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De chico guapo a director encumbrado
Sin mucho éxito, fue el galán joven de Hollywood, ahora esta estrella californiana parece haber encontrado su sitio en su rol como director; su película Argo, por lo pronto, podría encumbrarse en los Oscar; él tendrá que esperar
Ben Affleck es el director, productor y protagonista de Argo, una de las cintas más entretenidas que dejó la temporada de 2012 y una de las que gozaron de las mejores recepciones de crítica en general. Cuenta la peliculesca operación para rescatar a seis estadounidenses escondidos en Teherán tras la violenta toma de la embajada de Estados Unidos en 1979: la diseñó y ejecutó un colaborador de la CIA, a quien él mismo interpreta, que convenció al Gobierno iraní de que era el director de una película de ciencia ficción en busca de locaciones exóticas.
Argo ha recibido alabanzas y quizá los críticos entusiastas no las han escatimado. No sólo propone un espectáculo con un vivo y fascinante diseño de época, sino también una emocionante trama que combina la velocidad de las cintas de aventuras con la sobriedad de las de misterio: Affleck economiza recursos y va directo a la acción, en una cinta casi sin cursilerías ni florituras. Aunque no hay un personaje que absorba la atención del espectador, todos los que participan están diseñados de manera que son de inmediato dignos de atención.
Quizá su punto débil es que maniquea; lo bueno es que no es un documento histórico sino una historia entretenida con un ejercicio de tensión dramática que es todo un triunfo: si uno logra conectar con la propuesta de Argo, la parte final de la cinta es un divertido “¿Lo conseguirán, irán a conseguirlo? ¡Ya, que lo logren!”, seguido de un final amablemente breve y emotivo. Se encienden las luces, sonrisas, “qué padre, vámonos a cenar”.
Porque Argo sería sólo una refinada cinta dominguera si nos atenemos a su diseño de producción —peinados, escenarios, decoración—, al suspenso y al por momentos desternillante sentido del humor de su trama. Es que hay algo más, que le ha tomado años a Ben Affleck y que algún día podría consolidar: se llama estilo, y todo indica que lo tiene.
El novio de J Lo
Affleck nació en Berkeley, California en 1972 y el 15 de agosto cumplirá 41 años. Se volvió famoso junto con Matt Damon, cuando vendieron su guión de Mente indomable (The good Will Hunting) y la película, filmada por Gus Van Sant y en la que actuaron ambos, se convirtió en el hit de 1997 en Hollywood y les significó un Oscar como guionistas. La historia popular quiere que Damon aprovechara para convertirse en el galán y respetado actor joven que es hoy mientras Affleck se iba a dar tumbos por la industria sin hallarse cómodo nunca.
Hollywood se ha cebado desde el estreno de Argo en este discurso: “Por fin halló su sitio”. Porque no le perdona la errática carrera de galán que siguió durante la década pasada, entre los churros insoportables que filmó junto con su novia Jennifer López, los taquillazos medio huecos al estilo de Armagedón y Pearl Harbor y los intentos con cintas serias que no acababan de cuajar. Entre sus mejores momentos debió estar la desafortunada Daredevil, una fallida superproducción donde Affleck interpretó al estoico héroe Matt Murdock. Acartonado e irrelevante fueron algunos de los adjetivos que se ganó y hasta el día de hoy, Daredevil es una franquicia medio maldita: incluso su contemporánea Hulk halló formas de resucitar.
Pero en esa cinta de 2003 conoció a Jennifer Garner —quien con su Elektra se robó la película—, se casó con ella y hoy tienen tres hijos. Y las cosas comenzaron a cambiar. Él mismo ha contado que hacer un alto y convertirse en hombre de familia lo ayudó a repensar tan exigente carrera. De los años posteriores a los fracasos comerciales ha declarado: “Era como si fuera un hámster dando vueltas en la rueda de una jaula. A medida que iba más rápido, se me exigía que fuera más rápido”.
