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Rindiendo pleitesía

GUADALAJARA, JALISCO (28/ENE/2011).- Jesús Trujillo nació en la histórica población de Dolores Hidalgo, Guanajuato. Hasta los 19 años su vida transcurría apaciblemente, en su interior comenzaban a forjarse sueños y esperanzas. De pronto un terrible diagnóstico de poliomielitis le provocó un doloroso vuelco a su destino. La poliomielitis se complicó y Jesús sufrió cierto tipo de cuadraplejia que hasta hoy, 16 años después, lo ha postrado a una silla de ruedas. Desde la sima del dolor, a lo largo de este tiempo, Jesús ha escalado hasta la cima donde se posan las gestas heroicas de superación y triunfo, para transformarse ahora mismo en un hombre que no cesa de alcanzar sus sueños de superación, convirtiendo lo normal en extraordinario. 

Establecí contacto con él hace apenas unos días, le he ofrecido –y a través de esta colaboración comienzo a cumplir– que trataría de establecer una red de amigos a su alrededor que lo conocieran y estuvieran en permanente contacto mediante la maravilla de las modernas tecnologías de comunicación. Lo hago convencido de que la cercanía con personas como Jesús Trujillo, nos enfila por el camino que conduce a crearnos una verdadera conciencia social.
Como tarjeta de presentación, transcribo un párrafo de un comunicado que Jesús le hizo a Rosy, mi eterna y querida secretaria: “Hola estimada Rosy, por acá amaneció con algo de frío también, pero esto no me quita el ánimo para estar trabajando y ¡DISFRUTANDO DE LA VIDA!”, vaya ejemplo de acunar la esperanza. Un ser tocado por el rayo de la heroicidad y entereza.

El ejemplo de Jesús, como muchos otros, nos invita a que como sociedad dejemos de mantenerlos, por indiferencia o discriminación, sojuzgados y humillados. Excluir personas con la fortaleza y el talento como los que posee Jesús –ha escrito 10 cuentos y una novela de 400 páginas, que aún no se publican–, por razones sociales o económicas es un crimen inhumano y atroz. La vida cotidiana del joven Trujillo es una constante exaltación de virtudes y esfuerzos. Su extraordinaria actitud ante la vida debemos recogerla como un ejemplo que nos invita a superar retos, entendiéndolos en lugar de lamentarlos. A Jesús no lo sorprendió el miedo, la necesidad, el prejuicio, por el contrario, aspira –y con sus hechos demuestra que lo consigue– a ser justo, lo que lo lleva a delegar a segundo término esa cultura hedonista cuya meta dinero, poder y fama, trastoca valores y conduce a nuestra sociedad a condiciones de violencia, nihilismo y culto a la muerte.

El ejemplo de Jesús nos conduce a la conclusión de que debemos establecer vínculos espirituales que apoyen la convivencia social. Nuestro país pasa por difíciles momentos debido, entre otros factores, a un grave deterioro de valores que han deformado la realidad. Cuánto daríamos porque paralelo a los impresionantes avances de la ciencia y tecnología disminuyeran las huellas de nuestra ínsita condición bestial. Cuando se cuenta con un sentido de la vida, como el que cotidianamente manifiesta Jesús Trujillo se da paso al amor, al perdón, la verdad y la justicia.

Si alguno de ustedes lectores, desea vivir una profunda y apasionante experiencia, establezcan contacto con Jesús Trujillo. Su correo electrónico es: trujillojesus0306@yahoo.com.mx. Háganlo tomando en cuenta que las personas con discapacidad son la reserva espiritual de la humanidad. Amén de los amenes.
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