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Diez instantáneas sobre la FIL

Estas son postales de la feria desde los estands, el área de comida, los pasillos, los baños…

GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/2012).-
1.- Baños. Los de la entrada principal de la Expo siempre están llenos y es casi imposible mantenerlos limpios. Frecuentemente hay filas largas: para entrar, para esperar turno en el mingitorio, para lavarse las manos y para secárselas después.

En la entrada por Avenida Las Rosas, en el segundo piso, hay unos baños grandísimos: como el piso está pulido y resbaloso para cierto tipo de calzado, dan ganas de entrar corriendo y patinar, barriéndose hasta el fondo. Podrían ahí mear al mismo tiempo dos equipos de fútbol completos y sobrarían mingitorios. Dice un amigo que está casi seguro que debe haber al menos un retrete sin ser estrenado. Los mejores baños están en el área del Centro de Negocios.

2.- Las aglomeraciones en el área del Centro de Negocios llegan a ser no sólo caóticas, sino hasta peligrosas. Hay minutos, cada hora, en los que salen los que estaban en alguna presentación y se encuentran con los que quieren entrar a la siguiente. Pero además hay mesas con libros en cada entrada, escritores firmando libros, personas platicando y muchos más queriendo circular en un espacio demasiado pequeño y que sólo cuenta con salidas a los extremos.

3.- Las playeras que portaban en esta ocasión los chicos de servicio social que en otros años llevaban las que decían: Seguridad, causaron desde extrañeza hasta risa. “Control de Público”, decía la leyenda. Por los pasillos se escuchaba a quienes proponían que hubiera también playeras que llevaran las leyendas: “Control de escritores”, “Control de libreros”, “Control de esfínteres”, etcétera.

4.- La terraza que da hacia la Avenida de Las Rosas pasó a convertirse en un lugar inhóspito. Era agradable con los paraguas grandes y las mesas: de un lado las del restaurante (es un decir) y del otro las libres para que cualquiera las ocupara. Este año pusieron unos toldos horribles que literalmente amarraron con alambritos y separaron las mesas del restaurante (insisto: es un decir) de las libres. Aquello parecía un corral. Del lado de las mesas libres hubo pocas y cada día fueron desapareciendo, de modo que mucha gente comía en alguna de las escazas bancas de metal, prácticamente sobre las rodillas.

5.- Este año las opciones gastronómicas, ya de por si escazas, se redujeron. En la parte del estacionamiento del fondo ya no hubo tacos Sahuayo, por ejemplo. La comida, cara y mala sigue siendo un pendiente. Para comer bien sigue siendo necesario salir de la Expo. Un acierto este año fue el que vendieran nieve de garrafa, algo que maravilló sobre todo a los visitantes extranjeros. ¿Qué les cuesta meter cosas así?

6.- El área de prensa creció este año casi el doble. Lo curioso fue que constantemente estaba llena. Si el próximo año vuelve a crecer, igual seguirá llena. A la entrada platicaban dos chavos y el que no traía gafete de prensa le dijo al otro: “No, pues yo el otro año abro un blog y me acredito… de haber sabido”.

7.- Mucha gente en los pasillos, pero no se vieron las multitudes de otros años. Eso sí: se multiplicó el número de personas que caminaba al tiempo que hacía “algo” en su teléfono celular, o se tomaban foto en cuanta circunstancia se les ocurría. Y la FIL sin tener una aplicación para dispositivos móviles.

8.- Un señor intentaba consultar algo en las computadoras que están dispuestas para encontrar algún libro o autor. Se desesperaba por no encontrar nada, pidió ayuda. Una mujer de “Control de público” (¿dónde estaban las de “Control del catálogo”?) se acercó, pero nada pudo hacer por él. Yo consulté también y el sistema me indicó que el libro que buscaba no existía. Luego lo encontré en un estand.

9.- La gente sin gafete que cree que los que llevamos gafete les podemos resolver la vida. Una viejita me jaló del brazo para que le indicara dónde estaba la editorial del Divino verbo (o algo así, pues). Cuando le dije que no sabía se molestó muchísimo y se fue musitando entre dientes que para qué contrataban tanta gente inútil que no sabía hacer su trabajo.

10.- Las toneladas de basura que se generan a diario, sobre todo volantes de mano. La mayoría los recibe de manos de edecanes y expositores sólo para luego depositarlos en el basurero próximo más cercano. El 60% de la basura corresponde a este tipo de desechos. ¿No se les ocurre ya una mejor manera de comunicar?
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