Prevé SIAPA terminar desabasto en 8 días
Con la Presa Calderón y el Canal de Atequiza prometen resolver la actual crisis en 100 mil viviendas de la ZMG
Desde el pasado miércoles 14, las solicitudes de pipas se dispararon en el Sistema Intermunicipal de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA). El organismo operador atiende 100 reportes por día en promedio. Aristeo Mejía Durán, su titular, reconoce que no lo tenían previsto, pero ya se han emprendido estrategias para resolver el desabasto en menos de una semana.
El agua de la Presa Calderón, que se encuentra en niveles óptimos, y el desazolve del Canal de Atequiza, para aumentar el caudal que ingresa a la ciudad, es la estrategia emergente para atender la contingencia que afecta a 100 mil viviendas en diferentes niveles, en 60 colonias de la metrópoli.
Esta no es la primera vez que el SIAPA enfrenta algo así. En 2016, recuerda Mejía, 100 colonias se quedaron sin agua debido a una situación parecida. “Ya desde hace tiempo estamos a tope. Hay deficiencias y es necesario contar con nuevas fuentes para tener un abasto seguro”.
De acuerdo con el funcionario, la temporada de calor se adelantó en Guadalajara, lo que incrementó la cantidad de agua que se utiliza en la ciudad. Además, regularmente en estas fechas se utiliza un porcentaje adicional de agua para el riego en el Distrito 13 (Atequiza y Ocotlán). “Sí nos sorprendió un poco ese aspecto. Fue lo que repercutió en la problemática, en el desabasto actual”.
Además, desde 2015, la red del SIAPA tiene 77 colonias más —integradas tras la conclusión del programa “Tu Casa con Agua”— y, este año, Guadalajara suma 27 años sin un proyecto de gran calado para abastecer a una ciudad con cinco millones de habitantes.
“Pudimos tomar la decisión de tandeos, pero no. No queremos eso. Creamos una mesa de trabajo con la Comisión Nacional del Agua para ir viendo de forma puntual nuestros volúmenes, que están un poquito mejorándose… pero va a ser gradual”.
En el Día Mundial del Agua que hoy se celebra, la previsión del organismo es que, ahora que arrancaron esas soluciones, los niveles se normalicen y las 60 colonias con agua intermitente o abastecida con pipas se regularicen la siguiente semana a más tardar. Las primeras beneficiadas serán las que se encuentran en las zonas bajas, tal y como ocurre cuando se realizan las obras de reparación del Acueducto Chapala-Guadalajara.
“Inmediatamente procedimos a enviar mayores volúmenes de la presa Elías González Chávez (Calderón). Aumentamos de mil 100 a mil 800 litros (por segundo de agua). Sin embargo, todo eso que mencionamos y los volúmenes adicionales, con cualquier situación que se nos presenta ocasiona el desabasto. Hay que reconocer: estamos al límite. Ya estamos con déficit. Y una situación de esta naturaleza repercute en forma inmediata”.
“Estamos desesperados… ¡van 15 días sin agua!”
Juan Padilla viró bruscamente y pisó el acelerador de su camioneta cuando identificó una pipa del Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA). “Disculpa, ¿nos puedes llenar unos botes que traemos en la camioneta? ¡Por favor, no tenemos nada de agua!”, le pidió al trabajador que llegaba a suministrar agua al hospital San Pedro Apóstol en el barrio Colonial Tlaquepaque, el que acumula más reportes por falta del líquido.
Padilla y su vecino, Jesús García, acudían a otra colonia para ver si la hermana del conductor les podía llenar sus recipientes.
“Estamos desesperados… ¡van 15 días sin nada de agua, ni una gota!”, recalcó García.
“Estamos saturados, atendemos los reportes, pero en cada viaje nos aborda gente que nos pide que si les llenamos botes con agua y no podemos negarnos. Alcanzamos a hacer seis viajes al día, y en cada uno atendemos cinco casas… estamos bajo presión”, comentó ayer Raúl, trabajador del SIAPA, mientras tachaba el hospital de una larga lista de domicilios reportados. Tan sólo en Colonial Tlaquepaque hay cuatro mil 400 habitantes.
