Urgencias y especialidades eran los extremos de un abanico de servicios que cubrían todos los requerimientos de estos grupos considerados vulnerables, sin embargo, hace seis años un sismo obligó a la suspensión de actividades.
Poco después nació como proyecto el Centro Integral de Atención al Neonato y a la Mujer (Cinanem), y el día de ayer, luego de dos años de anunciar de manera reiterada su apertura, fue la inauguración.
Para que su operación se convirtiera en realidad fue necesario convocar a instancias públicas y privadas, y las gestiones parecían no tener fin. Desde 2003, el área dedicada a Ginecología, Obstetricia y Neonatología se redujo a su mínima expresión —sólo urgencias— y, de hecho, en decenas de casos fue preciso recurrir a otras instituciones de salud para no dejar de responder a la demanda.
Desde ayer el panorama es otro, y la inauguración del Cinanem adquiere especial relevancia por el incremento en los casos que reclaman, precisamente, atención especializada.
Los nacimientos de niños prematuros y los riesgos de las madres en el momento del parto se han incrementado por diversas razones, entre otras, el alto índice de madres adolescentes, sólo por mencionar uno que se ha convertido en problema de salud pública.
A casi 215 años de que se realizara la primera curación en el Antiguo Hospital Civil, dedicado por su fundador, fray Antonio Alcalde, a la “Humanidad doliente”, las madres que han acudido en busca de salud nuevamente recuperan el espacio, adicionado ahora con tecnología de avanzada y una mayor capacidad: 50 recién nacidos por día y la posibilidad de incrementar hasta en 150% la terapia para los recién nacidos.
Son las inversiones que valen la pena: 87 millones de pesos de manera inicial, más 400 millones anuales para operación y salarios.
A partir del 11 de febrero de 2009, el Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde” recupera su calidad de referente en materia de atención a la salud materno-infantil.
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