto anterior y el pago por otros nuevos que correrán igual suerte. En ese proyecto deben analizarse todos los aspectos de mejora y enseguida identificar los más urgentes a fin de que los recursos se inviertan de manera prioritaria en aquellos que más se requieren, y se deje atrás la crónica tendencia a buscar obras de relumbrón.

No puede ignorarse de ninguna manera la necesidad de un tráfico fluido y eficiente en el Centro Histórico, lo cual implica sacudirse esa tendencia irreal de desalentar el uso del auto por el simple expediente de cerrar vialidades, medida que ha provocado graves inconvenientes, y que añade más violencia a la violencia que ya se vive en todas partes.

Así considerado es claro que el Centro Histórico debe ser asumido por gobierno y ciudadanía, comenzando con la ciudadanía que vive o trabaja en dicha zona, pero también por la que la frecuenta por razones de servicios y comercio.

La peatonalización de la avenida Alcalde-16 de Septiembre no puede tampoco ignorar que esa vía tiene también finalidades de convocatoria social con ocasión de los diversos desfiles que en su trayecto se celebran y que, a diferencia de la avenida Chapultepec, ofrece un largo espacio para su realización, atrae miles de personas al Centro Histórico y le da actualidad y vida con caracteres multitudinarios.

A lo cual hay que añadir, de peatonalizarse el eje Alcalde-16 de Septiembre:

-Se estrangularía todavía más la fluidez del tráfico en el Centro.

-Se aumentaría por lo mismo la contaminación, pues el tráfico que se reprime en una arteria de cuatro carriles, buscará desahogarse por las estrechas calles que aún son vehiculares con mayores afectaciones urbanas. También llenar de topes una arteria aumenta la contaminación.

-Con el fin de darle vida nocturna a esa nueva área peatonalizada se llenaría igualmente de antros, afectando precisamente al cuadrante donde existe mayor número de viviendas habitadas, es decir el Norte-Oriente.

-Cualquier proyecto acerca del rescate del Centro Histórico debe ser verdaderamente integral, incluyendo: seguridad, limpieza, rescate urbano, movilidad fluida, redensificación habitacional, y desde luego, no seguir cerrando vialidades.

-Aún si se considere eventualmente buscar formas para disminuir el tráfico vehicular en dicha vía habría que considerar la conveniencia de un transporte colectivo de superficie, articulado, sin estaciones físicas, con paraderos simples sobre las banquetas, que cruce de la Normal a la antigua estación de Ferrocarril, en cuyo estacionamiento se ubicarían las centrales de todos los camiones urbanos que hoy se ubican en los aledaños de los templos de Aránzazu y San Francisco, con su similar en la Normal, de forma que el transporte público ya no entre al Centro por ningún lado y en cambio se sume a este proyecto con un servicio de trasbordo.
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