Marisela González, empleada del hospital San Pedro Apóstol, explicó que llevan dos semanas “batallando” con el problema de desabasto de agua, ya que necesitan el líquido para lavar los quirófanos de cirugías y hacer el aseo indispensable para mantener la salubridad.
“Sin agua no podríamos hacer nada; mejor cerraríamos. Por ejemplo, se requiere por si llega un paciente a una cirugía de urgencia, además para los que están internados o vienen a consulta”.
A unas cuadras, la señora Guillermina Salazar no ha tenido la suerte de que le lleven pipas. “No tengo dinero para pagar pipas privadas ni para ir a las lavanderías, hemos visto a la gente que va, pero no nos alcanza. Tenemos cuatro niñas en casa y lo que estamos haciendo es comprar garrafones para lo más indispensable… y con chorritos les lavamos sus prendas para la escuela”.
En la colonia La Capacha, la segunda con mayor cantidad de reportes según el SIAPA, los habitantes tampoco saben qué hacer. José Luis Ruiz subrayó que se siente molesto porque cuando llamaba al organismo no lograba que lo atendieran. “Jamás hay respuesta. Sí da coraje, en mi casa somos cinco. ¿Imagínate si nos alcanzamos a bañar? El domingo nos dijeron que iba a regresar el suministro y llevamos 15 días así, nunca había pasado”.
Baja en consumo de agua entre tapatíos evita mayor desabasto
En 2013, los tapatíos que consumían agua desde la red del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) realizaban un gasto promedio de 9.1 metros cúbicos por segundo. Esto es, nueve mil 100 litros. Cinco años después, en febrero pasado, el promedio se disparó a 10.28, o bien, 10 mil 280 litros consumidos cada segundo.
De acuerdo con el organismo operador, ese gasto es menor a lo esperado con el incremento que ha tenido la población durante el mismo periodo.
Aristeo Mejía Durán, director del SIAPA, afirma que “la población ha apoyado en un uso más racional del recurso”, pues de tener un promedio de consumo per cápita de 300 litros diarios (en 2013), para febrero pasado cada habitante consumió 216.
“Andamos dentro de una norma internacional importante. Sí ha bajado el consumo y esa disminución nos ha permitido que no exista un desabasto mayor”.
Afirma que, sin un uso racional del líquido, en estos momentos Guadalajara atravesaría por un periodo complicado que obligaría a la aplicación de tandeos o rotación del servicio. Por el momento, eso queda descartado.
Desde el 2015, el SIAPA sumó 77 colonias a su red a través del programa “Tu Casa con Agua”, estrategia para la cual se destinaron 510 millones de pesos. Y considerando ese incremento, así como los nuevos habitantes que llegan a la metrópoli, el gasto medio anual ha incrementado sólo en 820 litros por segundo.
Aristeo Mejía reconoce que el Sistema atraviesa por un déficit contra el cual se lucha cada día para que los tapatíos no lo noten.
“De alguna forma hemos tratado de abastecer de agua a la ciudad sin que exista esa deficiencia. Por ejemplo, la participación ciudadana con el uso racional del recurso nos ayuda”.
Adicionalmente, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) permitió la perforación y rehabilitación de pozos en la metrópoli, lo que ha sumado mil 300 litros por segundo de agua a la ciudad. “Eso y el que la presa Elías González Chávez (Calderón) se mantenga en niveles óptimos, porque el año pasado incluso llegó a derramar. Ha estado a una capacidad que nos ha permitido mandar mayores volúmenes cuando la ciudad demanda cantidades adicionales”.
En 2014, la última ocasión en la que el SIAPA implementó tandeos en la metrópoli, el organismo tenía registradas un millón 118 mil cuentas. Para 2017 había 67 mil 120 adicionales. Las estrategias de abasto y el uso racional del líquido han dado resultados, y éstos son aún más notables durante el estiaje.
