Reconocen bajo nivel en presa clave para Guadalajara
El gobernador de Jalisco afirma que la presa Calderón está a 30% de su capacidad; en 2021 su bajo nivel provocó crisis por tandeos
El gobernador de Jalisco reconoció ayer que la presa Calderón, una de las fuentes de abasto de agua más importantes para la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), se encuentra en bajos niveles.
Sin embargo, dijo que con la puesta en marcha de la nueva planta de bombeo de la presa El Salto, que se pretende quede concluida entre el 24 y 25 de diciembre, se evitará una nueva crisis como la de 2021, en plena contingencia ocasionada por el COVID-19.
“Ahorita lo que estamos tratando es de que los niveles de la presa Calderón no bajen de más y, en ese sentido, (la nueva planta) lo que nos va a permitir es que la presa Calderón mantenga niveles de operación adecuados”.
El mandatario estatal recordó que se tiene previsto que la nueva planta, así como el acueducto que une a las presas de Calderón y La Red, sean inauguradas el próximo 27 de diciembre con la presencia del Presidente Andrés Manuel López Obrador, y que al término de este mismo mes llegue a la metrópoli un metro cúbico adicional de agua.
“La presa Calderón está a niveles del 30%, pero con estas medidas vamos a evitar una crisis en las secas”, aseguró el titular del Ejecutivo estatal.
Sin embargo, el pasado 4 de diciembre este embalse reportaba un llenado del 37%, de acuerdo con el Monitoreo de Presas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Al respecto, Juan Guillermo Márquez, titular del Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua, consideró que no se está atendiendo el tema de la recarga de acuíferos, por lo cual es necesario replantear las prácticas relacionadas con el uso del agua.
Sequía arrasa municipios y las presas están a la mitad
Hay 63 municipios de Jalisco que presentan algún grado de sequía, lo que representa el 50.4% del territorio, según el último corte del Monitor de Sequía de México, actualizado al 15 de noviembre de 2023. Aunque esto representa que hay menos territorio en estas condiciones, en comparación con el pasado 15 de septiembre, cuando 76 municipios seguían con sequía, la situación sigue siendo crítica.
Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y Tlajomulco están en la categoría D3, que significa sequía extrema. Entre los municipios agrupados en esta misma escala están Arandas, El Arenal, Bolaños, Zapotlán El Grande, Colotlán, Chapala, Ixtlahuacán de los Membrillos, Jocotepec, Lagos de Moreno, Ojuelos y El Salto.
Por otro lado, las presas también están a media capacidad, con un nivel general de 55%, según el corte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) al pasado 4 de diciembre, con un almacenamiento de cinco mil 958.521 hectómetros cúbicos (hm3), de un total de 10 mil 754.090 hm3.
Juan Guillermo Márquez, titular del Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua, considera que si bien hubo un temporal atípico, se deben realizar acciones preventivas para el próximo 2024. “Se obliga a que se replantee la estrategia del agua. En el caso del agua metropolitana no se puede continuar con las mismas prácticas, con inundaciones y desaprovechando la porosidad del suelo, desatendiendo el agua de los manantiales que se vierte al drenaje”.
Arturo Gleason Espíndola, especialista en temas hídricos de la Universidad de Guadalajara, subraya que la situación es preocupante. “Con la sequía no recargas el subsuelo y aumentas la extracción… esta mala gestión del territorio nos está llevando a una escasez. La respuesta está en cómo manejamos el territorio. Moderar el desarrollo para reservar las zonas de recarga acuífera”. Añade que es un tema que debe tratarse con urgencia.
Municipios de Jalisco con sequía
- Sequía moderada: 23
- Sequía severa: 17
- Sequía extrema: 23
- Total: 63
Fuente: Monitor de Sequía en México
Chapala, al 47% de su capacidad
El Sistema de Presas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) arroja que el lago de Chapala está a 47% de su capacidad. La Comisión Estatal del Agua detalla que el espacio tiene una capacidad total de siete millones 897 mil metros cúbicos, y una superficie total de 114 mil 659 hectáreas, de las cuales Jalisco ocupa 86% y Michoacán 14 por ciento.
“Este lago, el más grande de la República Mexicana, es la principal fuente de abastecimiento de agua potable de la Zona Conurbada de Guadalajara, porque aporta el 60% del agua que llega a la ciudad”. Además, forma parte de la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago, que inicia al suroeste de la ciudad de Toluca, con el nacimiento del río Lerma, continúa su recorrido por el Estado de México en su porción noroeste, luego como línea divisoria entre los Estados de Querétaro y Michoacán.
Falta certeza con el Zapotillo
Juan Guillermo Márquez, titular del Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua, opina que en el caso de El Zapotillo no se tiene certeza si el agua prometida podría llegar. “Hay datos estadísticos de precipitación y evaporación del Instituto de Astronomía y Meteorología, donde la evaporación de gran parte de la cuenca, de la zona que recargaría al Zapotillo, casi duplica en ciertos periodos o años; se evapora el doble de lo que precipita, en algunos casos. Esto se debe a la ausencia de humedad en el suelo, por la evaporación que está teniendo. Han sido permisivos, el que proliferen los monocultivos eso va a empeorar la situación”.
Arturo Gleason Espíndola, especialista en temas hídricos, destaca que en el caso de El Zapotillo no hay monitoreo porque no todas las estaciones que miden la lluvia funcionan. “No se sabe cuánto entra a las cuencas, y no existe la forma de medir cómo se distribuye mediante escurrimientos, cuánto se infiltra o se está alojando en subsuelos a través de los acuíferos”, dijo.
LA VOZ DEL EXPERTO
Se deben poner de acuerdo todos los sectores
Arturo Gleason Espíndola, especialista en temas hídricos de la UdeG.
Es fundamental que se pongan de acuerdo todos los sectores, dice Arturo Gleason Espíndola, especialista en temas hídricos de la Universidad de Guadalajara (UdeG). “Para parar el desarrollo sin control necesitamos restaurar el ciclo del agua, proteger las zonas boscosas y no darle más énfasis a lo económico. Un exhorto a todos y todas, principalmente a las autoridades”.
Gleason Espíndola destaca que el problema descansa en nosotros como habitantes del territorio, ya sea en el ámbito urbano y rural. “Vemos con preocupación el incremento de áreas deforestadas para darle pie a los aguacates. Son oportunidades de negocio, pero a costa de rasurar los territorios, y por otro lado, el incremento de inundaciones, arrastre de sedimentos, que luego llenan las partes bajas. En la parte urbana, vemos cómo la mancha gris del concreto se extiende, impidiendo que el agua se infiltre, y extrayendo agua sin control ni regulación”.
Señala que no existe un plan de restauración y eficiencia, lo cual provoca agua sucia. “Las fuentes, en el caso subterráneo, cada vez son menos, hay más pozos que se secan en Santa Anita y Tlajomulco, y se siguen autorizando fraccionamientos. Debemos parar este ataque al territorio y comenzar redistribución e infiltración, y por otro lado, la infraestructura debe mejorarse”.