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Delicia oriental
''En otro país'' prueba que las películas de festival pueden ser divertidas
GUADALAJARA, JALISCO (08/DIC/2013).- El coreano Sang-soo Hong es un director cuyas películas son muy aceptadas en festivales. Fuera de ahí, Hong es un desconocido para el público en general. Su cine se caracteriza por recurrir a historias que no parecen historias, sino oportunidades para observar las relaciones humanas del diario. Pone su cámara frente a dos o tres o cuatro personajes conversando, y se mantiene atento a ellos.
En vez de tan sólo intercambiar caras durante el diálogo y de imprimir energía a los gestos con ángulos rebuscados, deja la vista fija y se asegura que también hablen las posturas y el cuerpo de los actores. La simplicidad que acostumbra es un prodigio que envuelve y hace invisible lo refinamientos de la propia construcción.
En 2008 hizo una cinta que trataba de varios coreanos viviendo en París. En otro país es el reverso de la moneda, presenta a tres francesas en Corea del Sur. Sólo que la situación argumental es bastante más compleja de lo que se pudiera pensar; las francesas son el producto de la imaginación de una joven coreana mientras tantea ideas para un guión cinematográfico.
Cada extranjera es una historia diferente, pero todas ocurren en un mismo lugar —una población junto a la playa— y son interpretadas por los mismos actores. Ese tratamiento convierte la aparente sencillez en un juguete endiablado. La primera europea es una directora de cine de visita en el país, la segunda es una señora casada que acude a una cita con su amante coreano, y a la tercera la acaba de abandonar el marido para irse con una joven coreana.
Hong introduce varios elementos coincidentes de una sección a otra que otorgan un aire general de amable fantasía a los hechos. La presencia de un joven salvavidas con nociones muy rudimentarias del idioma inglés, el préstamo de un paraguas, la búsqueda de un faro, la intervención de alguien relacionado con el cine, el nombre de la extranjera.
Incluso en una de las historias nunca se aclara del todo si lo que se muestra es el sueño o la realidad en la que vive el personaje. Algún detalle es felizmente maravilloso: la segunda Anne esconde un paraguas, que la tercera Anne recupera, como sabiendo dónde estaba escondido. Si se le busca en plan serio, la película hace pensar en la “metanarrativa” y en los méritos artísticos de la repetición y creación de variaciones sobre un mismo tema.
Pero también está revestida de sentido del humor, lo que la vuelve muy accesible. Hay dos escenas de celos muy curiosas, el torpe galanteo del socorrista, si es que se puede llamar así, es fascinante, y la conversación con el monje budista trasluce más de una ironía sobre el trascendente espiritualismo oriental.
A fin de cuentas, En otro país prueba que aún las películas de festival pueden ser divertidas. Eso sí, impacientes abstenerse.
SABER MÁS
Ficha técnica
> En otro país (Da reun na ra e seo), Corea del Sur, 2012.
> Dirección y guión: Sang-soo Hong.
> Actuación: Isabelle Huppert, Jun-Sang Yu, Yu-mi Jeong, Moon Sung Keung, Yeo-jeong Yoon.
En vez de tan sólo intercambiar caras durante el diálogo y de imprimir energía a los gestos con ángulos rebuscados, deja la vista fija y se asegura que también hablen las posturas y el cuerpo de los actores. La simplicidad que acostumbra es un prodigio que envuelve y hace invisible lo refinamientos de la propia construcción.
En 2008 hizo una cinta que trataba de varios coreanos viviendo en París. En otro país es el reverso de la moneda, presenta a tres francesas en Corea del Sur. Sólo que la situación argumental es bastante más compleja de lo que se pudiera pensar; las francesas son el producto de la imaginación de una joven coreana mientras tantea ideas para un guión cinematográfico.
Cada extranjera es una historia diferente, pero todas ocurren en un mismo lugar —una población junto a la playa— y son interpretadas por los mismos actores. Ese tratamiento convierte la aparente sencillez en un juguete endiablado. La primera europea es una directora de cine de visita en el país, la segunda es una señora casada que acude a una cita con su amante coreano, y a la tercera la acaba de abandonar el marido para irse con una joven coreana.
Hong introduce varios elementos coincidentes de una sección a otra que otorgan un aire general de amable fantasía a los hechos. La presencia de un joven salvavidas con nociones muy rudimentarias del idioma inglés, el préstamo de un paraguas, la búsqueda de un faro, la intervención de alguien relacionado con el cine, el nombre de la extranjera.
Incluso en una de las historias nunca se aclara del todo si lo que se muestra es el sueño o la realidad en la que vive el personaje. Algún detalle es felizmente maravilloso: la segunda Anne esconde un paraguas, que la tercera Anne recupera, como sabiendo dónde estaba escondido. Si se le busca en plan serio, la película hace pensar en la “metanarrativa” y en los méritos artísticos de la repetición y creación de variaciones sobre un mismo tema.
Pero también está revestida de sentido del humor, lo que la vuelve muy accesible. Hay dos escenas de celos muy curiosas, el torpe galanteo del socorrista, si es que se puede llamar así, es fascinante, y la conversación con el monje budista trasluce más de una ironía sobre el trascendente espiritualismo oriental.
A fin de cuentas, En otro país prueba que aún las películas de festival pueden ser divertidas. Eso sí, impacientes abstenerse.
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Ficha técnica
> En otro país (Da reun na ra e seo), Corea del Sur, 2012.
> Dirección y guión: Sang-soo Hong.
> Actuación: Isabelle Huppert, Jun-Sang Yu, Yu-mi Jeong, Moon Sung Keung, Yeo-jeong Yoon.
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