¿Y el Legislativo?

El fin de semana pasado arrancaron, de manera atípica, las campañas con miras a las elecciones federales y locales del próximo 5 de julio. La alerta epidemiológica con motivo de la presencia del virus de influenza A H1N1, obligó a las autoridades de la Secretaría de Salud federal a disponer medidas preventivas que deben ser acatadas por partidos políticos y candidatos, y ello obligó a que el inicio de su labor proselitista previsto en la legislación electoral fuera más que discreto.

Sabemos que en Jalisco se renovará a los integrantes de los 125 municipios y a los diputados locales, por lo que, de una u otra forma, quienes aspiran a uno de esos cargos tienen la responsabilidad de dedicarle todo su tiempo y el máximo esfuerzo a la tarea de buscar el voto de los ciudadanos.

El problema es que el pretexto de las campañas políticas, y el hecho de que un buen número de diputados locales pretenden brincar a otro cargo, ha llevado al Congreso del Estado a una virtual parálisis, al grado de que ha trascendido la previsión de que la próxima sesión del pleno se lleve a cabo ¡a finales de junio!
Como si no tuvieran trabajo pendiente, y con la pantalla de que siguen “trabajando” en sus respectivas comisiones, los legisladores jaliscienses están aprovechando sus cargos, y sus onerosos sueldos, para meterse de lleno a las campañas (propias o de sus correligionarios), dejando tirado el compromiso por el que prestaron juramento a principios de 2007, que es hacer y reformar el marco legal de nuestro Estado.

En las últimas semanas, dejando de lado la prescripción de resguardo que se decretó los primeros días de mayo, el Congreso del Estado ha lucido semivacío, y hasta se quedó pendiente en la última sesión del pleno la elección del que podría ser el próximo presidente del Instituto de Transparencia e Información Pública (Itei). Lo dicho: los diputados andan en otras cosas que no son su obligación principal.

Si ya a estas alturas los legisladores reciben tan bajas calificaciones por parte de los ciudadanos, que los miran con frecuencia como irresponsables y abusivos, falta ver cómo lo toman los posibles electores que el 5 de julio se encontrarán en las boletas a los mismos.
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