Por la saturación en sector público, alza en consultorios privados
Suman más de 16 mil en todo el país; sin embargo, autoridades sanitarias alertan por servicios irregulares o médicos sin título
Juana Andrea González padece una enfermedad respiratoria. Aunque a principios del año le agendaron una cita en el IMSS, fue suspendida por la pandemia. Por ello, hace tres meses acudió a un consultorio popular, adjunto a una farmacia, en donde le diagnosticaron hiperactividad bronquial.
Casos como éste han dado paso a un crecimiento exponencial de los consultorios populares en todo el país: suman más de 16 mil; sin embargo, autoridades sanitarias alertan por servicios irregulares o médicos sin título.
En el caso de Jalisco, en 2014 había 971 avisos de funcionamiento de este tipo de espacios, pero ya son dos mil 232: más del doble, según la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios de Jalisco (Coprisjal).
CLAVES
Aumentan las atenciones
Consultas. Los más de 16 mil consultorios adyacentes a las farmacias que operan en el país, brindan más de 10 millones de consultas al mes; es decir, al término del año superan las 100 millones de atenciones médicas, lo cual supera los servicios que brindan anualmente el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) o el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Informe. Si se comparan los datos con los del ISSSTE, los consultorios de las farmacias cuadruplican los servicios brindados por éstos. De acuerdo con el Informe Financiero y Actuarial 2020, durante el año pasado, el ISSSTE brindó 23.5 millones de consultas médicas.
Mejoría. De acuerdo con el informe ejecutivo del IMSS 2019-2020, el IMSS otorgó 92.6 millones de consultas de Medicina Familiar durante el año pasado. En éste se destaca que eso significó una mejoría, pues en los seis años previos había registrado menos de 90 millones de consultas. En 2018, la Cofepris (responsable de regular los consultorios de farmacias) reconoció que estos establecimientos superaban las atenciones brindadas por el Seguro Social.
Baja. En abril pasado, este medio publicó que las atenciones brindadas a la población que no cuenta con seguridad social a través de los núcleos médicos a cargo del Gobierno del Estado y los Hospitales Civiles de Guadalajara, han venido a la baja en los últimos cuatro años. Mientras en 2016 se atendieron a 5.6 millones de personas, en 2019 se brindó servicio a dos millones 284 mil (cifras preliminares). La extitular del Organismo Público Descentralizado (OPD), Consuelo Robles, reconoció que esto obedecía, en parte, a la inclusión del Seguro Popular y la operación de los consultorios populares.
Los prefieren por económicos y porque atienden rápido
Desde hace 10 años, Patricia Luna acude “muy seguido” a los consultorios adyacentes a las farmacias para recibir atención médica, pues considera que los costos se mantienen bajos, tanto en la consulta como en los medicamentos.
Recuerda que decidió acudir a éstos porque comenzó a presentar problemas respiratorios, pero en los centros de salud pública le dijeron que era una gripa. Un mes después presentó una contractura de tórax y no podía respirar. “Terminé yendo de urgencias a un consultorio de una farmacia popular”.
El doctor de éste le dijo que se trataba de una alergia. Dio seguimiento y corroboró que tenía ese problema. “Fue cuando comencé a creer más en ese tipo de consultorios”.
Patricia es maestra y cuenta con seguridad social, pero aclara que primero acude a este tipo de consultorios porque la consulta en las clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social “tardan en dar la cita. A raíz de eso, para una emergencia mejor acudo a estos consultorios populares. Y si necesito un tratamiento más costoso voy al IMSS”.
Acentúa que en estos establecimientos le dan una solución o le ayudan en un día o dos.
Destaca también que, pese a ser un servicio privado, sus atenciones médicas le salen baratas. “Gasto unos 200 pesos con la consulta y el medicamento”.
El año pasado acudió a un consultorio de farmacia porque tenía gastritis y colitis, debido a que el omeprazol ya no le servía. “Me empecé a marear mucho. Me desvanecía y no veía. Me dio uno de esos ataques rumbo a mi casa y pasé por una farmacia con consultorio y lo primero que hice fue que me checaran la presión”.
