A poco menos de un mes para que sea el 5 de julio, aumenta el volumen de las campañas aunque éstas sean de tal manera que no llegamos a conocer quiénes son los candidatos que nos corresponden, en mi caso, los de la Ciudad de México, en donde vamos a votar por el diputado federal que corresponde al principio de mayoría relativa. Nada que hacer para decidir por los que van a ocupar su escaño por el principio de representación proporcional (cinco grupos de 40 candidatos equis en cada grupo de 20 hombres y 20 mujeres). También votaremos por el candidato a diputado en la Asamblea Legislativa (equivalente al estatal) y por el delegado en el Distrito Federal (equivalente al presidente municipal).
Han colgado toda clase de carteles con los retratos de los candidatos de los nueve partidos. Algunos con una frase que ellos creen que dice algo, pero, en realidad, no dice nada. ¿Creen que con eso sabremos por quién vamos a votar? La realidad es que no hay manera de saber qué clase de bichos son, mucho menos si tienen capacidad de negociar o si son unos fanáticos o vaya usted a saber qué mañas e intenciones tengan. No tenemos la menor idea de quiénes son los que me van a representar y no saben quién soy, ni mucho menos cuál es mi visión del futuro.
No los conocemos, excepto por su retrato, y algunos nos dan pena. A nivel federal esperamos que actúen en la Cámara para resolver las broncas y ojalá haya las reformas estructurales que tanto necesitamos. Por lo menos, que mantengan el espíritu de la Constitución y jueguen lo más legalito que se pueda. Creo que esto ya es ganancia.
Por eso vamos a votar no por el individuo, sino por el partido que representan, y hay que hacerlo considerando la decepción de ciertos candidatos que van a ocupar su escaño por el principio plurinominal, escogidos por su partido, no por el voto. Por desgracia conocemos algunos de ellos bien, y por eso sabemos que por su ambición han logrado colarse en el partido que los haya aceptado, librando la verificación, sin que les importe otra cosa que lo propio para treparse y aprovechar la impunidad que gozarán para despachar mejor sus negocios cubiertos por ese paraguas constitucional.
Por otro lado, las intenciones del voto —según la encuesta hecha por GEA e ISA— están prácticamente empatadas en cuanto a los diputados federales: PAN (40%), PRI (38%) y por debajo el PRD con 16%; el resto de los partidos, sumados, dan 6% de la intención de voto.
En esa misma encuesta, cuando les preguntaron “¿qué partido cree que ha gobernado mejor?”, una vez más, la respuesta se empató con 29% del PAN y 30% del PRI y sólo 10% del PRD. Otro empate técnico, así que, seguro, por ahí andarán los resultados de julio y el partido en el poder tendrá que seguir negociando para lograr sus metas.
MARTÍN CASILLAS DE ALBA / Escritor y cronista.
Correo electrónico: malba99@yahoo.com
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