Villa Panamericana

El sueño de muchos porque Guadalajara fuera sede de los Juegos Panamericanos está vigente por lo menos desde hace 10 años. Albergar, en una ciudad como la nuestra, una justa internacional que convoca a todas las naciones de la región, no puede significar sino oportunidades y depende de la sociedad en su conjunto, a través de diversos sectores, y de las autoridades de todos los niveles, que por fin se haga realidad.

El día de ayer, contrario a lo que muchos esperaban, se regresó a la Comisión de Hacienda el dictamen que permitía al Ayuntamiento de Guadalajara endeudarse por mil millones de pesos para la construcción de la Villa Panamericana.
La propuesta de la regidora perredista, Celia Fausto Lizaola, con el propósito de buscar mejores alternativas que un crédito, fue secundada por los regidores del Partido Acción Nacional, en un hecho que sorprendió a la misma edil.

Después de esto, el presidente municipal Alfonso Petersen Farah, quien tenía altas expectativas en que el dictamen fuera aprobado por amplio margen, dejó de manifiesto una actitud que debería servir de ejemplo y ser secundada por los convocados: empresarios constructores que estén dispuestos a apostar no sólo por la viabilidad y conveniencia de participar en la construcción de la Villa Panamericana, sino y fundamentalmente, por Guadalajara y el Estado de Jalisco.

En este momento, aun cuando no se ha rechazado del todo el crédito, sino que se espera que el dictamen se vuelva a presentar a consideración del pleno edilicio, el alcalde tapatío está ya entregado de lleno a la búsqueda de soluciones y alternativas para que el Proyecto Alameda sea una realidad y, con él, los Juegos Panamericanos.

Con frecuencia, en situaciones de extrema urgencia y tensión, se aclara la mente y surgen las mejores ideas.

Esta decisión en el Ayuntamiento de Guadalajara, que muchos podrían interpretar como un revés, en realidad puede ser la coyuntura ideal para, efectivamente, encontrar mejores opciones; una mezcla casi perfecta que reporte sólo beneficios para todos los involucrados directa e indirectamente. La actitud del presidente municipal de Guadalajara después de la decisión, debe ser la línea.
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