lo que quiera, ¡qué caray!,
para al peatón, qué esperanza,
ninguna atención hay.
De por sí muy conflictiva
en cuestión de vialidad,
en la zona de Obregón
viene la fatalidad.
Entre carros y vendimias
se tendrá que caminar,
porque ya está decidido
no peatonalizar.
Síguenos en