Año | Usuarios de todo tipo |
2012 | 1’082,437 |
2013 | 1’101,461 |
2014 | 1’118,969 |
2015 | 1’141,585 |
2016 | 1’166,372 |
2017 | 1’186,089 |
Fuente | Porcentaje de abasto para la ciudad |
Lago de Chapala | 66% |
Aguas subterráneas | 26% |
Presa Calderón | 7% |
Manantiales | 1% |
Sube presión
En todo el 2017, los habitantes de Guadalajara consumieron un promedio de nueve mil 970 litros por segundo. Pero durante el estiaje, la ciudad incrementa notablemente el uso de agua.
Entre mayo y junio, el SIAPA registró un pico de 11 mil 700 litros, cada segundo, que equivalen a más de 700 mil tinacos por minuto.
Aristeo Mejía, director del SIAPA, advierte que este año podría haber escenarios similares, pues ya en marzo se han registrado temperaturas de 35 grados en la metrópoli.
Sin embargo, el Sistema puede potabilizar y abastecer hasta 15 mil litros por segundo a sus usuarios. ¿El problema? No hay agua suficiente. “Tenemos capacidad instalada. Lo que nos hace falta es la aportación de los volúmenes de aguas crudas. Una cosa es que tengamos capacidad para poder potabilizar y otra que tengamos los volúmenes que requerimos”.
Desde el Acueducto Chapala-Guadalajara, la ciudad recibe cinco mil 500 litros por segundo, a los cuales se suman dos mil del Canal de Atequiza. Los pozos ofrecen hasta tres mil adicionales y aún hay mil 500 más que pueden obtenerse desde la presa Calderón.
“La razón por la que no hay agua es porque no tenemos, en este momento, los volúmenes suficientes en nuestras plantas potabilizadoras (…) Necesitamos agua; nos hace falta. La solución la sabemos todos: también tiene que incluirse el aprovechamiento de aguas de otras fuentes. Y eso es lo que en su momento se tiene previsto”.
“Rotación” del servicio… en veremos
Será en una semana cuando el SIAPA confirme si este año aplica su estrategia de “rotación” de servicio. Ello dependerá de que las estrategias para aumentar el caudal a Guadalajara, como la presa Calderón y el canal de Atequiza, regularicen el abasto en las 60 colonias que en este momento registran déficit.
Regularmente, el SIAPA recibe 10 reportes diarios para enviar sus pipas. En la coyuntura actual hay 100 llamados en promedio; es decir, 10 veces más.
José Luis Montaño Ochoa, superintendente de operación, explica que, aunque sólo cuentan con 11 vehículos, la cobertura está garantizada al realizar sus reportes a la línea Siapatel: 3668-2482.
LA VOZ DE LOS EXPERTOS
“No se necesita un nuevo acuerdo”
Guillermo Márquez Gutiérrez (coordinador del Observatorio Ciudadano para la Gestión del Agua)
“Ya resulta un tanto ocioso un nuevo acuerdo en tanto que ya existían anteriores. Lo que no se ha estado haciendo es cumplir con los volúmenes que se han concesionado tanto del Lago de Chapala, donde hay una subutilización y, en lo que respecta al agua subterránea, ya se había autorizado un metro cúbico (de agua por segundo) aproximadamente con perforación de pozos”, destaca el coordinador del Observatorio Ciudadano para la Gestión del Agua.
Esto, luego de las mesas de trabajo anunciadas por el SIAPA y la Conagua para hacer frente al déficit de agua que se tiene en la metrópoli.
Apunta que actualmente no se tienen datos sólidos, “sólo declaraciones”, sobre la situación del abasto de agua, “esperamos que pronto se den los datos duros que se puedan cotejar, porque de lo contario, genera desconfianza”.
Insiste en que, con los acuerdos anteriores, se cubriría la demanda actual de agua de los municipios metropolitanos, “nos sorprende que han aparecido números, en apariencia inflados, de medio millón de (personas) que no tienen acceso al agua. Habrá que revisar con puntualidad si es por falta de líquido o por un manejo inadecuado en la administración del mismo”.