Superman
Tras las superproducciones y las burlas acres, vino el cambio. En 2006 apareció en la discreta cinta de HBO Hollywoodland, donde interpretó al malogrado primer Superman de la tele, George Reeves, y las críticas amables empezaron a aparecer. Pero en 2007 escribió y dirigió Desapareció una noche (Gone, baby, gone), protagonizada por su hermano Casey Affleck, y llamó la atención de medio mundo. La cinta hace gala de un tono contenido para plantear una trama policiaca y un ensayo moral, quizá demasiado complicados, sobre la maldad y la decadencia en Estados Unidos. Funcionó: mostró a un director minucioso, efectivo en los detalles y el ritmo del thriller, así como en la dirección de actores (Amy Ryan fue nominada al Oscar por su papel de una repulsiva madre irresponsable). Más de algún observador planteó que recordaba a Clint Eastwood, y no sólo porque el material original fuera obra de un novelista ya adaptado por el director de San Francisco: Dennis Lehane.
Affleck no dejó de actuar, aunque eligió algunas cintas de perfil menos brillante y pocos protagónicos. Para 2010 intentó su segunda película y de nuevo uno de sus actores consiguió una nominación al Oscar (Jeremy Renner, luego conocido por protagonizar la oscarizada The hurt locker). Ésta fue Ciudad de ladrones (The town), otro thriller policiaco con exámenes morales. El Instituto del Cine de EU (AFI) la premió como una de sus películas del año y dijo que Affleck se veía confirmado “como un director distinguido”, y “un narrador de historias” de “hábil toque”.
No es que The town ni Gone, baby, gone luzcan por una narrativa compleja o particularmente original; de hecho, los críticos suelen señalar que se trata de ejercicios más bien convencionales, pero que son afortunados por lo que el director intenta para construir su propio estilo. Affleck parece un muy buen ingeniero dotado de instinto: sus películas son eficaces, pero también vigorosas y conmovedoras; brillan cuando permiten que sus mejores actores luzcan frente a la cámara y se dejan llevar con apuestas riesgosas como las escenas de acción de The town.
¿El gran error de esta segunda cinta? Los críticos no iban a dejársela pasar: que, en medio un elenco brillante y dirigido con talento —incluyendo al gran Pete Postletwaithe en su penúltimo papel—, el director se reservó el protagónico para el más opaco de todos sus actores: él mismo.
El desaire
La madurez le legó a Hollywood un Ben Affleck experimentado que impulsó desde cero el proyecto de Argo, una cinta que fue haciendo ruido poco a poco hasta que llegó la temporada de los Oscar y se instaló como La Gran competidora: cinta y director han ganado los Bafta, los Globos de Oro y los del Sindicato de Actores, por ejemplo. Va por siete premios Oscar para mañana domingo, parece tener posibilidades reales para Mejor Película y el dicho es que sería un robo si no le dan Mejor Montaje, que permite secuencias convencionales pero brillantemente ejecutadas, como el clímax de la historia de los rehenes.
Tan respetada ha resultado Argo, que el escándalo de este año en las nominaciones de los Oscar fue por qué la Academia no nominó a Ben Affleck cuando era el claro favorito al premio a Dirección. El mundo de las predicciones al Oscar es así de divertido: Affleck habría competido con artistas del tamaño de Michael Haneke, Ang Lee y Steven Spielberg. Tampoco fue nominada la otra favorita, la ya una vez ganadora Kathryn Bigelow. Alguien llegó a sugerir que la Academia recontara los votos para que entrara Affleck. El “voto por voto” no pasó de una broma cortés.
Puede que Argo sea demasiado poco para afirmar que Ben Affleck es un gran director, pero es un excelente argumento para decir que es bueno y que habrá que seguirlo. Lo que importa es que el joven Daredevil, ex novio de J Lo y marido de Jennifer Garner no desperdició su tiempo con sus dos cintas anteriores. Con tres películas, Affleck está mejor colocado que nadie en Hollywood para ir en pos de una buena carrera. Lo que tiene ahora es el reto de demostrar que es más que un cuarentón afortunado, al que le toca madurar el estilo que ya mostró que tiene: su novicia vejez es una buena noticia.
PARA SABER
La transmisión por TV
La transmisión de los Premios Oscar, como se llaman oficialmente desde esta edición, comenzará desde las 17:30 horas hoy en TV Azteca, y desde las 18:30 horas a través del canal TNT, de televisión de paga.
En YouTube se pueden ver varios momentos previos: http://www.youtube.com/user/Oscars.
Otra opción: http://www.livestream.com/theoscars
El mexicano con Argo
El mexicano José Antonio García contenderá por mejor mezcla de sonido por su trabajo “Argo”. Estos premios son anunciados antes de la ceremonia donde anuncian los reconocimientos principales.
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