La operación se ha desarrollado durante casi dos años, ante la complejidad de detectar a las decenas de células de distribución de droga que se extienden por toda la geografía estadounidense, y también por Canadá, y la fiscalía considera al cártel de Sinaloa como responsable de exportar a Estados Unidos toneladas de drogas de distinto tipo, y del “lavado” de millones de dólares procedentes del comercio de la droga.
El fiscal Holder agradeció en concreto el apoyo recibido de las autoridades mexicanas en la presión que se ha ejercido contra las organizaciones narcotraficantes, y anunció que el Departamento de Justicia “continuará trabajando con los socios mexicanos de esa dependencia, compartiendo información, aportando entrenamiento y ofreciendo mutua colaboración para combatir a los cárteles en México y en Estados Unidos”.
En el anuncio hecho por Holder hubo un mensaje contundente: “El Gobierno mexicano ha sido valiente, estoy ante ustedes para decirles que estamos comprometidos para continuar la lucha contra estos criminales violentos junto a nuestros colegas mexicanos. Estos cárteles serán destruidos”.
Importante, sin duda, todo lo informado, ya que es una muestra clara de que hay abierta disposición de cooperación entre Estados Unidos y México en el combate al crimen organizado, y ya era hora de que se diera una noticia en ese sentido y, sobre todo, con resultados positivos. El vecino del Norte debe reconocer que forma parte del problema que representa el narcotráfico, por ser el principal consumidor, y a partir de ello apoyar con todo en la lucha emprendida por el Gobierno mexicano.
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