Añade que para garantizar el abasto se debe voltear hacia las zonas de inundación, las cuales se pueden convertir en sitios de captación de agua, contemplar proyectos para la reutilización del agua y suprimir las fugas, “si reconocen que un gran porcentaje de las tuberías son obsoletas, ya se tienen técnicas avanzadas para sustituirlas con tuneladoras”.
Además, prohibir que se urbanicen las zonas de descargas, pues se estima que el desperdicio de agua es de alrededor de 30 por ciento.
“Urge una gestión integral”
José Antonio Gómez Reyna (académico de la Universidad de Guadalajara)
El académico considera que, para hacer frente al déficit de agua que se tiene en la metrópoli, no sólo se trata de establecer decretos e intentar dar más agua de donde no hay, sino contar con un sistema de gestión integral para hacer frente al desabasto.
Dice que el problema del agua, además de los temas de infraestructura e ingenierías, están involucrados otros aspectos, como son el económico, político, social y de salud pública.
“La Conagua les puede decir: ‘Le voy a dar 20 metros cúbicos por segundo a la ciudad de Guadalajara’. La pregunta es: ¿De dónde? ¿Qué infraestructura se tiene? ¿Dónde se va a tratar? ¿Para qué la queremos?”.
Indica que el abasto debe responder a un proyecto continuo de infraestructura y, en el caso de Jalisco, hace algunos años se perdieron uno o dos sexenios en los que no se presentaron avances. “¿Por qué no se hizo nada? Fue una agencia de colocación familiar en donde metieron a puras amistades y, en realidad, técnicos que conocieran el asunto, no estaban”.
Comenta que se requieren plantas de tratamiento para reutilizar el agua, circuitos cerrados en las plantas industriales para que no haya descargas ni a los mantos ni a los cuerpos de agua, un proyecto de la cultura del agua, manejo integral de microcuencas y evitar un crecimiento desordenado de la ciudad, “mientras que no hay un ordenamiento territorial real, adecuado, sin intereses, no vamos a llegar a ningún lado”.
Suman 3 décadas sin nuevas fuentes de abastecimiento
Desde que fue inaugurado el acueducto Chapala-Guadalajara, en enero de 1991, el Área Metropolitana no ha sumado un sólo proyecto de gran calado para aumentar el caudal de agua que suministre a sus habitantes. Para entonces, Jalisco tenía una población de 5.3 millones de habitantes: cifra que hoy se concentra sólo en su principal ciudad.
Así, han pasado 27 años y, salvo paliativos como la ampliación de pozos de extracción o la rehabilitación del antiguo canal de Atequiza, cada proyecto para garantizar agua para la ciudad ha sido rechazado u obstaculizado, ya sea por oposición ciudadana, inviabilidad técnica, omisiones de las autoridades hídricas o cuestiones legales y presupuestales.
Casi tres décadas después del acueducto, el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado se encuentra en problemas para asegurar que todos los habitantes de la ciudad cuenten con agua potable.
Hoy, suman 60 las colonias que padecen por esas omisiones del pasado, y éstos son algunos de las obras que han quedado para el recuerdo:
• Crédito japonés
En enero de 1998, el entonces titular del SIAPA, José Luis González Velasco, expuso a los integrantes del Cabildo tapatío las bondades de contratar un crédito por 250 millones de dólares para incrementar la infraestructura hídrica de Guadalajara y dejar de depender del temporal.
El Congreso del Estado se opuso a su contratación y, tras meses de discusión política, la iniciativa fue retirada.
• Presa de Arcediano
Aprovechar el agua del fondo de la barranca de Huentitán para limpiarla y usarla en la ciudad fue una idea que se discutió ampliamente durante el sexenio de Francisco Ramírez Acuña. Más de 700 millones de pesos después (invertidos en estudios, compra de terrenos y casas, incluso en el retiro del puente histórico), el proyecto fue “diferido” por los altos costos que requeriría su construcción.
