¡Vaya cambios en el gabinete!

Indudablemente que los cambios en el gabinete presidencial no son producto sólo de una ocurrencia más. El Presidente Felipe Calderón Hinojosa está en todo su derecho de invitar a su equipo de trabajo a quien considere conveniente, sólo que esa conveniencia debiera de ser institucional, y, de preferencia, no despertar ningún “sospechosismo” alguno.

Sin embargo, las cosas no siempre son como uno las percibe, pero repito, estoy convencido —casi por dogma— que los cambios fueron pensados y repensados, calculados y operados de tal forma que los dos organismos darán las cuentas que Calderón Hinojosa necesita para demostrar que estadísticamente en México todo está bien, que la economía va viento en popa y que la inflación no es otra cosa que una visión de unos cuantos y cuando más, producto de la situación internacional.

Valdría la pena señalar también la discordancia con el señor Presidente, en cuanto a los “méritos” esbozados para  la designación del señor Gerardo Ruiz Mateos, ex coordinador de su campaña política y exitoso empresario. Y es que, precisamente por que el hecho de ser empresario no es, ni será garantía alguna de que podrá ser un buen servidor público —ejemplos de ello hay muchos en las historias pasadas, recientes y en la actualidad—, luego entonces, ¿por qué quitar a —un dice él— reconocido economista de la Secretaría de Economía?
¿Por qué bajarlo de rango —no dije de sueldo— y enviarlo a una importante institución que requiere gente con otro perfil?

Bueno, pues porque entre otros cosas, resulta que por fin los altos mandos del país se están dando cuenta de la importancia que tiene el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), precisamente luego de que durante los últimos siete años, Gilberto Castillo, un técnico que hizo carrera en el Banco de México, bueno para arrastrar el lápiz, aunque poco conocedor del mundo de la burocracia y menos de la utilidad de las relaciones públicas, realizó todas las gestiones necesarias para lograr la autonomía de la institución.

Y ¿qué creen?, que luego de lograrlo, le dan las gracias, porque ahora resulta que la medición de índices económicos que ahí se realiza —incluidos los de la inflación— serán operados por una persona más cercana al Presidente Calderón, esto es, Eduardo Sojo. Porque con Calvillo al frente del INEGI, los partidos políticos y las bancadas no podrían haber sospechado que la institución también puede servir para otras causas, no necesariamente “santas”, porque de haberlo sospechado, no autorizan la reestructuración y autonomía, o al menos habrían subido la cuota.

Reitero el derecho del Presidente para acercarse a sus amigos en el puesto que sea, pero al menos se debe de cumplir con un perfil, pues en la actualidad los cambios —de quien sea— no se pueden dar nada más porque sí.
Eduardo Sojo es conocedor de la materia, pero no será él quien realice operativamente hablando “las cuentas”, esto es, no tendríamos que pagar otras tantas becas para que lleguen a aprender nuevos panistas.

CUAUHTÉMOC CISNEROS MADRID / Madrid/Presidente de Comunicación Cultural, A.C., Asociación de Periodistas de Prensa, Radio y Televisión.
Correo electrónico: ccmadrid@att.net.mx

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