Suplementos
Creciendo con clichés
Stephen Chbosky es autor, adaptador y director de esta historia que se desarrolla sin sobresaltos
La trama se concentra más en ponerlos a hablar, desplegar su tendencia liberal y mostrar las facetas por las que pasa esa peculiar amistad, que en describir la ansiedad sexual o desenfrenos de alcohol y drogas. Es un melodrama con jóvenes que sufren problemas existenciales y crisis psicológicas, y que sólo entre ellos se entienden. Por eso el fondo musical no deja muchos momentos sin canciones que insinúen melancolía.
La película está basada en una novela epistolar, de cierto renombre en los Estados Unidos, escrita por el propio realizador. Publicada en 1999 por el sello editorial de la televisora MTV, la narración se convirtió en un fenómeno de ventas y de aceptación entre los lectores adolescentes. Los críticos literarios le encontraron similitudes con El guardián en el centeno, y algunas escuelas muy conservadoras la prohibieron en sus bibliotecas. Ahora con su paso a la pantalla se convierte además en un caso curioso de la historia del cine, ya que el mismo autor del texto es el adaptador y el director de la versión fílmica.
La ascendencia literaria se materializa dentro de los acontecimientos en las aspiraciones del protagonista de convertirse en escritor, y dando existencia a un personaje con un sesgo positivo. Se dibuja así, la existencia de un profesor de letras como el único empleado, de todos los de la escuela, que capta de inmediato la inteligencia del protagonista. Ese maestro sirve a veces de consejero, a veces para recomendar lecturas, y, en menos ocasiones, para mantener breves y reveladoras conversaciones.
Empaquetado entre los sentimentalismos, el argumento reserva un golpe de tremendismo. Hay un recuerdo de la infancia que parece atormentar al personaje. Durante la mayor parte del tiempo se trata tan sólo de instantáneas del pasado, que inspiran una interpretación equívoca de su significado. Hacia el último tramo el director descubre el sentido real de ésas imágenes, aunque mantiene un gran recato sobre el incidente que revelan. La liberación de lo reprimido causa un profundo trastorno al personaje, mismo que se ilustra con varios efectos visuales y auditivos. Un segundo secreto, más acorde con la frívola complacencia de la película, tiene que ver con una canción, y sirve de acompañamiento a las netas que, al cierre, el narrador dirige al público.
• "Las ventajas de ser invisible" (The Perks of Being a Wallflower), EUA, 2012 / Dirección y Guión: Stephen Chbosky / Actuación: Logan Lerman, Emma Watson, Ezra Miller.
Síguenos en