Lo que estamos viviendo en estos días lluviosos se repite cada año en los meses del temporal, con las afectaciones del mismo tipo, pero más graves. Esto es un adelanto de lo que les espera a los habitantes de la Guadalajara con aroma a tierra mojada, allá por julio, agosto y septiembre, si desde ahora no se toman las medidas de prevención que, también, se anuncian cada año, aunque hasta ahora han resultado insuficientes, como se ha visto, ya que la época de lluvias resulta cada vez más copiosa en cuanto a número de tormentas y cantidad de agua.
Los problemas a los que nos estamos enfrentando con sólo tres días de lluvia constante, deben servir de llamada de atención, tanto para las autoridades municipales que están empezando su gestión, como para la sociedad en general, para desde ahora ir tomando las medidas necesarias que ayuden a prevenir afectaciones mayores durante el temporal, pues los daños que ahora se tienen seguramente se multiplicarán, si no se actúa a tiempo, al fin que todos sabemos qué hacer y, sobre todo, qué no hacer para evitar los problemas.
Los ciudadanos debemos hacer la parte que nos corresponde, y es muy simple: no tirar basura en las calles para que las alcantarillas y bocas de tormenta no se tapen; y la autoridad municipal tiene su tarea: invertir en las obras que sabe son necesarias en los puntos de mayor riesgo de encharcamientos e inundaciones, y empezar, con tiempo, el desazolve del sistema de drenaje. Prevenir ahora evitará lamentar después.
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