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De Viajes… y aventuras

Las Vías Verdes ahora serán Vías Vivas

Los paisajes de por allá de los rumbos de Tala, de Ameca y de Etzatlán con sus cañaverales, con los agaves azules que se hacen uno con la silueta del Volcán de Tequila y con el brillante espejo de la presa de La Vega, son más que tentadores para caminar entre sus carreteras, brechas, veredas, y las vías del tren abandonadas; con el placer además, de huir del agobio de las grandes ciudades inhumanas, en que inconcientemente convirtiendo los espacios para vivir.

Una vez, durante uno de esos andares, encontramos aquellos caminos, que siendo hechos de fierro descansaban inertes y ociosos sobre durmientes de madera muy bien cuadrados, perfilados, aderezados y enchapopotados, a los que ya se les notaba la ingratitud del abandono.

Se nos retorció la panza de verlos ahí tan tristes y abandonados entre el zacatal, los huisaches espinosos, y las bugambilias que tenazmente con sus brillantes colores trataban de alegrar el panorama.

Ahí yacía impresionante e ilógica tanta historia, tantos billetes y tanta tecnología que por cuestiones de política, de dineros y de la corta visión de quien ha administrado ese Patrimonio. Ahí estaban abandonados sin más oficio ni beneficio, ni provecho para persona alguna.

-Otro uso habrán de tener-, pensamos.

Supimos que en Estados Unidos Rails to Trails estaba llevando a cabo proyectos como éste que nos inquietaba, cuando prodigiosamente apareció en mis manos una revista donde aparecía una guapa españolita de nombre Carmen Aycart -Alma Mater de las Vías Verdes en España- en la que además decía estar deseosa de asesorar proyectos en México.

¡Eureka…! Dijo aquel que salió encuerado de la tina de baño al caerle el veinte del descubrimiento que acababa de hacer.
Ese Eureka lo cambié por un !Chin mano…! muy tapatío; a lo que siguió la incuestionable pregunta de… ¿Donde podré conseguir a esta señora para que nos ayude en esta idea tan padre, en la que también a nosotros nos acaba de caer el veinte?

A Juan Vanegas le comenté de esto, y de lo que había visto en muchas excursiones por la vía; a lo que me contestó categórico… -Pos eso es lo que están tratando de hacer en el Museo de los Ferrocarriles en Puebla. Además ellos ya tienen conexiones con Carmen Aycart, que es la directora de Vías Verdes de España; y Graciela de la Vega del Trompo Mágico ya tiene contacto a través de Tere Márquez y de Lucina Rangel del Museo de los Ferrocarriles- expresó sonriente.

-¿No conoces a Chela?- dijo. Ven, te la presento, mientras salía esperando que lo siguiera por los impecables pasillos del museo.

-Las grandes energías vienen de partículas pequeñas- pensé al ver a aquel hermoso dinamo que se dirigía hacia mi con una sonrisa que casi se mordía las orejas.

-¡Es precioso el proyecto!- me dijo con vehemencia… dinos en que podemos ayudar- repitió entusiasta. ¡El panorama que se presentaba no podía ser mejor!

De ahí en adelante las cosas siguieron no digo rápidas sino explosivas: Juan a Chela; Chela a Tere; Tere a Lucina; Lucina a Carmen; Carmen a Vías Verdes… y así se provocó la dinámica para lograr que el proyecto de las Vías Verdes en Jalisco fuera para adelante.

Chela de la Vega y su maravilloso equipo, con una entrega y voluntad de servicio que fuera bueno que más instituciones la tuvieran, se encargó de los “conectes”. Una idea. Una Vía del tren abandonada. Una necesidad. Un proyecto. Un ideal estaba transcurriendo fluidamente con su ayuda.

El gobierno de Jalisco, ni tardo ni perezoso, comprendiendo que era un proyecto que tenía corazón decidió apoyarlo. Se destinó un cierto dinero. Y más que dinero… lo que valió la pena fue la actitud de las autoridades y su voluntad para realizarlo por considerarlo como un proyecto viable y necesario.

Las comunidades aledañas a las vías se comunicarán con tranquilidad. Las gentes en las cercanías tendrán la oportunidad de empleos. Los turistas disfrutarán del turismo rural tan buscado en el mundo entero. La Presa de la Vega y sus alrededores, serán un destino turístico y una buena opción para los fines de semana. Los peregrinos que van a Talpa tendrán un espacio más para gozar en su religioso caminar. Peatones, ciclistas, caballerangos y deportistas tendrán espacios libres lejos de los peligrosos automóviles.

Bueno sí pero… ¿Y las vías del tren…?

Pues hay que rescatarlas de inmediato de la gente ladrona y egoísta que se las está robando sin ningún miramiento, y sin pensar que ellos, tarde que temprano, serán los mismos afectados.

¿Y quien las puede rescatar …?

Pues… ¡Claro está que Fuenteovejuna señor…!

¿Y quien es ese Fuenteovejuna…?

Fuenteovejuna es… ¡Todos a una…!

Turismo rural y de aventura. Bienestar social al revivir los caminos abandonados. Fuente de empleo por los servicios que se darán a los transeúntes. Ecología y cuidado del planeta. Un nuevo destino turístico invaluable, tanto para los habitantes de la gran Guadalajara, como para los pueblos aledaños que anhelan -al igual que todos- vivir mejor.

¡Que vuelva la vida a las vías del tren…!

deviajesyaventuras@informador.com.mx
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