Aunque es una tradición que los presidentes estadounidenses se reúnan con sus homólogos mexicanos antes de asumir el cargo, en esta ocasión la entrevista cobra especial relevancia, porque se dará en el contexto de una crisis económica que reclama de medidas urgentes para paliar sus efectos, justo cuando tanto Obama como Calderón han anunciado sendos planes para enfrentar la situación. Cabe recordar que el Mandatario mexicano fue uno de los primeros en apoyar el plan de estímulo económico de Barack, enfocado a fortalecer la obra pública, lo que vendría a favorecer a millones de connacionales por cuanto habría mayores opciones para la mano de obra en el ramo de la construcción.
Otro tema fundamental para nuestro país es el relacionado con la migración, sobre lo que Calderón buscará impulsar un diálogo constructivo con Obama y el Congreso estadounidense, en la búsqueda de promover mejores condiciones para los mexicanos radicados en el vecino país, sobre la base del respeto a sus derechos y el reconocimiento pleno a la aportación económica, social y cultural que realizan.
Seguridad es el otro tema a tratar, especialmente en la importancia de continuar y profundizar en los esquemas de cooperación entre ambos países para combatir de manera conjunta contra el narcotráfico y el crimen organizado, cuyos cárteles luchan por las rutas de introducción de drogas hacia Estados Unidos.
Migración, seguridad y la crítica situación económica serán temas prioritarios a tratar entre Calderón y Obama. No se puede esperar que de ahí surjan conclusiones ni promesas concretas, pero sí un gran avance en la relación que se espera sea larga, fructífera y respetuosa.
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