El médico que la revisó le respondió que sus síntomas correspondían a una disautonomía (alteración del sistema nervioso autónomo). “Cuando me diagnosticó eso, me dijo: ‘Ve al Seguro Social y diles que es posible que tengas una disautonomía y que te hagan los estudios. Entonces fui al IMSS, me mandaron con los especialistas, pero es fecha que no me han confirmado al 100%, pero me dijeron que sí tenía (ese padecimiento)”.
Aclara que aún no concluyen sus estudios en el Seguro Social porque los procesos están más tardados por la pandemia del COVID-19. Pese a que buscó realizarse los estudios con un particular, éstos le costaban entre tres mil 800 y hasta cinco mil 900 pesos. “No tengo esa solvencia económica”.
“Le agarré confianza…”
Juana Andrea González Romero trabaja como secretaria en una guardería pública, por lo que cuenta con seguridad social, pero carece de tiempo para tratar todas sus enfermedades o padecimientos en éste. Hace siete años decidió acudir a un consultorio anexo a farmacia.
“El servicio en el IMSS siempre está saturado, tienes que madrugar. Si tu cita es por la tarde, a veces tienes que llegar desde las nueve de la mañana para sacar ficha… y eso se me complica por el trabajo”.
Reconoce que en estos establecimientos también le toca hacer fila, pero el tiempo de espera es menor. Hace siete años acudió por primera vez a uno ubicado en la colonia Miravalle porque su hija estaba enferma del estómago.
El doctor le dio tratamiento y debía regresar en los días inmediatos para otra revisión. Como ese fin de semana se iría de viaje a Estados Unidos, el médico le recetó un medicamento adicional por si la enfermedad se complicaba, lo cual sucedió. “Ahí fue cuando le agarré confianza al doctor”.
Hace un año, González Romero fue a otra consulta en estos establecimientos porque padece de los pulmones y no se podía recuperar. “Todos los días me daba una crisis, un silbido en el pecho. Por eso dije: ‘Tengo que ir con un médico cercano porque en el Seguro Social ya no me quisieron atender, me dijeron que por esto del COVID-19 ni los análisis que me iban a hacer… me dijeron que no se podían arriesgar”.
Tuvo que optar por un consultorio particular y comparar costos. Acudió con un doctor de farmacia. “Revisó mis estudios, me dio un tratamiento y hasta ahorita estoy bien”.
Agrega que incluso el Seguro Social le había dado una cita. Llegué y me dijeron que esas citas se postergarían hasta que se terminara la pandemia.
Patricia dice confiar en los doctores con los que acude porque tienen experiencia y trabajan, incluso, en algunas instituciones de salud pública.
La última vez que acudió fue hace como tres meses para tratar el mismo padecimiento. “El doctor me diagnosticó que se llama hiperactividad bronquial y que lo que me daba eran espasmos bronquiales. Estoy con aerosol y medicamento”.
Acentúa que estos establecimientos tienen buenos precios, pero los correspondientes al tratamiento de seis meses que tiene actualmente sí están altos. “Me dieron un aerosol que cuesta más de mil pesos, pero lo más barato que lo conseguí fue en 800 pesos. Y un jarabe me costó 280 pesos cada uno (adquirió cinco)”.
Bajan las sanciones contra los consultorios médicos privados
El año pasado, la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios de Jalisco (Coprisjal) realizó el mayor número de verificaciones en consultorios de medicina general en el Estado, entre los que se encuentran los adyacentes a las farmacias. En total se realizaron mil 082 visitas.
Vía transparencia, el organismo informó que en 2013 se verificaron sólo 33 establecimientos, sin ninguna sanción. Desde entonces, el año con más multas y amonestaciones fue 2019, con 118 y 242, respectivamente.
En el primer semestre de este año, en medio de la pandemia por el COVID-19, en el que muchas personas optaron por acudir a los consultorios particulares en lugar de las clínicas del sector público, la Comisión ya aplicó 481 verificaciones, las cuales derivaron en sólo 12 amonestaciones, sin multas. A la fecha no se han registrado clausuras, ya sean temporales o definitivas. Van a la baja.
