A diferencia de otras estrategias para paliar las recurrentes crisis económicas por las que hemos pasado los mexicanos, el Acuerdo Nacional a favor de la Economía Familiar y el Empleo presentado ayer por el Presidente Felipe Calderón Hinojosa, incluye acciones puntuales y realistas que si bien no evitarán la crisis actual, sí pueden atenuar sus efectos nocivos.
La clave está en que todos los sectores comprometidos: poderes Ejecutivo y Legislativo (federal y de los estados), empresarios, trabajadores y organizaciones sociales, cumplan efectivamente con la parte que les corresponde, y que en los próximos días se defina la forma en que se ejecutarán los diversos apoyos.
Entre las primeras reacciones al acuerdo dado a conocer ayer en la Ciudad de México, no faltaron las críticas y los pesimistas, sin embargo, tomando en cuenta lo detallado de las 25 acciones, será posible llevar un seguimiento y registro preciso de la aplicación y efectividad de las medidas, como para señalar errores y omisiones en su momento, de manera que sea factible, sobre la marcha, hacer correcciones y ajustes.
Dos de los puntos que incluye el Acuerdo, con vigencia desde ayer, son y serán fácilmente medibles en cuanto a sus efectos en la economía familiar y productiva: el congelamiento de los precios de las gasolinas (excepto el diesel) y la reducción en 10% de las tarifas del gas de uso doméstico.
En el caso de otras acciones, sí será necesario dar a conocer cuanto antes los términos y las reglas, específicamente en el otorgamiento de créditos por parte de la banca de desarrollo. Se dijo que tanto Nacional Financiera (Nafin) como el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) incrementarán en 21% los préstamos.
El Acuerdo Nacional, dividido en cinco ejes, contempla estrategias para apoyar el empleo (creación y conservación); a la economía familiar y a las pequeñas y medias empresas, y, además, acciones para promover que el ejercicio del gasto público sea oportuno, más eficiente y transparente.
Difícilmente los mexicanos podemos aspirar a un Plan Anticrisis perfecto, faltaría un estrategia de austeridad en las administraciones públicas, no obstante, era importante actuar ya y unidos. Como sociedad, nos toca cooperar y vigilar.
La clave está en que todos los sectores comprometidos: poderes Ejecutivo y Legislativo (federal y de los estados), empresarios, trabajadores y organizaciones sociales, cumplan efectivamente con la parte que les corresponde, y que en los próximos días se defina la forma en que se ejecutarán los diversos apoyos.
Entre las primeras reacciones al acuerdo dado a conocer ayer en la Ciudad de México, no faltaron las críticas y los pesimistas, sin embargo, tomando en cuenta lo detallado de las 25 acciones, será posible llevar un seguimiento y registro preciso de la aplicación y efectividad de las medidas, como para señalar errores y omisiones en su momento, de manera que sea factible, sobre la marcha, hacer correcciones y ajustes.
Dos de los puntos que incluye el Acuerdo, con vigencia desde ayer, son y serán fácilmente medibles en cuanto a sus efectos en la economía familiar y productiva: el congelamiento de los precios de las gasolinas (excepto el diesel) y la reducción en 10% de las tarifas del gas de uso doméstico.
En el caso de otras acciones, sí será necesario dar a conocer cuanto antes los términos y las reglas, específicamente en el otorgamiento de créditos por parte de la banca de desarrollo. Se dijo que tanto Nacional Financiera (Nafin) como el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) incrementarán en 21% los préstamos.
El Acuerdo Nacional, dividido en cinco ejes, contempla estrategias para apoyar el empleo (creación y conservación); a la economía familiar y a las pequeñas y medias empresas, y, además, acciones para promover que el ejercicio del gasto público sea oportuno, más eficiente y transparente.
Difícilmente los mexicanos podemos aspirar a un Plan Anticrisis perfecto, faltaría un estrategia de austeridad en las administraciones públicas, no obstante, era importante actuar ya y unidos. Como sociedad, nos toca cooperar y vigilar.
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