Vacas flacas

Los campesinos temporaleros tienen una arraigada costumbre. Cuando los precios de sus productos, particularmente maíz y frijol, no tienen un precio que consideran justo, guardan lo que la tierra les da para subsistir. No tendrán recursos para mejorar sus condiciones de vida, pero saben que no pueden arriesgar su futuro inmediato. Con tortillas y caldo de frijoles, explican, pasan las épocas duras en las que los mercados y la economía no permiten generar ingresos adicionales.

Jalisco no ha sabido aplicar esta sabiduría popular. Por muchos años nos hemos gastado todo lo que hemos producido, y no hemos aprendido a ahorrar para tiempos difíciles como los que estamos viviendo.

El diputado federal Felipe de Jesús Rangel Vargas reveló que nuestro Estado está demandando en el Congreso recursos extraordinarios por ocho mil 283 millones de pesos para proyectos que Jalisco mantiene. Los proyectos son indispensables: infraestructura para educación, salud, de interés social y financiamiento para el campo.

Pero según trascendió en días recientes, el Gobierno estatal recibió en los últimos tres años recursos adicionales por poco más de 25 mil 500 millones de pesos; casi lo mismo en promedio anual que lo que ahora requiere.

La negociación en el Congreso de la Unión probablemente logrará obtener algo de lo que se está buscando, pero es seguro que entrará en la disputa por una bolsa de recursos que tendrá que disputarse con otras entidades federativas, que también reclaman, con igual urgencia, apoyos económicos adicionales para enfrentar sus necesidades y atender proyectos de interés social.

La crisis económica nos está enseñando, como una costosa lección, que tenemos que aprender a ahorrar para tiempos difíciles, y preservar la solución de demandas sociales.

Como Estado, no podemos seguir viviendo al día. Mucho mal nos ha hecho a los jaliscienses depender de recursos públicos federales, en lugar de fortalecer nuestras propias finanzas.

Los legisladores elegidos en el Estado, de cualquier fuerza política, están comprometidos a atraer para el Estado la mayor cantidad de recursos para atender proyectos prioritarios. Pero el reto de fondo está en hacer lo que realizan nuestros campesinos, que protegen la satisfacción de sus necesidades básicas.
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