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Alemania 1x0 Japón
Sergio Oliveira
Toyota, terminó 2008 como el número uno del mundo en ventas y producción. Fue el resultado de una larga lucha, en la que los nipones se emplearon a fondo durante décadas para conseguir ese objetivo.
General Motors, que había ostentado el primer lugar en ventas y producción por nada menos que 77 años, no entregó fácilmente la corona y el logro de Toyota fue absolutamente valorado. Empero, el destino puede ser muy cruel. Y lo fue. Toyota, de confirmarse lo que todas las previsiones indican, puede haber sido líder mundial por menos de tres meses, porque fue rebasada no por GM, el segundo lugar en 2008, tampoco por Ford, que era el tercero, pero sí por Volkswagen, hasta 2008, el cuarto mayor del mundo.
El dato es muy revelador no sólo porque toma por sorpresa a casi todos, sino porque es fruto de una política distinta de ambos grupos, el japonés y el alemán, como también fue empujado por la suerte.
Toyota basó su crecimiento en dos bases muy sólidas: la calidad de sus productos y servicios y la fuerte presencia en los mercados más importantes del mundo. Así, son líderes absolutos en Japón y la marca foránea más poderosa en Estados Unidos. Europa fue su reto más complicado ya que ese mercado pide algo que Toyota raramente sabe ofrecer: placer de conducir.
Ya Volkswagen tuvo una política más amplia. Tal vez por honrar a su nombre que en alemán significa “el auto del pueblo”, la marca de Volfsburg siempre estuvo presente en mercados que hoy se llaman “emergentes”. Volkswagen tiene, por lo tanto, una fuerte presencia en América Latina, en China, en Rusia. Claro que no hay que olvidar que siempre ha sido muy poderosa en Europa y que también cuenta con una posición relativamente sólida en Estados Unidos. Volkswagen tenía también sus planes de crecimiento, por supuesto. Y el más ambicioso de ellos era llegar a ser la marca de más ventas y producción en el mundo, rebasando para esto a General Motors y a Toyota. Ante el escepticismo de la mayoría, VW pretendía alcanzar su objetivo en 2018. Pero las circunstancias se adelantaron y hoy, nueve años antes del plazo que se dio para ser la número uno, la marca recibe casi como regalo, la soñada posición.
Esta impresionante hazaña se debe a la crisis mundial y sólo es una ejemplo más de lo que es malo para unos, es bueno para otros. Los mercados más afectados del planeta fueron precisamente los que antes eran los más poderosos, es decir, Estados Unidos y Japón. La debacle de esos mercados hizo que los números de Toyota, de confirmarse las previsiones, insisto, cayeran nada menos que 47%. Volkswagen también cayó, pero lo sólo 11%. Y debe agradecerlo a los países emergentes.
Para empezar, la actual crisis financiera hizo que Estados Unidos perdiera la hegemonía de mayor mercado del planeta para entregarla a los chinos. Luego, otro país “emergente”, Brasil, gracias al incentivo de su gobierno para que las ventas de autos mantuvieran su ritmo o bajaran menos de lo que se esperaba, lo que también ayudó a los números de VW. Para completar el cuadro favorable, el principal mercado para VW, su casa Alemania, también recibió un fuerte incentivo del gobierno para renovar su parque vehicular. Con toda es ayuda, VW termina el primer trimestre de 2009, muy probablemente, como el mayor productor y vendedor de autos en la Tierra.
Hay que felicitar a los alemanes, por supuesto, pero también hay que llamarles la atención para el futuro. VW aún necesita incrementar la durabilidad de sus productos y en la calidad de los servicios de sus distribuidores, algo en lo que Toyota es maestra. Luego, cuando comiencen a recuperarse los mercados tradicionalmente fuertes, el crecimiento de Toyota debe ser exponencial. Y puede ser tanto que la haga recuperar esa posición de la cima del mercado automotor mundial.
La lección que queda de todo esto es que ambos deben aprender el uno del otro. Toyota tardó mucho para entrar en mercados como México ó Brasil, que sin duda serán extremadamente importantes en el futuro. Volkswagen, por su parte, necesita fortalecer su posición en Estados Unidos y Japón. Y ninguno de los dos puede menospreciar a sus adversarios, más que nada a GM y Ford, quienes de pasar por sus problemas actuales, no se conformarán con el tercero y cuartos lugares. Lo mejor de todo esto es que el gran ganador de esa lucha es el consumidor, que tendrá en el futuro autos cada vez más seguros, durables y baratos, vengan de Alemania, Japón, China o hasta India, porque Tata, el gran fabricante hindú, tampoco debe ser descartado entre los gigantes de mañana.