El año pasado, Olga Patricia Sosa, diputada federal por el Partido Encuentro Social, presentó una iniciativa de reforma a la Ley General de Salud para emitir una nueva regulación en la materia.
En el documento se señala que la creación de los consultorios médicos adyacentes a las farmacias privadas (Cmaf), implica nuevos riesgos a la salud de la población y han facilitado que intereses ajenos a la salud permeen en la atención.
“Los consultorios que dependen de las farmacias tienen incentivos económicos para prescribir más medicamentos de los necesarios, una cuestión que repercute directamente en la capacidad del consumo para otros bienes por parte de los usuarios”.
Puntualizó que la enorme propagación de estos establecimientos conlleva a que un gran porcentaje de la población sea atendido en consultorios que no cuenten con la infraestructura básica para brindar atención que evite perjuicios posteriores, en vez de garantizar la sanación correcta.
“En ese sentido, es necesario elevar a nivel legal un mínimo de disposiciones que hoy tienen rango reglamentario para que los consultorios, en particular aquellos adyacentes a las farmacias, tengan un marco normativo base y, en ordenamientos de menor rango, sean reglamentos o normas oficiales mexicanas, donde se detalle el contenido de dichas disposiciones”.
Actualización
- En Jalisco, en 2014 se contaba con 971 avisos de funcionamiento para consultorios médicos; sin embargo, actualmente se tienen dos mil 232. Se duplicó la cifra, según datos de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios de Jalisco (Coprisjal).
- El mes pasado, Ramón Ávalos, del Departamento de Regulación de Insumos para la Salud en el Estado, afirmó que, ante la pandemia, hay una mayor vigilancia de estos consultorios. Hasta esa fecha se habían realizado sólo 181 inspecciones.
Contacto
Para evitar que la ciudadanía consuma medicamentos sin receta o los adquiera en lugares no autorizados, la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Jalisco dispone las siguientes vías para presentar las quejas o denuncias:
WhatsApp: 33-1342-0826.
Correo: denunciasanitariajalisco@gmail.com.
TELÓN DE FONDO
Evaden registro
Hasta junio pasado, sólo siete mil 105 consultorios anexos a farmacias se encuentran registrados en el catálogo de la Clave Única Nacional de Establecimientos de Salud (CLUES), a cargo de la Secretaría de Salud Federal, de un total de 16 mil que operan en el país.
Este medio publicó que, a través de esta plataforma, se puede conocer el nombre de cada uno de los establecimientos, su ubicación exacta, la cantidad de consultorios, la fecha en que se dieron de alta y, en su caso, la baja, entre otras características.
En el caso de Jalisco, sólo 283 pueden identificarse en el catálogo, de los dos mil 232 que están en funcionamiento, según datos de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coprisjal).
El mes pasado, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, reconoció que estos consultorios proliferaron en los últimos ocho años, debido al estancamiento del Sistema Nacional de Salud. Y lo hicieron sin un esquema de certificación. “No estaban sujetos a una regulación formal, más allá del aviso de funcionamiento o la licencia que les dio la Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios)”. Por ello no contaban con un mecanismo para responder por sus fallas.
En la mira, los charlatanes
La Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Jalisco vigila que los charlatanes no engañen a la gente con productos “milagro”. Por ejemplo, en marzo pasado, policías de Tlaquepaque detuvieron a Juan Ángel “N”, titular de una farmacia, tras intentar mantenerlo en funcionamiento a través de una unidad móvil y ofreciendo la cura contra el COVID-19.
Ramón Ávalos Huerta, del Departamento de Regulación de Insumos para la Salud de la Coprisjal, informó que se atienden todas las quejas en las que se advierte de farmacias o establecimientos en los que se ofrecen medicamentos o “curas milagrosas”. “Si están vendiendo medicamentos que curan el COVID-19, se tiene que verificar que el medicamento cuente con los registros sanitarios correspondientes y, de lo contrario, tenemos que suspenden la farmacia o el establecimiento de venta”.
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