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El difícil transitar por los cuarenta: Osteoporosis

Cuando se llega a la década de los cuarenta el organismo sufre los embates del tiempo, es el inicio de un cambio, que nadie quiere aceptar como realidad. Muchos son los procesos que van apareciendo en el ser humano: Pelo cano, aumento o pérdida de peso y talla, deshidratación de la piel y cifosis en mujeres durante los años que siguen después de la menopausia y la osteoporosis no puede faltar.

Se ve un panorama nada alentador y definitivamente se deben tomar medidas a tiempo y no dejar que el tiempo nos alcance.

Como es del conocimiento de todos, la estructura ósea tiene una función de sostén del cuerpo humano, además de proporcionar rigidez, debe permitir el movimiento. Durante la evolución se ha conjugado el aparato locomotor donde huesos, articulaciones y músculos permiten, precisamente, que se lleve a cabo la locomoción.

La masa ósea aumenta de manera progresiva durante la infancia y la adolescencia, y alcanza su máximo desarrollo alrededor de los 30 años. Por este motivo, es importante que antes y durante este tiempo se realicen actividades físicas para fortalecer los hueso. El objetivo es evitar y reducir las probabilidades de lesiones debido a caídas en los años posteriores a los 60, donde el daño que ocurre es, casi siempre, irreversible.

La osteoporosis es el proceso gradual de pérdida de densidad ósea. Se presenta más pronto cuando se lleva una vida sedentaria, ya que produce un acuñamiento en los cuerpos vertebrales, deformando la columna y disminuyendo la altura. Como precaución, la actividad física puede frenar estos procesos degenerativos del tejido óseo.

Evita daños mayores

El ejercicio físico de alta intensidad proporciona al hueso los estímulos necesarios para continuar con el remodelado mineral. Actualmente, se sabe que los estímulos físicos de fuerza están mucho más indicados que actividades tan clásicas como la natación.

Ejercitarse con mancuernas de poco peso y aumentarlo progresivamente, logra que el sistema óseo y el sistema muscular obtengan como resultado la transmisión de fuerzas.

Una rutina individual
Para estar en forma: caminar, trotar y levantar pesas, es recomendable para lograr poco a poco la condición física necesaria para avanzar hacia una mejor salud y bienestar. La oxigenación con esta disciplina se puede ver en pocos días, sobre todo en la piel.

El masaje después de un entrenamiento es benéfico, pues ayuda a relajar los músculos tensos y tener una recuperación mayor en menos tiempo.

blanca_alcala@hotmail.com

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