GUADALAJARA, JALISCO.- El mayor fabricante de autos de Japón,
El dato es muy revelador no sólo porque toma por sorpresa a casi todos, sino porque es fruto de una política distinta de ambos grupos, el japonés y el alemán, como también fue empujado por la suerte.
Toyota basó su crecimiento en dos bases muy sólidas: la calidad de sus productos y servicios y la fuerte presencia en los mercados más importantes del mundo. Así, son líderes absolutos en Japón y la marca foránea más poderosa en Estados Unidos. Europa fue su reto más complicado ya que ese mercado pide algo que Toyota raramente sabe ofrecer: placer de conducir.
Ya Volkswagen tuvo una política más amplia. Tal vez por honrar a su nombre que en alemán significa “el auto del pueblo”, la marca de Volfsburg siempre estuvo presente en mercados que hoy se llaman “emergentes”. Volkswagen tiene, por lo tanto, una fuerte presencia en América Latina, en China, en Rusia. Claro que no hay que olvidar que siempre ha sido muy poderosa en Europa y que también cuenta con una posición relativamente sólida en Estados Unidos. Volkswagen tenía también sus planes de crecimiento, por supuesto. Y el más ambicioso de ellos era llegar a ser la marca de más ventas y producción en el mundo, rebasando para esto a General Motors y a Toyota. Ante el escepticismo de la mayoría, VW pretendía alcanzar su objetivo en 2018. Pero las circunstancias se adelantaron y hoy, nueve años antes del plazo que se dio para ser la número uno, la marca recibe casi como regalo, la soñada posición.
Esta impresionante hazaña se debe a la crisis mundial y sólo es una ejemplo más de lo que es malo para unos, es bueno para otros. Los mercados más afectados del planeta fueron precisamente los que antes eran los más poderosos, es decir, Estados Unidos y Japón. La debacle de esos mercados hizo que los números de Toyota, de confirmarse las previsiones, insisto, cayeran nada menos que 47%. Volkswagen también cayó, pero lo sólo 11%. Y debe agradecerlo a los países emergentes.
Para empezar, la actual crisis financiera hizo que Estados Unidos perdiera la hegemonía de mayor mercado del planeta para entregarla a los chinos. Luego, otro país “emergente”, Brasil, gracias al incentivo de su gobierno para que las ventas de autos mantuvieran su ritmo o bajaran menos de lo que se esperaba, lo que también ayudó a los números de VW. Para completar el cuadro favorable, el principal mercado para VW, su casa Alemania, también recibió un fuerte incentivo del gobierno para renovar su parque vehicular. Con toda es ayuda, VW termina el primer trimestre de 2009, muy probablemente, como el mayor productor y vendedor de autos en la Tierra.
Hay que felicitar a los alemanes, por supuesto, pero también hay que llamarles la atención para el futuro. VW aún necesita incrementar la durabilidad de sus productos y en la calidad de los servicios de sus distribuidores, algo en lo que Toyota es maestra. Luego, cuando comiencen a recuperarse los mercados tradicionalmente fuertes, el crecimiento de Toyota debe ser exponencial. Y puede ser tanto que la haga recuperar esa posición de la cima del mercado automotor mundial.
La lección que queda de todo esto es que ambos deben aprender el uno del otro. Toyota tardó mucho para entrar en mercados como México ó Brasil, que sin duda serán extremadamente importantes en el futuro. Volkswagen, por su parte, necesita fortalecer su posición en Estados Unidos y Japón. Y ninguno de los dos puede menospreciar a sus adversarios, más que nada a GM y Ford, quienes de pasar por sus problemas actuales, no se conformarán con el tercero y cuartos lugares. Lo mejor de todo esto es que el gran ganador de esa lucha es el consumidor, que tendrá en el futuro autos cada vez más seguros, durables y baratos, vengan de Alemania, Japón, China o hasta India, porque Tata, el gran fabricante hindú, tampoco debe ser descartado entre los gigantes de mañana.
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