Creí que ya habíamos visto todas las frivolidades y desatinos de los festejos del Bicentenario, pero faltaba la de remover los restos de no se sabe qué héroes, de la Columna de la Independencia. Y es que tampoco se sabe si fue para reparar la humedad que padece la Columna, para realizarles un homenaje o para identificarlos con exactitud.
Se ha dicho que para identificarlos, sin embargo se ha descartado el análisis de ADN debido a que no todos tienen descendencia.
Según las enseñanzas del maestro Luís González y González, la patria es de alguna manera todo aquello que aprendemos de nuestros padres, en tanto que la patria, lo que se nos enseña en la escuela; entre otras, de qué se compone, quiénes son sus héroes y cuáles sus acontecimientos a conmemorar. Y aquí las acciones del Gobierno desempeñan un papel determinante. Por conmemorar me refiero a fomentar acciones públicas encaminadas a reflexionar sobre nuestro origen y destino, y no sólo a edificar costosos ornamentos como la Victoria Alada de 39 millones de pesos del Gobierno de Guanajuato para el Parque Bicentenario, o contratar millonarios espectáculos de pirotecnia.
El frívolo traslado de los restos de no se sabe qué héroes, de la Columna de la Independencia al Castillo de Chapultepec, avivó una anunciada polémica entre historiadores. Algunos dicen que sí son los que son y otros que no son los que están. Me pregunto qué pasaría si el Presidente Calderón no tuviera de asesor al historiador Enrique Krauze.
Hablemos tan sólo de José María Morelos, uno de los que no se sabe a ciencia cierta dónde está. Algunas fuentes afirman que en París, sin embargo, otro asesor del Presidente, José Manuel Villalpando, encargado de la Comisión organizadora de los festejos del Bicentenario, ahora dice que no. Digo ahora, porque en el sexenio de Salinas de Gortari fue comisionado para ir al cementerio de Montparnasse, en París, y corroborar si los restos de Morelos fueron enterrados allá, luego de que su hijo Juan Nepomuceno los llevara en su exilio. En ese momento Villalpando aseguraba que los restos del prócer yacían en Francia, pero ahora dice que en la Columna de la Independencia. Está visto que hasta los historiadores que asesoran al Presidente están abrumados con esto del Bicentenario.
El encargado de los festejos bicentenarios ha dicho que la iniciativa de sacar los restos de los insurgentes busca fomentar el recuerdo, apreciar lo que hicieron y los valores que nos legaron. En ese sentido, considero que sería mejor apelar a lo expresado por el mismo Morelos hace casi 200 años en el punto 12 de sus Sentimientos de la Nación:
“…moderar la opulencia y la pobreza y lograr así una mayor igualdad social”. Siempre será mejor que andar hurgando los restos de los héroes nacionales.
CARLOS LARA G.
Correo electrónico:48.carlos@gmail.com
Se ha dicho que para identificarlos, sin embargo se ha descartado el análisis de ADN debido a que no todos tienen descendencia.
Según las enseñanzas del maestro Luís González y González, la patria es de alguna manera todo aquello que aprendemos de nuestros padres, en tanto que la patria, lo que se nos enseña en la escuela; entre otras, de qué se compone, quiénes son sus héroes y cuáles sus acontecimientos a conmemorar. Y aquí las acciones del Gobierno desempeñan un papel determinante. Por conmemorar me refiero a fomentar acciones públicas encaminadas a reflexionar sobre nuestro origen y destino, y no sólo a edificar costosos ornamentos como la Victoria Alada de 39 millones de pesos del Gobierno de Guanajuato para el Parque Bicentenario, o contratar millonarios espectáculos de pirotecnia.
El frívolo traslado de los restos de no se sabe qué héroes, de la Columna de la Independencia al Castillo de Chapultepec, avivó una anunciada polémica entre historiadores. Algunos dicen que sí son los que son y otros que no son los que están. Me pregunto qué pasaría si el Presidente Calderón no tuviera de asesor al historiador Enrique Krauze.
Hablemos tan sólo de José María Morelos, uno de los que no se sabe a ciencia cierta dónde está. Algunas fuentes afirman que en París, sin embargo, otro asesor del Presidente, José Manuel Villalpando, encargado de la Comisión organizadora de los festejos del Bicentenario, ahora dice que no. Digo ahora, porque en el sexenio de Salinas de Gortari fue comisionado para ir al cementerio de Montparnasse, en París, y corroborar si los restos de Morelos fueron enterrados allá, luego de que su hijo Juan Nepomuceno los llevara en su exilio. En ese momento Villalpando aseguraba que los restos del prócer yacían en Francia, pero ahora dice que en la Columna de la Independencia. Está visto que hasta los historiadores que asesoran al Presidente están abrumados con esto del Bicentenario.
El encargado de los festejos bicentenarios ha dicho que la iniciativa de sacar los restos de los insurgentes busca fomentar el recuerdo, apreciar lo que hicieron y los valores que nos legaron. En ese sentido, considero que sería mejor apelar a lo expresado por el mismo Morelos hace casi 200 años en el punto 12 de sus Sentimientos de la Nación:
“…moderar la opulencia y la pobreza y lograr así una mayor igualdad social”. Siempre será mejor que andar hurgando los restos de los héroes nacionales.
CARLOS LARA G.
Correo electrónico:48.carlos@gmail.com
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