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Destilando estilo

El director Chan Wook Park gana reconocimiento a escala internacional y ya está en cartelera su nevo filme

GUADALAJARA, JALISCO (28/ABR/2013).- Las películas de Chan Wook Park son un calidoscopio en movimiento perpetuo. Devuelven el cine a su estado original, cuando fue inventado y no se sabía que pudiera ser arte o gran negocio. Cuando lo importante era atrapar la vista y la atención de los espectadores con la pura sensación de actividad. En 2003, Oldboy cinco días para vengarse, con su pirotecnia argumental y de imágenes, dio al realizador coreano reconocimiento internacional.

Lazos perversos es una producción en inglés, respaldada por la compañía de Riddley Scott y el brazo alternativo de la 20th Century Fox (Fox Searchlight). El espectro de Hitchcock flota sobre ella con referencias muy obvias a La sombra de una duda (1943) y a Psicosis (1960). Menos ostensible circula por ahí una admiración al arte estadounidense que se suele encajar en la etiqueta de gótico sureño. Lo que quiere decir que el atmósfera física y social pesan como un fardo, la violencia acecha, y, a ratos, se puede tornar sangrienta.

La trama, un tanto endeble y  otro  poco tramposa, fue ideada por el actor protagonista de la teleserie Prison Break. Lleva tres personajes en la base: una joven con sensibilidad auditiva casi sobrenatural, que cumple 18 años con el inicio de la película; la mamá, una señora elegante, de ánimo vulnerable, y más cercana de las botellas de licor que de su hija; y el tercero, el tío Charlie, que mira y mira a la muchacha, y provoca escalofríos. La narración pone a la joven en el centro de las relaciones. El trato entre las diferentes personalidades genera tensión, la tensión da pie a un perturbador triángulo amoroso, lo que hace difícil guardar algunos secretos convenientes. Punto a partir del cual, la situación se vuelve bastante abstrusa, escandalosa, quizá perversa, y, por qué no, cruel.

En cierto modo la fotografía se vuelve el elemento central de la película. La espaciosa mansión que sirve de escenario a gran parte de la historia es retratada en los materiales que la forman, mostrando la piedra, la madera pulida, los ventanales, el jardín descuidado. El mismo tratamiento recibe la imagen de la joven, a quien se deja ver a menudo a través de fragmentos de su figura. Un acercamiento a su boca mientras ella mira algo que le interesa, una perspectiva de sus tobillos sucios, un detallado repaso al cinto que rodea su talle. Esa visión desplazada, tanto del lugar como de los personajes, hace pensar, a veces, que se presencia una realidad fantástica. Queda a cada espectador decidir ¿cuánto es real, cuánto imaginación, cuánto de lo que se imagina es pesadilla, y cuánto deseo subconsciente?

Lazos perversos (Stoker) EUA 2012; Dirección: Chan Wook Park; Guión: Wentworth Miller, Erin Cressida Wilson; Actuación: Mia Wasikowska, Nicole Kidman, Matthew Goode.  
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