• Acueducto II
Desde el principio, el acueducto Chapala-Guadalajara fue construido para que fueran dos los ductos que operaran de manera alterna, para prestarles atención o mantenimiento cuando fuera requerido.
El que opera actualmente (que abastece al 60% de la ciudad) recibe atención periódica durante las temporadas vacacionales, pero en realidad tiene casi tres décadas sin revisión de fondo.
Grupos de oposición se manifestaron frente al SIAPA, argumentando que un segundo ducto “secaría” al Lago de Chapala.
Las campañas políticas de 2012 se cruzaron, las promesas también y el tema fue desechado.
• Presa El Zapotillo
La única vía “técnica” para garantizar un caudal adicional de agua a Los Altos de Jalisco, León, Guanajuato, y el Área Metropolitana de Guadalajara a través del río Verde se encuentra en la localidad de El Zapotillo, en el municipio alteño de Cañadas de Obregón. ¿El problema? Construir una presa allí significa inundar tres poblados: Temacapulín, Acasico y Palmarejo. Las autoridades apostaron a este proyecto y la oposición mostró un frente amplio de defensa al territorio. Poco antes de que la presa alcanzara los 80 metros de altura, una suspensión legal fue emitida desde mayo de 2014, fecha desde la cual permanece sin cambios.
• El Purgatorio
Por falta de recursos, la presa derivadora El Purgatorio también sigue atorada. Hasta el momento se construye la primera etapa, pero no hay noticias sobre la inversión que le resta. Se pretendía inaugurar la presa desde 2016, pero será otro proyecto para la siguiente administración federal.
El Zapotillo detenida, pero con presupuesto
Aunque la construcción de la presa El Zapotillo se mantiene detenida judicialmente y el Estado aún no llega a un acuerdo con Guanajuato sobre la proporción del caudal del río Verde que le correspondería a Jalisco, el megaproyecto tiene presupuestados para este año mil 500 millones de pesos (recursos federales).
Tras la aprobación de este presupuesto, el Comité Salvemos Temacapulún, Acasico y Palmarejo desaprobó el presupuesto y denunció que los diputados desacataron el fallo 93/2012 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y las otras suspensiones judiciales que mantienen detenida la obra desde 2013 para evitar que la cortina pase de 80 a 105 metros. “Constatamos sólo simulación con la aprobación del presupuesto 2018”.
A través de un posicionamiento, los integrantes del Comité recordaron que en 2005 el costo de este proyecto era de 10 mil 375 millones de pesos. Para 2017 se había prácticamente triplicado, al alcanzar los 27 mil 263 millones de pesos.
Este medio publicó que en 2016 se destinaron 933.6 millones de pesos, a pesar de que no hubo intervenciones.
Por su parte, el gobernador Aristóteles Sandoval aclaró que el proyecto seguía “empantanado” por el pleito judicial. Apenas en junio pasado había confirmado que la cortina tendría una altura de 105 metros para dotar de agua a Los Altos de Jalisco, Guadalajara y León (Guanajuato), tras darse a conocer los resultados del estudio elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS, por sus siglas en inglés).
Durante la comparecencia que rindió el año pasado ante los diputados, el secretario de Planeación, Administración y Finanzas, Héctor Pérez Partida, dijo que si se lograba librar el tema jurídico, se requerirían alrededor de siete mil 900 millones de pesos para elevar la cortina de la presa a 105 metros. Los recursos se obtendrían del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) y a través de la inversión público-privada.
En el documento elaborado por el Comité de Temacapulín contra la bolsa federal autorizada para 2018 se recuerdan los problemas que se tuvieron con la empresa Abengoa, responsable la construcción del Acueducto, la cual tras haber renunciado al proyecto reclamó una indemnización por cuatro mil 300 millones de pesos, “sin haber colocado un centímetro del tubo del Acueducto”. Actualmente, El Zapotillo es construido por la empresa Fomento de Construcciones.
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