En política, una alianza, pacto, enlace, maridaje o cualquier intento de unir a los enemigos extremos, pronostica un engendro. Es contra natura, acusa Beltrones; es perverso, denuncia Peña Nieto.
Los perredistas censuraron con furia la existencia del PRIAN. Ahora, en el colmo del oportunismo, estaría por nacer el PERREPAN. El casamiento por conveniencia entre PAN y PRD equivaldría a un discurso de Manuel Gómez Morín declamado por Gerardo Fernández Noroña. Una especie de grifo, monstruo mitológico como el pegaso o la medusa. No es comprensible que los mismos censores de la homosexualidad pretendan torcer la genética y las leyes de la herencia. Caballo y asna producen mulo; burro y yegua, mula. Mezclar a René Bejarano con el Maquío Clouthier, equivale a sumar a Clara Brugada con Josefina Vázquez Mota. La hoz y la cruz, en el mismo escenario de la Guelaguetza; en el mismo lecho.
César Nava declara que el PRI está muerto de miedo por las posibles alianzas. La cuestión es al revés: el PAN tiene diarrea. Calderón, jefe de su partido, revela un miedo espantoso por lo que pueda depararle el porvenir; no se resigna a ser el Ernesto Zedillo del panismo.
La relación que pretende el PAN con la izquierda mexicana es abrupta. El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, habla de la reforma política del Presidente, para darle poder a los ciudadanos. Eso es sano para la democracia. Lo que suena extraño es que Gómez Mont le haya dado tanto peso a la izquierda: “Cerrar las puertas a la representación política de la izquierda sería un error que podría inclusive atentar contra la estabilidad política, no hay que desdeñarla”, dijo.
Si en México se habla de izquierda, sólo hay un hombre y solamente un nombre. La izquierda real está personificada en Andrés Manuel López Obrador. No hay otro. Entonces, ¿a qué izquierda se refiere Gómez Mont? ¿A Juanito? La izquierda, como opción ideológica, hoy está en las propuestas de López Obrador. Nada más. Las demás izquierdas son las que están haciendo lo que pretenden Calderón y Nava con el PAN: aprovecharse de la coyuntura para obtener beneficios relativos, inmediatos y efímeros.
El PAN no puede traicionar su pasado y además traicionar su presente. ¿Es válido que el panismo pacte con quien no reconoce al Presidente de la República? César Nava sentencia: “Nosotros no vamos a nada que tenga relación con López Obrador”, pero el secretario de Gobernación dice que la izquierda cumple una importante función política. Bueno, ¿pues no que era un peligro para México?
Calderón y Nava parecen haber perdido la razón cuando conducen al PAN y a los electores a la esquizofrenia. Quien encabeza el poder, necesita coherencia y firmeza, sobre todo cuando duda si tiene ese poder.
POR JOSÉ CÁRDENAS (josecardenas@me.com)
Síguenos en